joanmi84

16/03/2007 15:24:27

Tras las profundidades del bosque, una sombra oculta y recelosa se escondia de todo ser que intentara abrirse camino a traves de la inmensidad del lugar. Llevado por la curiosidad, seguia a aquellos extraños del bosque para averiguar sus intenciones, o simplemente para dar divertimento a unos ojos aunque jovenes, tristes y desganados.
La soledad parecia consumir el trato y las buenas formas de un ser olvidado por si mismo, apareciendose solamente ante a quienes sus ojos recordaban o su corazon bien recibia.
Cerrando los ojos y aislando los sonidos que el viento llevaba, aparecian ante él seres que el tiempo o el acero habian hecho desaparecer. Maldijo su estado y su longeva vida, sintiendo un terrible pena en cada instante de vida. Sus llantos y sollezos invocaban a su alrededor animales que parecian sentir su estado, permaneciendo cerca el elfo.
A medida que la pena inundó su corazon, una nueva sensación aparecia llevada por la vida del bosque. Sentia que el bosque trataba de darle motivos para andar de nuevo, perdiendo el miedo y olvidando toda perdida sufrida antaño.
Apoyando una mano en el suelo y ayudado por un fiel oso, el elfo se puso en pie, dirigiendose a las proximidades del bosque, allí resto inmobil unos intantes, deleitando su olfato de los olores olvidados.
Sintio que la madre necessitaba de aquellos que protegen el equilibrio, deseaba saber dónde moraban sus compañeros y si algun ser podria ayudarlos en su tarea. En un instante, hizo aparecer su arco en la mano y emitio un silbido. De las profundidades del bosque apareció un hermoso corcel negro. Saltando a su lomo, su figura desapareció con rapidez por los campos de Tezhir.