Groanor

26/07/2007 17:05:45

Como todas las noches durante los nueve últimos días, la espumosa cerveza se deslizaba por la garganta de Garo, emborrachándolo, otorgándole ese calor que le ayudaba a combatir el aire gélido proveniente del Norte.

Apenas llevaba un mes en la mercantil, y a la vez desconfiada, ciudad de Luskan. La llegada de un frío repentino paralizó el viaje del fornido humano, descendiente de las tribus norteñas del Valle del Viento Helado. Pronto se quedó sin dinero, bien porque desaparecían algunas monedas misteriosamente o bien por tener que pagar más que cualquier ciudadano por los manjares que comía a diario, consistente en un pedazo de pan y un insustancial estofado

Algo de suerte tuvo al conseguir un miserable empleo en el puerto descargando barcos, cobrando la mitad y trabajando el doble que cualquier marinero. Al menos, se consoló, eso le daría dinero suficiente para que pasara el temprano invierno

La jarra de cerveza llegó a su fin en un amargo sabor de tristeza, lo que bebiera de más no lo tendría la noche siguiente. Se arriesgó, pidió otra pinta de tostada cerveza que comenzó a beberla casi sin degustarla, pues peor era el sabor que el efecto que producía. Ligeros eran los pasos y las risas que oía tras él, los más importante era su cerveza, que no llego a terminar de beberla. Un fanfarrón quito la jarra de sus manos y la apuró en una mueca burlona hacia Garo, riendo mientras miraba a sus amigos, riendo mientras miraba la vista perdida de Garo hacia sus manos. La risa pronto terminó y con ella la vida del provocador cuando toda su cabeza quedo aplastada contra la barra del tugurio. Cometió el error de provocar una pelea solo, sin más armas que sus duros puños pero eso no lo amilanó

El frío lo hizo despertarse, fue consciente pues del dolor que sufrían todos y cada uno de los músculos de su cuerpo. Abrió lentamente los ojos, habituándose a la escasa luz que reinaba en la estancia. Estaba con cuatro personas más, al menos que seguían respirando, todas atadas con grilletes en las piernas y con alguna que otra extremidad entablillada de forma rápida y poco efectiva. Tuvieron que pasar un par de dolorosas horas para oír las primeras voces en un tiempo desconocido para el bárbaro.

-Aunque estén un poco magullados son fuertes –Dijo la primera voz-

-Cállate y llévame pronto ante ellos, me exaspera tu compañía carcelero –Amenazó una voz aguda-

Ante la puerta aparecieron dos figuras, con rostros sombreados por la oscuridad de la celda que hacia imposible la identificación de las facciones de cada uno de los visitantes. La voz aguda rompió el pequeño silencio que se formó

-Te daré 8 monedas de cobre por cada uno de estos y 3 de plata por el norteño

-OH! mi señor, sin duda valen mucho más. Aquel idiota ha matado a 3 personas y por poco mata a los otros 4. Tuvo la suerte de que viniera la guardia de lo contrario lo habrían matado ya

-Si quieres más dinero tendrás que discutirlo con Silk Vander, yo no estoy autorizado a pagarte más de lo que te ofrezco. ¿Quieres ir a hablar con él? –Una ligera risa maligna broto de sus labios-

-No mi señor, vuestra oferta me parece sin duda adecuada y benévola. Además, prefiero seguir alimentando a mi esposa e hijos que a los peces del mar mi señor.

-Volveré con unos guardias dentro de una hora

Groanor

26/07/2007 17:06:42

Ese iba a ser su destino, esclavo de algún adinerado que seguramente intentaría matar en el futuro. El nombre de Silk Vander no dejo de sonar en su cabeza durante el resto de, lo que le pareció, más de una hora

Hasta entonces no se había resignado nunca, hasta entonces nunca había sido esclavo de nadie, hasta entonces… Su intento por matar al carcelero cuando le liberó de su grillete, pese a estar sujeto por dos guardias culminó con un tormento dentro de su propia cabeza. Nunca había sentido nada parecido, quedando sin fuerzas y a merced de todos, tan indefenso como un niño.

-No intentes resistirte – la voz aguda resonó en su cabeza mientras, en el exterior, recibía golpes-

Fue pues cuando cedió con un gritó ahogado antes de desmayarse

-No –Sonó en su mente-

[i:06a21ca3ed] -¿Pero vivirán verdad?

-Uno seguro mi señor, tuve que reducirlo personalmente pese a que estaba bastante malherido[/i:06a21ca3ed] –El estridente sonido rebotaba en su cabeza mientras poco a poco se despejaba-

[i:06a21ca3ed]-¿Tan fuerte es Belgión?

-Es casi tan grande como un orco, pero es humano. Seguro que del norte señor Vander

-Tanto mejor, servirá a mis propósitos. Ve preparando los ingredientes, por la mañana comenzaremos los rituales.[/i:06a21ca3ed]

Veloz como un rayo se levantó y comenzó a golpear con furia la robusta puerta de su prisión, maldiciendo a los 4 vientos

[i:06a21ca3ed]-¿QUÉ RITUAL? ¡SOLTADME DESGRACIADOS!

-Un ritual en el que decidirás si vivir o morir [/i:06a21ca3ed]–otra vez aquella risita aguada-

No fueron aquellas unas palabras tranquilizadoras y por ello no dejó de golpear la puerta pelando sus nudillos hasta hacerlos sangrar

El alba presagiaba la desgracia. Escoltado por dos de los guardias, con la ayuda del mago de voz infantil, fue conducido de forma sumisa hacia su destino, un destino y poderoso

La estancia donde fue llevado estaba iluminada con la luz de las velas. Había la entrada un estante con una infinidad de frascos, cada uno de diferente tamaño y cada uno con un color diferente. Fue entonces cuando al girar la cabeza vio, con cierto horror, como quitaban un cuerpo de una mesa de sacrificio en mitad de la habitación… sin cabeza

Una voz lo sacó de su ensimismamiento

¿Cómo te llamas cuarto elegido?

-¿Por qué cuarto elegido? –Una mirada hacia Belgión y este produjo gran dolor en la mente del luchador-

-Responde –Inquirió la voz-

[i:06a21ca3ed]-Ga... Garo Durk

-Bien Garo Durk, soy tu señor Silk Vander y tu vida me importa menos que esta copa[/i:06a21ca3ed] –dejo caer una copa de fino vidrio al suelo, derramando el líquido color ámbar- Te ofrezco la posibilidad de ser el mejor luchador de todos, tener más fuerza que el dragón mas fiero de todos, desobedéceme y un conjuro te matará pero no contento con ello atormentaré tu alma hasta saciarme por hacerme perder el tiempo contigo, o bien, puedes elegir el camino rápido –señalando la mesa manchada de sangre-

-Elijo tu camino –con un fiero gruñido-

-Prepara el conjuro Belgión

El poderoso subordinado no tardó nada en obedecer a su maestro, expulsando a los guardias de la sala tras encadenar a Garo, y comenzó a formular el encantamiento que ataría al fornido guerrero a la voluntad del ambicioso superior. Como todos los magos que residían en la torre arcana de Luskan tenían el don de la desconfianza, no solo hacia otros magos de las diferentes escuelas, sino también a los aprendices con ansias de poder. El conjuro estuvo revisado continuamente por Vander, para evitar traiciones de última hora e inesperadas. Pese a que el conjuro podría haberlo realizado él mismo quería concentrarse, sobretodo, en la posible traición de su aventajado aprendiz como él hizo antaño con compañeros y maestros para llegar a su posición actual.

El conjuro siguió su curso normal

[i:06a21ca3ed]-Deberíamos aturdirle antes de comenzar el otro ritual maestro. Podría complicarse si permanece consciente en todo momento

-Pues hazlo, ¿a qué esperas?[/i:06a21ca3ed]

Cada cual elaboró su función durante el ritual. Silk Vander preparo los componentes del ritual, ente los que destacaba un gran frasco con un líquido color rojo intenso. Así comenzó el ritual que duraría algo más de una hora y que transformaría a Garo en la peor de las bestias

-Mañana comprobaremos si todo ha salido bien –y dejaron el sufrido cuerpo en la mesa-

Con la calma que solo un mago sabe tener, Silk Vander esperó todo el día, repasando continuamente el ritual para cerciorarse de que lo había hecho bien, contentándose cada vez que terminaba. Ya solo le quedaban dos cosas que realizar.
Llegó la mañana y liberaron a Garo de su enajenación y de sus ataduras, era este el momento de la verdad.

-Bien Garo, un conjuro te obliga a ser mi esclavo y obedecerme para siempre, o al menos hasta que yo muera y entonces tú también morirás. Tu deber será protegerme en todo momento una vez se complete el ritual en el que tanto he trabajado, deberás desarrollar las facultades que te he otorgado y que pocos tienen –extrajo de su túnica una espada corta y se la lanzó al experimento-

Ágilmente agarró el arma que se le otorgaba, la notó diferente, no el arma sino como la cogía. Sus manos, como las de cualquier luchador estaban encallecidas pero lo que le ocurría era algo diferente, las tenía mucho más ásperas de lo normal. No entendía la magia

-Solo nosotros dos sabemos que conjuro te ata a mí, puedo decírtelo sin problemas porque la atadura mágica también te impide hablar de ello. Se llama Geas. Ahora te daré mi primera misión… mátalo –Señalando a su aprendiz de aguda voz-

-Maestro…

La cara de este palideció en el acto cuando Garo, con una risa maligna, se acercó al joven mago y le cortó en canal. No saciada su venganza con ello levantó la espada para lanzársela contra el mago que osaba darle órdenes para lanzársela. En ese momento le sobrevivo un dolor terrible en el pecho, haciendo que la espada cayese al suelo.

-Entupido, ¿pensabas que no sabía que lo intentarías? Ahora ya sabes como funciona tu vínculos mágicos hacia mi. Obedéceme y serás recompensado en descubrir tu propio potencial

Groanor

21/08/2007 13:34:36

Durante las semanas siguientes, aunque seguía fuerte como de costumbre, se notaba más cansado, con menos resistencia en tareas que, en el Valle del Viento Helado hacía con más sencillez y eran más difíciles de realizar.

Tenía que descubrir sus nuevos poderes como su amo bien le había explicado pero hasta la fecha, desmembrar cuerpos de trasgos mientras estos estaban vivos no surtía demasiado efecto y cada vez se encontraba peor. Sintió odio hacia todo lo que le rodeaba, desgraciadamente el mobiliario de una habitación en una posada del camino. Las paredes de todo el caserío comenzaron a temblar con los golpes y los gritos de rabia que Garo daba en su habitación, asustando a los demás clientes que no se atrevían a molestarlo siquiera

Duraron 20 minutos los estruendosos ruidos y las maldiciones0 cuando se hizo un silencio total, Garo se había desmayado. Aun así, nadie se atrevió a subir incluso dos días después del suceso

En la mente del guerrero no había descanso, algo había pasado. Hasta entonces no había liberado a su mente del control de su cuerpo y ahora, inconsciente y agotado, había algo que trabajaba solo y que, pese a estar dos días ‘durmiendo’, no le dejó descansar.

El fin de su sueño era húmedo. Se secó el sudor de la frente y escupió en el suelo sin preocupación alguna estando a de rodillas y con las manos apoyadas. Su vista se paro en las costras de los nudillos y poco a poco subió la vista por los antebrazos, viendo algo raro en ella, un tono más rojizo y de un tacto más áspero.

Se asustó mucho. Miró alrededor y, en lugar de ver a gente, vio destrozo. Bajo corriendo las escaleras de la posada y se encontró a su dueño atemorizado de verlo bajar y en un acto de valor, apreciable por todos los clientes, le pidió a Garo el dinero que costaría los destrozos y su estancia de 3 noches en su casa. No rechisto, Garo pago con todas las miradas clavas en su nuca y se fue corriendo de allí, con miedo

Durante los meses siguientes no fue ese el único cambio que sufrió, notaba cada vez más bajos los marcos de las puertas, sin duda también estaba aumentando su envergadura ya de por si grande por su ascendencia de las tribus bárbaras