Kei

26/11/2007 11:39:38

El devoto no podía borrar de su mente lo sucedido y eso le molestaba especialmente. Una derrota en su propio campo combinada con un frío que conseguía templar hasta el ínfimo hilo de confianza que quedaba en su alma no era una buena mezcla para su estado anímico.

Lo que comenzó como una mera expedición plagada de bromas sobre aquel Castillo Encantado se había convertido en una obsesión que no le permitía conciliar el sueño:

Desde joven aprendió la dura lección de las derrotas y la autosuperación, pero jamás se había visto tan limitado en un enfrentamiento directo.

Como fiel devoto dominaba a la perfección los conceptos de batalla y guerra, pero por una vez notó que su límite estuvo demasiado cerca.

Años atrás solo temía la pérdida de sus allegados más cercanos en alguna empresa, pero en esa ocasión sintió una profunda aversión hacia la oscuridad de aquella maldita estancia.

- ( Una balanza demasiado desequilibrada. ) Pensaba una y otra vez.

Se sentía solo, exhausto de intentar convencer a aquellos aventureros, irracional hasta el punto de haber sido capaz de levantar la espada contra ellos y, sin embargo; una idea no cesaba de sondearle la mente.

Al alzar lentamente la mirada observó a su compañero de cruzadas frente a él. Más fuerte que él, con un brillo esperanzado en sus ojos que transmitían seguridad de que la empresa podía ser terminada alguna vez.

Se estremeció al verse tan inferior frente a aquel arcano.

Llevó a sus labios el vino que le había proporcionado el sacerdote de Lazhánder, Khilak, y tras atragantarse y volver a sentir que un hálito de vida volvía a recorrer su cuerpo terminó por sentenciar:

- Sabes que sé que ambos sabemos que volveremos.

Esbozó una sonrisa ladina y se dejó caer exhausto contra la húmeda madera de aquellos árboles.

Si realmente quería superar su nueva meta tenía que superar los límites que él conocía como humanos necesitaba como mínimo reponerse hasta su anterior estado, pues su objetivo le excedía con creces.

Pensó antes de caer rendido en los componentes del Brazo de los Justos con los que había conversado, en toda la gente de Puerta de Baldur que se había reunido en el mismo acceso, en el elfo batidor de Vado de la Daga, en Gabriel quién les había guiado en el trayecto…, hasta en el arcano que había acogido su consejo y, finalmente... En la imagen del devoto y el arcano nuevamente en aquel Casillo de pesadillas.

Arth

26/11/2007 15:07:23

El arcano descansaba agotado junto a su amigo, no solo agotado por la batalla, sino por la presion que habia dado lugar momentos antes, cuando habian estado apunto de luchar hasta contra 6 personas a la vez.

Aquel Castillo no es normal... algo escapa a mi conocimiento... ... ... ...Conocimiento. ¿Que demonios significaba aquella palabra? La habia visto en aquella runa, a la puerta de aquella sala que revolveria las tripas de cualquiera.

Por si no fuera poco, en aquel enorme lugar, del cual solo pudieron ver una parte, vieron portales, tal vez o que no funcionasen, o que no se encontrasen activos en ese momento... Restos de rituales, tal vez nigromanticos... Y casi todo desierto.

Casi.

¿Que demonios pasaba alli? ¿Que era aquel... "ser"? Sabia bien que hasta ahora, luchando espalda con espalda con Solen, no habia conocido la derrota. Pero ese dia fue distinto... ¿por que? No lo entendiamos ninguno de los dos. Lo hicieron bien, se complementaron de maravilla, como solo ellos dos sabian hacerlo, aquel ser debio haber caido abatido sin posible salvacion...

...Pero no fue asi. Solen golpeaba y golpeaba mientras despejabamos la retirada, pero aquel ser, no conocia limite.

Pero no es que simplemente no conociese el limite de la vida y la muerte, sino que tampoco conocia limite su poder... ¡No dejaba de conjurar y usar poderes, por todos los dioses! ¿Que estaba pasando? Ademas, mientras intentabamos huir, trataban de darnos caza, unos seres de sombra extraño... y poderosos, a los que el arcano se tuvo que abrir paso mientras aun el devoto trataba, sin exito, de abatir a lo que quiera que fuese aquello...

Todas esas salas... ese Castillo...

*El arcano agito la cabeza, aun con la botella de vino en la mano, e intercambio una mirada con su compañero*

(La proxima vez... la proxima vez estaremos preparados)

...Y esa sera la gran diferencia que equilibre la balanza.

Vinduil

26/11/2007 17:14:24

--Cuidadín, el que no quiera saber que hay en el castillo, que no lea esto ;)--







Earar recorría los pasillos del castillo en silencio e invisible, usando toda su magia para no ser descubierto. Había aprendido la lección la primera vez que había pisado los suelos de aquel lugar. Una fortaleza perfecta en todos los sentidos, dobles murallas, torretas cada pocos metros, definitivamente había sido construida para aguantar cualquier asedio. Lo mas preocupante de aquel lugar no eran los defensores que pudiera tener, sino que a pesar de que todo estaba practicamente en perfecto estado y de que había antorchas encendidas por todas partes no había una sola alma. De eso estaba seguro, las almas y su estancia en el plano material no eran un secreto para él, espectros, fantasmas, no eran desocnodidos para el elfo. Sala tras sala Earar sentía que aquel lugar escondía mucho mas de lo que cabría pensar. Una enorme biblioteca rodeada de pequeños cuartos de estudio empezó a darle cierta idea de lo que podía haber ocurrido allí sobre todo teniendo en cuenta lo que había presenciado en la parte menos agradable del castillo.

En su primera visita, con un grupo de compañeros bastante competente y cauto, por no decir tremendamente poderoso, habían descubierto una trampilla secreta en el sótano que llevaba unas catacumbas. Probablemente el campo de experimentos de los arcanos que estudiaban en la enorme biblioteca. Allí habían descubierto primero una sala con un ataud sin inscripciones rodeado de muebles destrozados. Eso había sido solo el comienzo. Lo siguiente que encontraron fue una pequeña sala, parecía una especie de salón preparaod para descansar. Hubiera sido bastante agradable descansar en él, de no haber sido por los cadaveres que descansaban sobre varios aparatos de tortura. Earar fue el primero en ver esa sala y casi no tuvo que fingir completo asco y repugnancia.
La siguiente puerta que abrieron fue como abrir un portal a los nueve infiernos, deberían haberlo supuesto despues de ver las marcas inscritas en la piedra: "Vida eterna y sobrevivir a las generaciones futuras. Concedido." Una criatura consumida comenzó a conjurar nada mas ver al grupo. Era imposible saber que tipo de ser había sido en vida, su estado estaba tan deteriorado que no podían mas que adivinar si se trataba de un orco, un humano o un elfo. Sin embargo su estado no mitigaba la energía con la que intentaba destruir a los intrusos, Earar no tardó en descubrir que esa criatura se mantenía gracias a la energía negativa. Fue incapaz de recordar nada parecido, estaba claro que aquello estaba por encima de sus conocimientos y posibilidades, algo que dañó el ego del elfo. En cuanto tuvo un segundo de tranquilidad abandonó la lucha estando seguro de que los demás compañeros podrían sobrevivir y continuó a toda prisa la inspección del lugar. Las catacumbas continuaban mucho mas adentro, primero un lugar que le resultaba familiar le hizo preguntarse quien era el autentico responsable de todo aquello, luego un precipicio sin fondo y un trono gigantesco. Media hora despues volvía a donde había dejado a los compañeros luchando con la criatura. No había ningún cuerpo, todo parecía en orden, quizás habían conseguido destruirla. Sonidos de batalla le sacaron de su entusiasmo, la lucha continuaba. Sin esperanza de derrotar al ser inmortal el grupo abandonó el lugar.

Earar sacudió la cabeza alejando los pensamientos de la anterior visita. No pensaba bajar al sotano, así que se sentía relativamente seguro en los pisos superiores. Sus conjuros se acababan y decidió volver al bosque. Tras pasar por el territorio de las arañas gigantes y aún invisible pasó entre dos personas que parecían hacer guardia, varios elfos de los bosques y dos paladines de la orden del brazo de los justos hablaban con ellos.

Khilak

26/11/2007 20:24:39

El sacerdote de Lazhander, Khilak Brazofuerte, se alejaba del paso al castillo acompañado de Reb y Drazhen. Solen y su acompañante no les habían dejado pasar, pero habían llegado a un acuerdo. Organizarían una partida de exploración competente, liderada por el Brazo de los Justos y que contaría con el mismo Solen, el experto explorador Meroippi (si lo deseaba); Gabriel y los caballeros del fénix (nuevamente si querían).

Pronto el Brazo exploraría aquel castillo, y trataría de saber si era en verdad posible vencer a aquel que moraba en el castillo.

El objetivo del grupo del Brazo no era vencerle en una primera instancia, sino investigar todas las posibles pistas que pudieran dar la clave de cómo derrotarle. Khilak no era tonto y se imaginó que si Jame, Paskinel y todos los que se habían enfrentado a él no habían logrado nada, él no iba a ser más.

Lo que necesitaba era sentir el aura de ese ser tan malvado, y pedir a Lazhander guía para seguir el camino correcto.

Los paladines se dirigieron al Bastión, a empezar los preparativos. Khilak insistió en avisar al antiguo camarada de batallas, la orden del Fénix.

A los pocos días, se habían mandado cartas a Meroippi (recién exiliado de Vado), al Fénix y a algunos caballeros más.

El Brazo volvía a moverse en los Reinos