M_v_M

21/02/2008 23:50:38

Todo el mundo estaba atareado, nervioso... Que si los elfos atacaban en los caminos, que si la sombra de la guerra se iba cerniendo sobre la región... Eso por no hablar de los licántropos y sus ataques varios.

Pero al muchacho le traía sin cuidado. Había descuidado sus obligaciones con los demás, Adham, la mediana y compañía... Y hacía ya que no se le veía por Cálimport.

Y es que Coldan, en uno de sus paseos (o exploraciones, como a él le gustaba llamar a ese juego), dio con una granja a los pies de las montañas Estriral.

Como no había visto nunca ese sitio, y aprovechando que todavía era una hora prudente dentro de la noche, se acercó a las puertas de la pequeña casita que estaba en el centro de la finca. Todos los cultivos estaban bien cuidados... El molino, el río al lado, un pozo, una caravana...

Una honrada familia de granjeros, pensó.

Pero al abrir la puerta, se encontró dentro de la casucha a una mujer mayor y a una niña, ambas en dos camas pequeñas de un rincón... Degolladas.

Alguien normal se habría asustado, pero el joven Vállorac, que había pasado más de la mitad de su vida en callejones oscuros sólo iluminados por dagas fugaces, no era alguien normal.

Registró los cuerpos. Eso había sido una obra maestra. Sea quien fuera el asesino, le había salido al dedillo. Y es que a otro que no tuviera la vista de Coldan, le habría parecido que dormían plácidamente. Bueno, de no ser por la sangre.

Registró la otra casucha, y encontró al que debería ser el padre. Ejecutad con la misma precisión...

El hijo menor vino a estar en el cobertizo, con los pantalones desabrochados... Le habían rajado el cuello en pleno homenaje a su hermana menor, pensó Vállorac.

Tras inspeccionar a fondo todo el paraje, cogió una pala y enterró los cadáveres, echando un último al río, al ver que no le daba tiempo a hacerlo antes de que amaneciera.

Esto había que hacerlo bien, así que pintó en las paredes de la casa, con la sangre de un jabalí, que ahora esta casa pertenecía al Búho.

Prendió varias hogueras por la zona y dejó bártulos suficientes como para hacer creer con un primer vistazo de cualquiera, que ahí se había asentado todo un regimiento...

Para cuando volvió a la casa, semanas después, vio que nada había cambiado. A partir de ahora, ésta sería La Finca de Coldan.

Tymora se había encaprichado con él, le daba la sensación. Puedo comprar mobiliario adecuado a un precio más que razonable, y por si fuera poco ahora contaba con sus dos esclavas de diecisiete añitos cada una...

Y por la virginidad de ambas, en breves tendría un caballo.

Además, acaba de conocer a dos enanos, Rugrim y Atror, que se han ofrecido a colaborar en el terreno a la sola mención de la necesidad de tener que contar con guardaespaldas para repeler posibles ataques de gigantes.

A día de hoy, Coldan mira sus tierras y suspira, atando cabos. Dos esclavas guapísimas, un gran terreno, desconocimiento total del cultivo de la tierra, dos enanos mata gigantes y la cerveza y carne deshuesada que le podrían conseguir, un lugar entre medias de ninguna parte...

Allí se iba a construir una posada como Tymora manda.

Rugrim

23/02/2008 17:37:25

Rugrim no solía ir por la ciudad de Calimport, sin embargo esta vez tuvo que ir a la calurosa ciudad para atender unos asuntos.
Como siempre, salió de esa ciudad cabreado y se fue a luchar contra sus enemigos más odiados para aplacar los animos; los orcos.

Así se dirigió junto con otro enano, Atror, y una mediana azul al campamento orco situado al Norte y, posteriormente, a las montañas de la marcha.
Allí se toparon con un humano, Coldan se hacia llamar. Tras varios minutos de conversación, el humano, sacó el tema de su proyecto de hacer una posada al Sur de las montañas estrial, lo que le pareció buena idea a Rugrim, el cual se ofreció a prporcionarle protección contra los gigantes que pudieran bajar.