gatovengador

17/03/2008 14:34:01

El caballero y el enano avanzaban por el bosque de Mir, atentos a sus alrededores. Demasiados encuentros en el Camino del Comercio cerca del bosque les habían llevado a buscar al enemigo en su guarida para acabar con el caos que sembraban.

De momento todo transcurría con soltura y celeridad, y el caballero daba gracias a su señora por ello. El enano quizás no fuese el mejor compañero para una conversación y puede que fuese demasiado impulsivo, pero sin duda sabía manejar el hacha.

Sin demasiada dificultad se abrieron paso hasta el centro del bosque, donde solo encontraron animales. Habiendo llegado hasta allí decidieron seguir un poco más hacia el sur y asegurar la zona. Su paso era firme y su convicción inquebrantable, hasta que rodearon un recodo derrota. Todo se vino abajo.

Los dos lagartos cayeron sobre ellos con una furio imaprable. El caballero pudo ver como su compañero caía indefenso. Así pues apliacando una norma básica de la estrategia "nunca te enfrentes a un enemigo que no puedes vencer", el caballero intentó retirarse, pero poco pudo hacer, apenas había retrocedido unos metros cuando el lagarto de armas igneas cayó sobre él y todo se volvió negro.

Al cabo de un rato el caballero, para su sorpresa, se levanto con un grito. Dolorido se puso en guardia y miro a su alrededor... Nada. Ni rastro del lagarto, ni rastro de quién fuese que le hubiese ayudado.

Tras comprobar que la zona era seguro se fue en busca de su compañero, empleando pociones de invisibilidad para evitar atraer de nuevo atenciones innecesarias. Encontró el cadaver pero para su sorpresa no estaba solo, habia una figura enjuta sobre él.

Aprovechando los efectos de la poción se acerco para ver quien era la misteriosa figua, pero en el mismo instante en el que disipo los efectos de la invisibilidad la figura se desvaneció en la nada. Y para su mayor sorpresa el enano se levantó.

Molesto, dolorido y con un escozor bajo el guantalete espero a que el enano se reincorporase y a que acabara con su sarta de quejas y lamentos.

Inspeccionaron la zona y no vieron nada, ni rastro de los lagartos ni de su misterioso benefactor. Y entonces fue cuando el enano encontró la marca. El caballero observo el tatuaje que tenía el enano y cayó en la cuenta. Se retiro el guatalete y ahí estaba, el mismo dibujo, una araña negra.

"Salgamos de aquí" dijo el caballero y ambos salieron a toda prisa del bosque.

gatovengador

17/03/2008 20:58:41

Tras acabar la guardia el caballero se topó con dos conocidos que quiza le pudiesen aclarar algo sobre la extraña marca. Tras una charla sobre el tema el caballero salio aun más confuso si cabe.

Si bien le confirmaban que la araña podía ser un simbolo de los elfos oscuros, de los que había habido avistamientos en el bosque, ¿por qué iba a ayudarles a ellos uno? ¿Qué posibles intereses tendría? Tendría que llegar al fondo de este asunto, pero temía lo que pudiese encontrar ahí.

Rugrim

17/03/2008 22:13:59

Rugrim volvió al camino de la costa, tras acabar con un grupo de infectos y desalmados orcos. Allí se encontro con el caballero. Al parecer éste buscaba destruir unas criaturas precursosras del caos y Rugrim le acompañó.

Llegaron así al Bosque de Mir, hogar de ogros y gigantes menores. Sin embargo no se quedaron en la periferia, sino que siguieron avanzando alcanzando una zona pantanosa. Allí se toparon con un grupo de arañas, pero antes de que los dos guerreros pudieran si quiera desenvainar sus armas, aparecieron dos lagartos bípedos. Uno de ellos persiguió al caballero.

Rugrim se encaró al otro lagarto, pero no llego a alcanzarle pues una sustancia le habia pegado los pies al suelo y acabó sucumbiendo ante las arremetidas continuas del lagarto...

Un fuerte dolor de cabeza despertó al enano, mas este fue corto y pudo darse cuenta de su entorno:
Los lagartos estaban muertos en el suelo y no había ni rastro de las arañas, pero eso no fue lo que llamo la atención de Rugrim, sino el hecho de que uno de los guanteletes de su armadura estaban sueltos y notaba un cierto picor en su brazo. Al mirarse el brazo descubrió que algún gracioso le había dibujado una figura en éste. Parecía una araña negra.

El caballero estaba al lado y, al parecer, también tenia dibujado una araña. Además le dijo que había visto a un individuo arrodillado al lado de Rugrim justo antes de que el enano se levantara.


Por como desapareció, Rugrim dedujo que sería un elfo, así que se dirigió a la frontera de Weldazh para preguntar a alguno de los raquiticos elfos. No hizo falta llegar hasta tan lejos, pues cerca de las afueras del bosque de Mir se topo con uno.

Tras una acalorada conversación con el elfo, Rugrim solo llegó a una conclusión, el que le dibujó la araña no era elfo o al menos el elfo del camino le dijo que no habitaban elfos en esa parte del bosque.

Quizá el caballero haya obtenido más información...