M_v_M

07/05/2008 14:40:06

El pequeño Kyrst se levantó aquella mañana empapado en sudor, en su pequeño catre de la Novena Campana, donde los posaderos recibían un pequeño suplemento por haberle habilitado una habitación al kenku.

Se despertó así de inquieto por culpa de un sueño.

Pero no un sueño cualquiera, sino casi una premonición. Y es que todo parecía tan real... Más que las adivinaciones de su amigo Abd, y más nítido que cualquiera de las historias que él o cualquiera pudiera relatar.

Era la primera vez en su corta vida que Kyrst había experimentado algo parecido a aquella visión.

En ella se veía una gran explanada, allí donde las montañas sólamente interrumpían el cielo como un recuerdo en la distancia, dejándolo libre a las nubes y al sol.

El murmullo del continuo fluir del agua, posiblemente de un río cercano, acompañaba amable a las conversaciones de las muchas gentes que allí se encontraban.

Enanos, elfos, humanos, gnomos y semiorcos se divertían danzando y cantando en la pequeña plaza de ese lugar, rodeado de árboles perennes y surcado por pequeñas casitas que no seguían ningún orden de ningún plano.

Casas redondas y pequeñas, altas o pequeñas aberturas en la pared de piedra para los enanos... En ese lugar había de todo, y nada malo del exterior podía cruzar sus barreras.

No había Ronies malos de barrotes, sino Ronies buenos, paladines amigos de Kyrst. Los enanos trabajaban sus forjas y los elfos se fundían con la naturaleza como en su tierra.

Varios gnomos hablaban de sus cacharros e invenciones, mientras un grupo de medianos bromeaban con los poco avispados pero siempre leales semiorcos.

El kenku no aparecía en ese sueño, sólamente veía todo aquel pueblo, paraíso y descanso de las grandes ciudades. Su imagen quedaba inmortalizada en una estatua, en la gran plaza.

Y aquel lugar idílico se llamaba Familia.

Aquella gran familia que Kyrst pudo haber perdido no tenía nada que envidiar a la que se componía por sus más cercanos amigos.


Despertó con ese recuerdo dejando un sabor dulce en lo más profundo del corazón.

Y se decidió a llevarlo a cabo.

M_v_M

08/05/2008 12:44:03

//Ye estoy empezando a liar a más PJs con el tema :P

Antes de nada... ¿Como ve la directiva esto? ¿Mando privi con lo que tengo en mente, etc?

Farben

08/05/2008 13:35:55

Familia, y sin embargo kyrst sabía que había algo más, algo que debía buscar, una parte de sí mismo le incitaba a ello, llevaba incitándole toda su vida, y el pequeño kenku ya tenía cierta habilidad para escapar de enemigos poderosos llegado el caso y para buscar cosas. Tal vez el momento se aproximaba.


//hace tiempo me mandaste "algo" y te dije que cuando tuviese algo de tiempo y finalizase algunas quests te avisara... pues date por avisado :P

M_v_M

08/05/2008 14:00:59

Algunos enanos ya estaban entusiasmados con la visión de Kyrst. Tal ver era el empujón que necesitaban para lograr asentar un hogar... Que alguien tan activo, que no decaía nunca, diera el primer paso.

Kitty se ofrecía a buscar el lugar adecuado, Loander compartiría su tiempo con su órden para ayudar al pequeño, ya que conocía a un druida que podría participar en la labor de apaciguar el entorno donde se asentaría Familia.

Y los paladines ayudarían, Kyrst lo sabía.

Tantas cosas, tan poco tiempo... Pero ya había sembrado débilmente la semilla de la esperanza en algunos corazones.

Para cuando volviera de lo que lo que no podía dejar atrás, Kyrst sólamente esperaba que esa semilla siguiera madurando.