Writer

07/06/2008 21:19:57

“La noticia se extendía con rapidez: “¡los semidragones han vuelto!” decían los viajeros. Al parecer algunos elfos y otros viajeros habían sido atacados en diferentes lugares y momentos sin motivo aparente. Como si esas bestias necesitasen de alguna justificación...

Ante tales afirmaciones me vinieron a la mente algunos recuerdos: aquel semidragón rojo, orgulloso, prepotente, insultante y ofensivo, en las cercanías de weldazh, en pleno camino, que acabó perdiendo la cabeza. El verde que cayó tras multitud de fechorías en una gran batida, dirigida por el que sería el gobernador de vado. El negro, Cortiam, seguidor de Tiamat, el desmembrador *dirige su mirada a su mano izquierda*. Los que atacaron mi querida Vado, junto con dragones, y mataron a muchos, sembrando el caos y la destrucción, provocando la destrucción de la ciudad, entre otros.

Al final del camino, tras una prolongada patrulla, en la entrada de mir apareció uno de ellos: Un semidragón rojo alado con las armas desenvainadas. Eso mismo hice yo. Su comportamiento fue un tanto desconcertante, quizá abrumado por el número. Solo dijo dos palabras y emprendió el vuelo. Por lo que pudimos ver se dirigió en dirección al monte zaragalla, probablemente a reunirse con los de su sangre. Y nada más he vuelto a saber.

Hasta el siguiente día...

El camino de regreso transcurría sin complicaciones, todo estaba tranquilo... de repente una figura apareció tras de mí, corriendo y gritando. Reconocí las vestiduras del Brazo y ella reconoció las mías, el fénix rojo por la lucha y por la sangre que con orgullo porto en el pecho. Me pidió ayuda urgente a gritos, que la siguiera rápidamente. Le pregunté cual era el motivo, pero únicamente me dijo que debía seguirla, que me lo contaría por el camino. No vi nada que me hiciera sospechar, sus ropas parecían auténticas y sus motivos auténticos, así que me lancé tras ella a la carrera.

Por el camino... un semidragón rojo dijo. No dejaba de correr. Estupefacto, le advertí que probablemente nos estábamos precipitando, pues eran formidables enemigos. Mi preocupación aumentó cuando nos internamos en una gruta... aparecían cadáveres por doquier... podía ser una trampa.

Manifestó haberlo dejado inconsciente, pero como si oyera estas palabras, un rugido se oyó al final de la gruta. Si lo había estado, ya no lo estaba. Desenvainé y seguí hacia delante, alumbrando el camino y sin dejar de mirar a los lados. No tuve siquiera tiempo de prepararme para el combate.

Sí, efectivamente, un semidragón rojo, con las armas desenvainadas. Las cuerdas que lo retenían estaban en el suelo y parecía estar totalmente recuperado.

Observé detenidamente... manteniendo la distancia... mi cuerpo tenso y presto para el combate. Conocía sobradamente la naturaleza maligna de esas criaturas, lo son desde que nacen, el mal forma parte de su ser o, mejor dicho, son el mal personificado, prácticamente en estado puro. Mi enemigo natural y de todo aquello a lo que dedico mi vida, de la ley y de la causa del bien, de la justicia.

Su comportamiento fue el esperado. “¡Quien... quien!” repetía... Quienes os habeis creído que sois para venir aquí, para interrogarme así!... No cejaba de reir alocadamente. Se negó a identificarse, por supuesto, y al ser preguntado por la clériga a cerca de ataques a varias personas, entre ellos dos elfos, respondió declararse inocente. Inocente... acaso sabía lo que significaba esa palabra? ¿Acaso el simple hecho de decir algo lo convierte en verdad, por el mismo hecho de decirlo? Desde su primer soplo de vida ya era culpable, estaba condenado a los ojos de Tyr, esa pregunta no era precisa, la clériga debía saberlo ya.

Veis mentira en sus ojos? “Siempre” respondí, “y otras cosas”, forma parte de su naturaleza.

La clériga le requirió para que nos acompañara detenido, a lo que evidentemente se negó.

Me acerqué un poco más a la clériga, intentando crear una defensa compacta de manera que nos pudiéramos cubrir mútuamente, pero manteniendo todavía las distancias.

Orgullo, prepotencia, locura, mentira, culpabilidad, agresividad, violencia, caos y destrucción... Forman parte de esos engendros, son un todo.

De repente, desapareció de mi vista, probablemente se hizo invisible... Hasta que sentí dos golpes de espada, que me hirieron levemente y entonces apareció justo a mi lado, su ataque había revelado su posición. Fue su último error, no se trataba ya de eliminar el mal de la faz de faerun, que vive dentro de esas criaturas, sino que debía defenderme de su ataque que efectuó sin previo aviso.

La lucha pareció durar una eternidad, los golpes de espada se intercambiaban continuamente, y las heridas... Me encomendé a tyr, mi defensa y ataque mejoraron, el poder divino de tyr le hería... Él a mí también... La clériga ayudaba a curar mis heridas y le flanqueaba, él era bien capaz de curar sus heridas pues parecía disponer de conjuros de sanar y esos pergaminos de los que algunos guardo y que tienen efectos similares, si bien no me resultaron necesarios, la clériga hacía bien su labor. Por dos veces... No hubo una tercera... Cayó.

Apoyé la punta de mi espada en su garganta, debía morir, era mi deber, por un momento mi voluntad ya no era mía, era la voluntad de tyr que me impelía a hacerlo... Apenas oía a la clériga decir insistentemente que no le matara, que debía ser juzgado, que pagaría por sus crímenes... No se por qué lo hice, por qué le perdoné la vida, quizá la voluntad de tyr cambió a súplicas de la clériga, no lo se... Envainé la espada, desenvainé una más sencilla y sus manos aun empuñando la espada y el escudo junto con ambos pies quedaron inertes en el suelo, no volvería a escapar, esta vez no. La sangre me cubría, tanto la suya como la mía propia.

Hice lo posible por aumentar mi fuerza para resisitir su peso, eso fue suficiente y lo llevé al bastión, tal y como me pedía la clériga. Lo dejé caer en el suelo de la celda, sin mucho cuidado, realmente no me preocupaba que muriera, quizá así debería haber sido. Ya le había informado a la clériga que mi veredicto era de muerte, no podía ser de otra manera... De todas formas, me aseguraron que la justicia de tyr se impondría y caería con todo su peso.

Otro semidragón rojo había sido capturado, éste en una fase inicial de transformación. Quedaban dos, el alado y el verde.

Según me informaron allí mismo, el Brazo había impartido órdenes a los suyos, los semidragones debían ser capturados... vivos! Por tyr, qué locura! Nunca se dejarán capturar vivos, no al menos sin presentar batalla. Me alegré de no tener que obedecer esas órdenes, que no acabo aún de comprender conocedor de la naturaleza de esas criaturas, pues como maestre de la Orden de los Caballeros del Fénix sólo debo obediencia a Tyr, a la Tríada, al Grimorio, al Gran maestre y al consejo.

Habían atacado a cuatro personas que se supiera, claramente identificadas, dos elfos y otras dos personas, entre ellos un miembro del Puño Cegador, seguidor de Tyr. Estaban siendo avisados para prestar su testimonio.

Allí fue despojado de sus pertenencias y encerrado. Les advertí que si decidían mantenerlo vivo que trataran de que estuviera débil y escasamente alimentado, sin muchas fuerzas, pues era extremadamente peligroso y poseía una enorme fuerza, por lo que podría ser capaz de huir.

Volví a la gruta recoger su espada y escudo, y sus miembros. Esto no había acabado... Aciago día... Justo cuando acababa de recogerlo todo y dejarlo bien dispuesto en cajas grandes, que usualmente llevo conmigo, apareció otra criatura... Un gusano de enormes proporciones surgió del suelo con enorme estruendo... de color púrpura... Me superaba entre diez y veinte veces mi altura... y varias veces mi anchura... podría haberme engullido de un bocado... Se alzaba sobre mí. Otra vez el escenario era el mismo, esta vez el adversario era mayor... La lucha fue aún más larga que la anterior... No esperaba que me entendiera, pero a grito de “Tyr” y “¡Valor y Honor!” lancé multitud de mandobles con mi espada, gritando, quizá para infundirme valor a mí mismo, que no me iba a retirar de esa lucha, que o moría él o yo.

Fue él, cayendo con gran estrépito al suelo... No esperé más, no sabía si habían más criaturas de esas allí, regresé al Bastión y acompañado de mi camarada Lady Jeanna, que encontré en el camino por el que hacía horas que patrullaba (¡qué diferente hubiera sido todo de contar previamente con su ayuda!), le entregué a la guardia las últimas “pertenencias” del engendro. Antes eché un vistazo, por si llevaban algún símbolo grabado, en especial en su espada y escudo...

Tyr, confío en ti, no permitas que me avergüence.” *escribe*

”Valor y Honor!” *grita en su estancia, para sí, conmovido, con la mirada perdida en el recuerdo, como si ese simple grito, esas simples palabras a oídos de otros, tuvieran un enorme y trascendental significado para él, como si fueran el reflejo y el significado de su vida mortal. Repetidas desde antaño tantas veces por él y sus camaradas, algunos caídos para siempre cuyas almas le esperan en el regazo de Tyr, hacen que se remueva algo en su interior, recordando tantas cosas...*

*Se recompone rápidamente, como si nada hubiera pasado, entrega seguidamente su informe al Gran Maestre y hace partícipes a sus camaradas*

kosturero

07/06/2008 21:40:36

//Genial relato, pero me gustaría puntualizar una cosa respecto a lo de ''ver las mentiras'', cuando nos veamos dentro lo hablamos ;)

pastoretpastor

08/06/2008 13:12:20

En el bosque se podían ver las pisadas que creaba un ser invisible.

Cuando llegó al lugar indicado lazó un sortilegio y quemó los hierbajos creando una gran marca que, desde el suelo sólo podía calificarse como un incendio, pero desde el aire se podía observar la misma quemadura que tenía en el pecho, disipó los restos de su magia y se adentró en el lugar.

Acabó con todos los trasgos que veía a su paso. Los golpes retumbaban en la caverna, los cadáveres carbonizados y perforados por los golpes dejaban un rastro de suntuosas heridas y sangre por doquier.

Cuando llegó a la última estancia, se cambió de guantes y escribió con sangre en las paredes: "Mastiah está en el bastión del brazo esperando ¿juicio?".

Sacó de entre sus ropas un foco de poder y lo activó, creando un conjuro que le llevó a un lugar seguro, quemó sus guantes y cambió sus ropas.

(Que poco me gusta ensuciarme por ese inepto, pese a todo, las consecuencias pueden ser gratas)

ArkasLynvail

08/06/2008 13:19:12

La semidragona sobrevolaba el bosque de Mir y algo la llamó la atención, se fijó en el pequeño incendio y sonrió, pensando que sería alguno de los suyos.

Pero cuando se acercó al lugar ya no estaba tan segura. Se adentró en la cueva y observó la pared, soltó un gruñido profundo y se dirigió a gran velocidad hacia el bastión.

- Asi que ese paladín sabía algo...la próxima vez que le vea no le dejaré escapar.

chikaki

08/06/2008 14:32:05

La diversion aumentaba por momentos.
El semidragon se encontrana enzarzado con un gusano de enormes proporciones,eso era lo que le mas le gustaba,que el enemigo se creyera superior,para luego demostrarle que se equivocaba.Siempre se equivocaban.

De repente,Mastiah noto una presencia en la cueva,pero ni se inmuto,estaba demasiado ocupado con su presa para prestar atencion a cualquier nadez.

Uno, dos.Mastiah no ecordaba nada.

Se encontraba en el suelo maniatado,y en muy mal estado.

Quien anda ahi? quien osa hacerme esto?

El Discipulo de la sangre de Dragón rugia y lanzaba amenazas al aire,mientras forzaba las ligaduras que le mantenian inmovilizado su gran poder de destruccion.

Uno, Dos.Mastiah logro soltarse de sus cuerdas captoras.Era hora de buscar de quien eran y devolverselas....

Al poco de soltarse,el Dragon se encoontraba furioso,y herido de lo mas importante,su ego.De repente aparecieron los que podian ser el antidoto para sus heridas....

Despues de oir una sarta de basura,de la boca de aquellos engendros salia la palabra Bastiion una y ota vez

-Quereis que os acompañe?....Quien os habeis pensado que soys....Me dejais en el suelo incosciente y atado,y ahora debo acompañaros?-su risa no podia cesar-

Acaso pensaban que iba a ser asi? JA¡.Se habian encontrado con una sorpresa de ultima hora....y aun tenian la desfachatez de no querer disfrutarla?No iba a ser tan facil como ellos querrian...

Mastiah rugia una y otra vez,altivo,esa escoria no merecia menos,esto no iba a convertirse en un cuento de doncellas....de los que habia cantado para ganarse la vida anteriormente....esto seria un cuento de dragones,donde la princesa, no era lo importante,sino el sufrimiento por el que iban a pasar...

La batalla empezo en un impulso,ya se habia hartado de oir la basura que salia por su boca,sabia de sobra que ellos iban a hacer lo que quisiesen con el,y por supuesto el no iba a ser menos

La cleriga no dejaba de sanar y potenciar el poder del guerrero,Mastiah podria haver acabado con ellos,pero su eleccion no habia sido la mejor....

Uno,Dos al suelo.

Todo lo demas fue borroso,Mastiah se sintio en un sueño,placico,donde el tiempo pasaba despacio.

Cuando pudo abrir los ojos,sintio un agudo dolor en sus extremidades,y noto como el aire de la camara donde se encontraba tenia un olor....asqueroso.

Tuvo tiempo a darse cuenta que su cabeza estaa en un cepo y sus manos y pies.....habian sido cortadas.Su rugido se apago cuando cayo incosciente de nuevo.

En sus sueños,perseguia a un dragon e norme que tenia alas,y el no,lo perseguia y lo perseguia,subia montañas y valles para cojerlo,pero siempre se escabapa.Cuando logro volver a encontrarlo,el dragon no se fue y le miraba fijamente,no tenia claro a donde.
[i:bc49a9850b]-Quiero unas alas como las tuyas,quiero pode volar alto.

-No viniste a por unas alas,hijo.[/i:bc49a9850b]

Se dio cuenta en ese momento que no tenia extremidades,cayo al suelo,podia notar el dolor que habia sentido despierto.
-Ayudadme Madre....

Writer

08/06/2008 18:36:36

//Una pregunta... si quereis lo hablamos dentro lo que haga falta, pero me pica la curiosidad. Si en la escena, hace apenas tres días, estábamos Mastiah, Quiara y mi pj, cómo es que vosotros ya sabeis dónde está el semidragón?

Elgatovolador

09/06/2008 03:04:37

Esos paladines andan detras nuestro mi Señora, he visto grupos en MIr y no hace mucho me enfrente a ellos en Tezhyr . . . han capturado alguno me preguntaron si buscaba a mi amigo


*mira a Thintia esperando ayuda y firmeza*

Cormarion

03/07/2008 17:57:48

[color=red:34930a75dc][size=18:34930a75dc]El concilio de los paladines, 1ª Parte. Juntos pero no revueltos o de cómo las fuerzas del bien se unen para acabar con el mal.[/size:34930a75dc][/color:34930a75dc]

Los miembros del Brazo de los Justos esperaban a las puertas del Bastión y la recepción fue amable y educada. La Tríada los observaba a buen seguro y proporcionaría la sabiduría necesaria a los paladines para que llevaran a cabo un concilio en el que se disiparan las negras nubes de las amenazas de estos convulsos tiempos que les tocaron vivir.

Como si de un mal augurio se tratase el cielo se oscureció, el tiempo arreció y una fría lluvia les sobrevino repentinamente teniendo que entrar a guarecerse dentro del baluarte a la espera del resto de miembros. Excusados a los que no podían participar, una vez en la sala de juntas y cumplidos todos los protocolos, Sir Althiem ocupó la cabecera de la mesa, a su siniestra por parte del Brazo estaban presentes los dignos y esforzados caballeros Drazhen, Nyrnael, Penco, Weston, Reb y más tarde llegarían Quiara y Timo; y a su diestra se sentaron respetuosos los miembros de los Caballeros del Fénix, Thearos, Vasile, Jeanna, Servant que llegó más tarde, y aún no siendo miembros de completo derecho, se permitió la inclusión del novicio Danylten y de la escudera Ania, como muestra de buena voluntad y respeto.

El concilio se inició con una oración del Padre Vasile, y éste alzó su símbolo de Tyr en alto y declamó:

[i:34930a75dc]- Que la bienaventuranza nos guíe hacia el buen camino, puesto que es el camino que elegimos como herramientas de nuestros dioses. ¡Gloria a la Tríada, a Lathander y los demás dioses que tienen como dogmas la Justicia, la Dignidad y son piadosos! ¡Gloria y Justicia! ¡Sabiduría y Bondad!

[i:34930a75dc]- Que así sea. ¡Gloria a la Triada! ¡Gloria!- corearon impregnados de Fe y Esperanza como respuesta los caballeros.

Finalizada la plegaria Sir Althiem inició el concilio con el tema de los semidragones. Los caballeros expusieron los hechos conocidos, sus movimientos, su número, el culto a Tiamat, los ataques a elfos y a miembros de las ordenes y el semidragón apresado.

No era la primera vez que ambas ordenes habían entablado combate contra semidragones y el campo de batalla que fue Vado es mudo testigo hoy, así como lo confirman los símbolos de Tiamat grabados en sus cuerpos. Después debatieron varios puntos y los caballeros asintieron a las medidas propuestas por Sir Drazhen con la puntualización del Padre Vasile.

Tan sólo se vivió un pequeño momento de tensión a raíz de la más que probable sentencia de muerte del semidragón; juicio ordinario según unos, juicio rápido para otros. [i:34930a75dc] E hizo una seña a Sir Drazhen que había ocupado el liderazgo ante la ausencia de Sir Althiem para que expusiera los detalles del juicio.

Aunque faltaba ultimarlos por completo ya se tratarían a su debido tiempo. Ahora el Padre Vasile reclamaba la atención acerca del tema de los portales...

[.../...]

anbu

03/07/2008 21:53:26

[i:3ebce8c743]Habia llegado tarde, no iba a interrumpir la reunion, no era nadie para hacer tal cosa, nadie para mostrar esa falta de educacion, llegar tarde y pretender inmiscuirse en aquella reunion, no eran cosas propias de un caballero.

Los pensamientos se romperion, por el aviso de una mujer, que le indico que pasara a dentro, recelosa, la paladina comenzo a andar para luego cruzar el umbral y saludar en un estricto silencio, se sento lentamente y entrelazo las manos en su regazo agachando la mirada, escuchando el rumor de la sala.

La sala retumbo, los presentes nerviosos, se apelmazaron para salir por la puerta, indisciplinados, Ania avanzo con cautela, buscando oir las directrices de sus superiores, que no se hicieron esperar.

- En cuadro - Ordeno Jeanna con firmeza

En esta froma permanecieron unos istantes hasta que cruzaron la puerta, tras ella en el exterior una semidragona roja, golpea a diestro y siniestro, la 7ª hija de la casa de la Rosa desenvaino, se encomendo a Tyr y se lanzo para aplacar el mal ante ella, un golpe basto para abatirla, uno solo le quebro el escudo y casi la parte en dos por el costado.

La lucha, el caos, la muerte, la sangre, los gritos, el miedo, los lamentos, la ira, el odio.....todo se perdia, se veia tan lejano, pero luego se hizo tan cercano, tan verdadero, la vida volvio al cuerpo de la muchacha y volvio a ser cosciente de la situacion, con la mirada solo vio a compañeros heridos, a otros temerosos, otros conteniendo su ira.....las palabras de la semidragona le sonaban como campanas en su cabeza.

A Tyr se encomendo, a Tyr pidio ayuda, señalo con el dedo a la aberracion roja y la lluvia y el trueno se abrieron en el cielo, en la tierra la lluvia de sangre y el trueno de las armas, abrieron la batalla.

A duras penas si se levanto la joven, cargo de nuevo y de nuevo volvio a caer, mientras gritaba el nombre de su deidad cayendo al suelo con el pecho abierto. Otra vez volvio de los muertos, su alma, sufrio el viaje, arrancada y devuelta al cuerpo tan seguido, se revolvio, pero se levanto, viendo como la semidragona huia, volando a una colina, cobarde rastrera, de una diosa denesnable, pues habia de serlo, si esa roja era sierva suya. De la colina bajo con un aleteo, la lucha volvio a rodearla y nuevamente cayo, con el vientre abierto, pero las plegarias trajeron de nuevo el alma, un alma cansada, un alma destrozada por tan ir y devenir, en realidad solo volvio en parte, la paladina por mera voluntad hecho a andar, tirando de su cuerpo con fe y devocion, asi siguio caminando, arrastrando escudo y espada, pero llego un momento, cuando Jeanna le arrebato el escudo, en ese instante Ania ya no pudo mas, su vida se fue, demasiado fragil, para soportar tanto poder, tanta magia nigromantica, habia acabado por sobrepasar su ressitencia, ahora yacia muerta en el suelo mientras la tormenta, limpiaba la sangre de su cuerpo. sus dos compañeros la miraban, sin entender, creyendola desmayada la llevaron de vuelta al bastion.

Alli trataron de resucitarla con un pergamino, eso solo sirvio para que su alma se retorciera a medio camino entre lo terrenal y los salones de Kelemvor, la cleriga del brazo, dijo que era muy tarde, que no podian hacer nada, Jeanna solo pudo retirarse a llorar por la perdida, pero el joven novicio, no podia creerlo, la habia visto caminar, moverse, para luego caer fulminada, sabia que pasaba algo, Darytien pidio que movieran el cuerpo, Thearos levanto a Ania la coloco en el centro de la habitacion y formo un triangulo junto a Jeanna y Darityen, este ultimo dirigiendo el ritual y los otrosdos repitiendo sus palabras.

3 veces se lanzo sobre el cuerpo una plegarria resurectora, con la cuarta, con el final del ritual, Ania grito, se revolvio, miro deshorientada, con los ojos temerosos, respirando acelerada, habia podido volver con los suyos.


¡He vuelto por Tyr, por mi fe, por mi familia, por mi ciudad y por el fenix, he vuelto![/i:3ebce8c743]

Cormarion

05/07/2008 02:35:31

[color=red:c573c712e9][size=18:c573c712e9]El concilio de los paladines, 3ª Parte. Alguien llama a la puerta o Agonía y Extasís.[/size:c573c712e9][/color:c573c712e9]

El caballero Weston fue el primero en advertir que algo no iba bien. Las paredes temblaban y los paladines se levantaron de sus butacas con la mano presta a la empuñadura de sus espadas. Los miembros del Brazo daban aviso a la guardia y a los milicianos disponibles, Sir Thearos pedía reforzar la puertas y solicitó a Jeanna que la siguiera. Todos se prepararon ante la inesperada contingencia y se encomendaron a los dioses para obtener su favor.

Los escudos prestos, las hojas relucientes, las viseras bajadas y en sus corazones la misma plegaria en aquella fecha señalada. Jeanna había dado orden de desenvainar y formar en cuadro, y se giró para pedir a Ania que hiciera lo que pudiese por la Tríada.

Salió un paladín del Brazo y Sir Thearos envió a Sir Servant a descubrir de que se trataba. Las puertas se abrieron y el Brazo al completo cargó espadas en alto. Las disciplinadas tropas del Fénix aguardaron el regreso de Sir Servant en perfecta formación.

[i:c573c712e9]- ¡Aléjate de este santuario!-, increpó Sir Servant malherido dejándose caer contra la puerta, y mientras tanto los defensores del Brazo no cejaban en plantar batalla y los Maestres del Fénix intentaban ordenar un alto en el ataque para oír a la bestia.

- Bien, me habéis cansado, pasaré a cortaros la cabeza a todos y cogeré al semidragón después ya que no aceptáis un cambio-, gruñó la bestia roja y en un movimiento traicionero intentó coger de la pechera al paladín que yacía a sus pies, Weston. Los heridos se incorporaron ante la amenaza, dispuestos a vender cara su piel, y los Maestres aún en pie y más cercanos lanzaron sendas estocadas gemelas a los brazos de la bestia que tuvo que dejar el cuerpo y dar un paso atrás.

El fragor de la batalla se redobló, cuando se podía se invocaba el poder de la conjuración trayendo la curación divina a los caídos, y cuando la segunda línea estaba lista la primera dejaba paso para recuperar el aliento. El enemigo era tan sólo uno pero de tal poder que solo entre todos podían frenarlo. Nunca habían batallado antes unidas las ordenes como lo hacían hoy pero en sus miradas se reflejaba el mismo empeño.

De repente en uno de los lances de la batalla, la bestia roja, puso su musculosa pierna sobre el cuerpo exánime una vez más de Weston, que había sido reanimado y caído de nuevo en la batalla, al igual que otros por virtud de los clérigos. El líder del Brazo, Sir Drazhen mandó alto y así lo hicieron también los Maestres del Fénix.

- Dejad hablar a la bestia, tiene a uno de nuestros compañeros-, dijo Sir Servant mientras la semidragón roja levantaba con una sola mano el cuerpo inerte del paladín y le ponía con la otra la cimitarra, de filo ácido, en el cuello de Weston.

- No haremos tratos contigo-, dijo la paladina Quiara
- Parece que pensáis más en atacarnos que en la vida de vuestros compañeros-, espetó la orgullosa criatura.
- Los dioses están de nuestro lado y aunque seas más fuerte estás sola-, replicó Sir Drazhen.
- También mi diosa está conmigo paladín-, respondió jactanciosa la bestia.
- ¡Apártate de él y hablaremos! Tienes mi palabra-, intervino Sir Thearos.
- Pero ahora la vida de este paladín también está en las mías-, dijo la bestia acercando más el filo al cuello de Weston.
- Si lo matas, tu "amigo" también morirá, sentenció Sir Thearos.
- Este es el trato, vosotros me entregáis al semidragón y yo al paladín, todos ilesos y enteros.
- Eso no será posible-, le replicó el Maestre secamente.
- todos conocemos nuestros riesgos... ¡pero no cederemos ante el mal!-, y la bestia apretó más la cimitarra infringiendo un fino corte.
- dad la orden, si lo mata, matad también al semidragón-, refiriéndose a la bestia cautiva en las celdas del Bastión.

Sir Drazhen sopesó las palabra de Sir Thearos y se volvió a dirigir a la bestia roja. - Si te doy a tu amigo no tendrá la posibilidad de un juicio y ello provocará que vayamos a vuestra caza.
- Tenéis la oportunidad de salvar a una vida inocente, en vuestras manos tenéis la vida del paladín, elegir la suya, o la del semidragón, es una respuesta sencilla-, dijo mirando a todos los presentes buscando signos de debilidad entre los paladines.
- Es culpable de crímenes, y sí, sí que es sencilla la respuesta.
- Sí o no, mi pulso no temblará.
- Prefiero morir antes que hacer tratos contigo...-, replicó la paladina Quiara.

Algunos paladines empezaron a pedir el favor divino y a prepararse para acabar con la bestia que enfurecida dirigía la mirada furiosa de uno a otro sin dejar de mantener la cimitarra en el cuello de Weston.

- ¡Paladines del Fénix todos conmigo, no ataquéis!-. Ordenó Sir Thearos y los miembros del Fénix se mantuvieron firmes sin conjurar o hacer uso de ayudas.
- estas bestias no tienen honor, eso es lo que he dicho siempre.

Sir Drazhen dio un paso adelante hacia la semidragón con la guardia abierta y usando el tono más calmado le dijo:

- Vamos a cambiar el trato, me cambio por mi compañero, pero no te devuelvo a tu amigo.
- Paladín, supongo que esto iguala que vosotros cacéis a los míos indiscriminadamente, alejaos dos metros paladín y baja el arma.
- Si quieres matar, mátame a mí, no te vamos a entregar a tu amigo, eso lo sabes-, continuó Sir Drazhen.
- He elegido a éste, si quieres morir puedes hacerlo tú solo, ¡ahora apártate-. La bestia se sentía cada vez más acorralada y no encontraba desunión en las filas, tan solo le quedaba ejecutar la amenaza.

De nuevo, algunos paladines volvieron a conjurar protecciones y ayuda en la batalla, y la bestia roja puso la mano sobre la mejilla del paladín e hizo girar levemente la cabeza. - Bien, entonces la vida de este paladín caerá sobre vuestra conciencia.

Por encima de los gritos de batalla de los paladines, que rogaban a sus dioses, se alzó el rugido de la bestia, - una vida por otra vida, o una muerte por otra muerte, tú también decides.

La criatura, furiosa, acorralada y sin más salida al ver conjurar a la escudera rebanó el cuello del paladín y deja caer el cuerpo a un lado y la cabeza a otro. Todos a una se abalanzaron sobre la gran bestia roja, no iban a dejar que la sangre derramada no tuviera la correspondiente venganza y su memoria honrada. El mal debía ser erradicado.

La batalla fue cruenta y sin cuartel, los asaltos se sucedían y la semidragón hacía uso de todas sus artimañas. Los paladines no le dejaban descanso y se elevó a un risco y comenzó a renovar sus protecciones mientras que Sir Servant desde abajo la hostigaba, - Alimaña, si aún te queda algo de honor baja aquí, Tyr me dará fuerzas para batirte en combate individual, los ojos de los dioses te juzgarán-. Entretanto, Sir Thearos que había visto elevarse al semidragón y desaparecer de su vista, desconocedor de sus intenciones, pidió al miembro más cercano del Brazo que le franquease las puertas del Bastión.

La bestia saltó en medio del grupo de los defensores de la Fe. El combate no cesaba y Jeanna entabló el combate contra la bestia, con el apoyo de Nyrnael, la paladina elfa. Mano a mano, el filo golpeaba los escudos y las chispas que surgían del choque de las espadas eran un reflejo de la furia en los ojos de los combatientes. La semidragón no esperaba tanta resistencia de unas vulgares mujeres, Jeanna y Nyrnael, que hacían mella en sus defensas y encontraban algún punto descubierto en su guardia. Aún así, la piadosa Jeanna, pedía rendición a la criatura con la promesa de una muerte rápida de lo contrario allí mismo. Sólo obtuvo una risa socarrona de la bestia.

Por el rabillo del ojo, la semidragón vio aparecer a un elfo de oscura túnica, e imaginando que llegaban refuerzos cobardemente, como siempre habían hecho los de su raza, emprendió el vuelo. Lo que no se esperaba la semidragón es que Jeanna tuviera una vista tan aguda, comparable a la de los elfos, una vista entrenada en sus muchas guardias con los Dragones Púrpura en las Tierras de Piedra.

Jeanna, cegada por la furia de la batalla y por la sangre de un hermano derramada, con el acero en alto, persiguió sin descanso en el cielo la uve de la silueta de la semidragón sin perderla de vista. Detrás de ella, sin resuello, iban Sir Servant, Timo, el novicio Danylten y la maltrecha escudera Ania. Larga fue la persecución, siempre hacia el sur, llegaron a los Picos de las Nubes en un día de nevada y aún así Jeanna no perdió la maldita silueta de vista, cruzaron el río Esmel y se hizo de noche sin que la semidragón consiguiera despistarlos. Su corazón latía desbocado y clamaba justicia poética.

¡Por el Brazo y por el Fénix! La que había sido miembro de la primera y ahora servía en la segunda corría desesperada, con la mandíbula apretada y empuñando con tanta fuerza la espada que tenía los nudillos blancos... hasta que la detuvo Sir Servant. Le costó un rato salir del trance y comprender las palabras del caballero y de Timo. Los podían estar dirigiendo hacia una trampa o bien podían haber emboscado al resto en el Bastión al dividir sus fuerzas.

- No la he perdido de vista, la cobarde sigue volando hacia el sur, pero volvamos a reforzar el Bastión; sabias palabras Sir Servant-. Envainó su espada e iniciaron el camino de regreso.

sharkang

05/07/2008 18:27:08

Nyrnael, aun con el corazon encogido por la salvaje muerte de Weston, decide retomar sus habituales patrullas por los caminos al sur de Baldur y mas alla de Mir.

(He de seguir cumpliendo con mi servicio a Tyr, debo encontrar la guarida de esas despreciables criaturas. Una vez localizada podremos organizar una batida y clamar por la justicia de las almas de nuestros caidos)

Asi pensaba Nyrnael cuando llego a las estribaciones del desierto, mas alla de Mir.

(Hace ya mucho tiempo, Uralia y yo tuvimos un encuentro con una de esas criaturas en esa gruta de formicidas. Muchas lunas han pasado desde aquel dia, pero tal vez hayan vuelto a esconderse aqui. Ire a echar un vistazo)

Nyrnael subio la escalera de piedra maniobrando con su buen caballo Fastfaloth y se dirigio con sigilo al interior de la gruta. Parecia desierta. Siguio adentrandose mas y mas cuando de repente al doblar una esquina casi choca con una gran semidragon rojo que iba a la carrera. Rapidamente desenfundo. Era aquella maldita Thintia que habia matado a Weston? Era tan dificil distinguirlos... Intento abatirlo. Si lograba capturarlo seria interrogado y juzgado. El semidragon retrocedio y empezo a conjurar. Nyrnael trato de hacer otro tanto viendo que no podia herir a la criatura. La rabia y el ansia de justicia por la muerte de su amigo y hermano Weston guiaban los actos de la Paladina. Evidentemente poco tenia que hacer ante el poder demostrado por la semidragona a las puertas del Bastion. Aunque tal vez fuera uno de sus esbirros. Trato de golpearlo, pero la criatura esquivaba los golpes y contraatacaba con tremendo poder. Nyrnael fue derribada varias veces. La lucha se alargaba y la sangre brotaba del cuerpo de la Paladina, minuscula ante la corpulencia de la bestia. Recordando al caido Weston, Nyrnael trato de preparar un ataque final, lanzo un conjuro de sanacion y comenzo a llamar al poder de su divinidad. Demasiado tarde //cosas del lag aparte XD// la bestia aprovecho un descuido y Nyrnael callo bajo el filo de su espada. Mientras perdia la consciencia, las imagenes se sucedian a camara lenta en su cabeza. Su padre adoptivo humano, las ensenazas de Tyr, su ingreso en el Brazo, su ascenso a miembro de la Orden, las luchas contra demonios y criaturas malignas de toda clase. Pero sobretodo sus patrullas por los caminos, la gente que la reconocia por aquella vez que les presto ayuda, sus amigos... Un ultimo pensamiento vino a su mente antes de perder toda consciencia.

(Tyr, te he servido con todo mi ser, he llevado tu nombre con honor, he ayudado al debil y necesitado, he combatido el mal alla donde se hallara. Si este ha de ser el momento de mi partida lo hare sin pesadumbre pues mi vida es solo un instrumento de tu divina justicia. Ayuda a mis hermanos y a todos los seres de bien a no caer en el desanimo. Juntos podemos!!!!!. Asi sea....)

//Estare disponible a partir del domingo noche para cuando querais rolear el tema. Que sea lo que Tyr quiera

ArkasLynvail

05/07/2008 19:27:57

[i:6e5aba2424]El cuerpo desmembrado del humano cayó con un ruido seco frente a la puerta del Bastión de los Justos.
La semidragona, pasó léntamente el antebrazo sobre su boca, limpiándose la sangre y apartando aún los trozos calientes del humano de sus enorme dentadura.

Tras ello sobrevoló el bastión y se posó justo encima de la puerta, el cebo estaba listo, y si todo salía bien pillaría desprevenido a un paladín, justo lo que necesitaba. Sin embargo los paladines al salir rápidamente miraron hacia arriba y se resguardaron bajo el techo de la fortaleza divina, Thintia maldijo entre gruñidos por la suerte de los paladines y se dispuso a su segundo plan...capturaría a un paladín aunque tuviera que vérselas con un buen grupo antes.

La cimitarra zumbaba con la energía que le confería la diosa y cruelmente rasgaba las brillantes armaduras de los paladines como si de papel estuvieran hechas. Los golpes se sucedieron y la sangre rodeaba la semidragona, aunque en su mayoría era sangre de paladín.Finalmente puso el pie sobre el pecho de uno de los que acaba de abatir, un par de costillas crugieron por la enorme presión.

-¡¿Me escuchareis ahora paladines?! - rugió la semidragona.

Los paladines se apartaron y se sucedieron las peticiones de ambos, los paladines no cedían para sorpresa de la semidragona. Siempre había creido que los paladines serían tan débiles como ablandarse por un compañero, sin embargo para su sorpresa no fué así.

La cabeza del paladín cayó separándose de su cuerpo, un instante después de que le intentaran atacar a distancia por segunda vez. La dragona enfurecida se lanzó hacia los caballeros que la rodeaban. Sin embargo eran demasiados, y empezaba a notar cansancio y menos fuerza en sus golpes. Decidió que aprovecharía sus otras facultades.
Las alas se movieron con velocidad y la permitieron subir hacia una pequeña colina, lo que la dió un leve respiro. Entonó de nuevo cánticos a su diosa y cayó sobre la espalda de otro paladín.
Los paladines se lanzaron a por ella, sin tregua y la hizo entender que si la cosa se alargaba demasiado podría llegar a tener problemas.

Emprendió su vuelo al sur, con la esperanza que algunos paladines la siguieran y poder acabar con ellos cuando estuvieran cansados y separados de su grupo, pero tras unos kilómetros los paladines volvieron al bastión.

Finalmente la semidragona gruñó frustada, habría una segunda ocasión y no debía fallar.[/i:6e5aba2424]

Writer

06/07/2008 18:55:37

JUSTICIA RETRIBUTIVA

*Se oye la cerradura de la puerta de la celda abierta por Sir Drazhen, llega Sir Thearos Anderlin, maestre de la Orden de los Caballeros del Fénix, corriendo, con las armas desenvainadas, ensangrentado.*

*Mastiah se encuentra con grilletes y la cabeza metida en un cepo, muy débil por el encierro*

*El paladín observa previamente el estado de las cadenas y el cepo, comprobando que están firmemente sujetas*

*El semidragón trata de sacar todo lo que puede la cabeza en varias ocasiones durante el diálogo que sigue*

T: ¡Aberración! Thintia te ha intentado rescatar y se ha llevado la vida de un honroso paladín.

M: Vienes a por lo que es tuyo eh? Bravo por ella *ríe*

T: Te toca a ti! Ha fracasado!

M: Venga, enséñame esa justicia tan famosa de la que hablan.

T: ¡Tyr es el señor impenetrable, sin igual, en clara oposición al mal y la injusticia! ¡Muestra su misericordia, pero también su cólera!

M: ¡No hay justicia en tus actos insensato!

T: ¡Esa es la Justicia de Tyr! ¡Temible para los que son culpables!

M: ¡De qué se me acusa!

T: De ser lo que eres, la encarnación del mal ¡Estás condenado desde que naciste a ojos de Tyr!

M: Vaya... *ríe* es eso mi culpa

T: ¡Thintia no ha hecho más que acelerar tu muerte!

M: *ríe*

T: ¡Eres tan culpable como ella! ¡Formas parte de un grupo criminal! Así que encomiéndate a Tiamat si es eso lo que deseas, lo necesitas ahora más que nunca.

Una vida por una vida, o una muerte por una muerte, se lo advertí a tu líder.

M: *ríe*

T: Ella también decidió y Tyr te juzga. Encomiéndate a tu dios, llegó el momento.

*conjura y su arma irradia un aura sagrada*

M: *sopla con todas sus fuerzas* ¡Muere bastardo!

*una bocanada de fuego que exhala el semidragón hiere levemente al paladín. Seguidamente, el paladín coloca su espada por encima del cuello del semidragón y la descarga, dándole una muerte rápìda*

*La cabeza cae al suelo con una gran explosión de sangre*

*Mastiah se encomienda a su diosa momentos antes*

*El paladín se queda observando el cuerpo decapitado y la cabeza inerte en el suelo, el cuerpo se convierte en una carga inerte*

T: *a modo de plegaria, frente al cuerpo sin vida*

Tyr, confío en ti, no permitas que me avergüence. La Justicia que reina en el mundo es reflejo de tu potencia creadora.

Aquí yace un enemigo del la ley, el bien y la justicia ¡Y fuera ha muerto un paladín, servidor de la Tríada!

Así es la Justicia... así es la Justicia de Tyr! Implacable, temible para sus enemigos!

Y ahora... debo ayudar a mis camaradas, que se baten en lucha ¡Doy mi vida por la ley y por la causa del bien!

*Recoge su cabeza envuelta en una capa, mientras que el rostro del semidragón tiene un gesto como de sonrisa*

*Echa un último vistazo atrás y sale, serio, primero caminando hasta salir de la celda, luego corriendo*


//por último agradecer al jugador que llevaba a Mastiah su excelente actitud y comportamiento en las escenas en las que he coincidido con él, y decirle que quedo a su disposición, y que siento que no haya podido ser de otra manera, pues se a ciencia cierta que resulta desagradable perder a un pj, aunque he tratado de hacerlo lo mejor posible, como ya he dicho dentro. Y agradecimientos a dm arthang y sm’s que se han interesado, han estado presentes y han intervenido desde la captura hasta esta escena, sm kosturero y cerril.

chikaki

07/07/2008 20:45:12

Tuvo una extraña sensacion que le atraveso las escamas.No era para menos.

Vio como el paladin,que anteriormente habia ayudado a la cleriga que le ataco a traicion,se e dirigio hacia el, con una expresion que suscitava odio.
Le dijo que Thintia habia desollado la cabeza de un paladin, mientras intentava negociar con los paladines una salida para Mastiah.

No pudo evitar mostrar el regocijo que sentia,y asi se lo hizo saber al paladin,despues de todo,¿que esperaban que sucediera al atrapar a un servidor de Tiamat?.

Estaba claro que ahora conocian las consecuencias.

Intercambiaron palabras e insultos,en los cuales el dragon puso a prueba el honor y la justicia,de la que hacen gala los nauseabundos paladines,pero este parecia que no iba a ceder ni un apice.Pudo notar como la decision ya estaba tomada.

El dragon aspiro y aspiro aire, y en un intento de hacer sentir al paladin todo el dolor que pudiera, con su cuerpo maniatado y sus miembros cercenados,le lanzo una descarga de fuego con todas las mermadas fuerzas que le quedaban.Nunca fue sufuciente.

Vio como el paladin,inmutable,levantaba el filo de su espada,para darle el frio beso de despedida.

Se encomendo a la madre.


La cabeza rodo por el suelo,antes de que el paladin la enrollara en una capa.
El gesto de sus facciones aun sonreia maleficamente, muerto.

Andriu_ZGZ

07/07/2008 22:27:08

[i:93b756c7ab]El sacrificio.

Esa palabra rondaba en mi cabeza una y otra vez los dias siguientes a la muerte de Weston.

En aquel momento, los paladines se debatían ante una tesitura, ceder y salvar una vida o no ceder y ofrecer practicamente el sacrificio del paladin.

Y así fue, miraba el rostro del semidragón con furia cuando me acerqué a él y le propuse el intercambio.
Weston ni siquiera era un miembro oficial del brazo, yo era una maestre, pero el semidragon no pareció conocer los colores que representaban la jerarquía del brazo y no se fió, aun sabiendo que ganaría con el cambio. Acabaría con un maestre y aunque tuve suerte y Torm siempre estaba conmigo, sabía que el final podía llegar para mí.

Junto con Quiara, tenía que tomar una decisión por parte de los justos, sabía que si cedía, no solamente dejaría a un semidragón mutilado para que la semidragona lo restableciese y el grupo se fortaleciese, sino que perdería toda posibilidad de poder unir las dos ordenes y de la desconfianza del pueblo de Puerta de Baldur, de los viajeros que cruzan el camino, de los elfos de Weldhaz y de los que más adelante hubiesen venido en nuestro apoyo.

Demasiadas vidas en juego, ideales que cumplir en favor de nuestros dioses, por tan solo una vida, había llegado el momento del sacrificio.

Desgraciadamente le toco a Weston, la semidragona escogió al más débil, al que menos lo merecía, al fin y al cabo los paladines debemos sacrificarnos por los demás.

En ese primer lance los paladines del brazo de los justos y de la orden del Fenix vencimos, con la mejor arma que teníamos en ese momento contra la semidragona.

Nuestro sacrificio.[/i:93b756c7ab]

sharkang

08/07/2008 20:57:37

//Estoy lista y disponible para rolear el tema de mi captura. De preferencia entre semana. Ya direis cuando va bien a todas las partes. Un abrazo y que Tyr os guie y a mi que me proteja XD

Nyrnael, Paladina de Tyr