likazu

26/09/2008 15:05:28

Andrius paseaba por Calimport con un arma colgada a la espalda que despertaba la curiosidad de muchos, una gran alabarda de temible poder.
Andrius caminaba sonriente, las miradas no cesaban mientras el caminaba orgulloso y con la cabeza alta.

Despistó a la gente que le seguía con la mirada, y se internó en el distrito de palacio. Entro en el palacio, se cambió de ropas, ahora vestía las ropas de sargento. Recorrió el corredor de piedra, buscando al capitán Dalib'Ain.

Dio con él, se acercó de forma educada, se paró ante él, hizo una gran reverencia y desabrocho las ataduras que retenían aquel arma de sumo poder en su espalda.
La cogió con las dos manos, haciendo que el capitán admirara su poder, y se la tendió.

-Capitán, esto es para usted, haga con ella lo que crea, es un arma muy poderosa, y cuando la conseguí, decidí que tendría que ser suya. Espero que le guste mi ofrenda.- Sonrió y miro de soslayo al capitán esperando alguna reacción.

ArkasLynvail

26/09/2008 16:24:46

[i:146967dda1]Dalib'Ein se acarició la barba mientras observaba al joven guardia, agachado en posición de sumisión mientras le tendía ese arma de manufactura norteña.
Con un asentimiento cogió la alabarda y sonrió levemente mientras la empuñaba, no estaba nada mal para ser norteña, sería una buena pieza en su colección. Tras hacer un par de golpes en el aire lo mandó retirarse.


No muy lejos un par de guardias observaban con mirada taimada el joven, sin duda a ellos no les había gustado nada ese tipo de regalos, seguramente con un doble fin que a ellos no les beneficiaba en absoluto.[/i:146967dda1]