EspadaUngida

04/02/2009 20:31:48

[size=18:7e8954a422]UN ASUNTO PENDIENTE


[color=darkred:7e8954a422][b:7e8954a422][i:7e8954a422]Izan estaba sentado en una gran butaca, sus ojos de color ebano miraban fijamente el pomo de la puerta, este giro sobre si mismo y del umbral aparecio una figura enjuta, atabiada con una larga tunica de color carmesi.

Los arcanos cruzaron las miradas y en el rostro de Izan aparecio una sonrisa.

- Todo marcha bien, las cosas estan funcionando como deben, hemos estado moviendonos en todo este tiempo. Aunque me ha reportado todo mas gastos que beneficios. - Termino con un tono arisco, pero no lo suficiente para volverse amenazador.
- Bien bien, veo que acerté al elegirte a ti - dijo sonriente mientras trasteaba con uno de sus numerosos artefactos magicos que colgaban de su tunica.
- Estoy apunto de alcanzar un nuevo acuerdo que nos puede reportar mas beneficios de los imaginables, solo faltan resolver unos flecos - mientras dijo esto el hechicero mostro una bola de cristal y hizo aparecer una imagen en ella.
- ¿Cuales flecos? ya sabes que mientras no atenten contra nuestra seguridad - dijo mientras se acercaba a la bola de cristal.

En aquel mismo momento, demasiado tarde para que el mago rojo reaccionara, multitud de conjuros se desencaderon tras una palabra de mando, un conjuro de almacenaje reconocio el mago, una emboscada.
Multitud de defensas aparecieron sobre el hechicero y el tiempo se congelo para el, trazo un contraconjuro para que el mago no huyera y desenvaino la espada marcando un amplio trazo circular hasta hundirse en la piel desprotegida del mago.
Varios golpes necesito para acabar con el, pero todo fue tan rapido y silencioso que solo se escucho la silla y el ruido de la sangre al caer al suelo.

- Este era el fleco que quedaba para continuar el trato - dijo el hechicero, aunque ya nadie le escuchaba - Lo siento pero es hora de que se encargue alguien vaya a hacer crecer este lugar.

Murmuro unas palabras magicas y el cadaver y el hechicero se teleportaron a un lugar muy lejano donde esconder los restos, despues de todo nunca se hubiera podido fiar de un mago rojo[/i:7e8954a422].
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Farben

06/02/2009 10:53:19

Cuando notó la palabra de activación, sólo tuvo tiempo de pensar: "maldit...."

Al menos murió sin dolor. Durante años, desde su salida de Zhay, llevaba tramando hacerse con el control de la Costa de la Espada, y para ello había reclutado a los mejores.

Pero uno era demasiado bueno. El maldito hechicero le había tendido una trampa, a él, el discípulo más aventajado de Zhass Tam, el zúlkir de la nigromancia y, para el mago, el arcano más poderoso del mundo. Cuando murió, los no-muertos a su servicio comenzaron a vagar sin rumbo, atacando a todo cuanto veían y acercándose a Baldur.

Maldita sea, le habían pillado desprevenido, y un mago desprevenido es un mago muerto, como bien decía su maestro. Ahora ya todo daba igual, ocuparía su sitio en ese lugar al que van sólo los más malvados cuando mueren.