ArkasLynvail

17/01/2011 14:33:19

[color=olive:005a9d9b3a][size=24:005a9d9b3a]El Cónclave.[/size:005a9d9b3a][/color:005a9d9b3a]




Un conjunto de sonidos empezaron a sonar secuencialmente en varios puntos del bosque de Wéldazh. Los sonidos, formados por cantos de pájaros, crugir de ramas y el soplo del viento significarían poco o nada para cualquier visitante extranjero del bosque pero para los nativos de Suldanessellar la ciudad de las Copas era algo más, era mucho más.

Suldanessellar es una ciudad rodeada de una aureola de misterio, sobretodo para las razas no elfas. Su antigüedad y que ningún no-elfo haya entrado jamás en ella (o salido para contarlo) hacen del lugar una fuente de historias para los bardos e historiadores, historias a menudo lejanas de la realidad.
Pero en éstos momentos era cuando la ciudad se acercaba más a las leyendas que hablaban sobre ella, subiendo las interminables escalinatas que daban vueltas a las cortezas de aquellos inmensos árboles ascendían numerosos elfos, atabiados con sus bellos vestidos de gala. Era de noche y para mitigar levemente la oscuridad cada elfo había llevado un candil que desprendía una tenue luz plateada, desde el suelo daba la impresión que cientos de luciérnagas habían hecho de los árboles sus casas dando un espectáculo absolutamente cautivador.

Pero todo éste movimiento casi ceremonial no tenía un motivo vago o común entre los elfos, dicha reunión hacía más de una década que no se producía y los motivos para reunir a todos los elfos del Bosque sin Expolio debían ser firmes y fuertes, pues entre el orgullo de las casas nobles y sus quehaceres pocas veces coincidían y menos aún para reunirse entre sí.
Los elfos empezaron a arremolinarse sobre las copas de uno de los tres árboles más grandes del bosque, en él se había creado una plaza redonda de forma arquitectónica tan brillante que parecía parte del árbol en lugar de un simple complemento.

Con un simple cabeceo un elfo podría observar como la distribución de las sillas y posiciones no era algo casual, a la izquierda estaban los representantes del ducado de Noromath, cobijo sobretodo del Clan Elmanesse, a la derecha sus homónimos del ducado Durmista los miembros del Clan Sulocasô esperaban recelosos en sus asientos mientras se sucedían los murmullos. En el centro y algo más retrocedidos habían quedado los representantes de Suldanessellar, la mayoría eran elfos extranjeros, algo que empezaba a ser un habitual desde que la Reina Ellesime hubiera ascendido al trono. Y frente a ellos encabezando el cónclave estaban tres tronos sin ocupantes muy ornamentados tallados en madera de color blanco.
La ordenación no era casualidad, pues representaba la misma colocación que existía en la realidad, el Ducado de Noromath al oeste, el Durmista al Este y en el centro Suldanessellar. Sólo había un símbolo que a algunos extrañó, y era un dibujo en el suelo hecho de flores y hierbas representando el símbolo élfico de la naturaleza.

Multitud de elfos observaban el instante pero serían pocos los que podrían hablar, la mayoría de los que podrían hacerlo serían nobles y unos pocos consejeros y capitanes de la guardia. Un joven y solitario elfo cruzó con la cabeza agachada entre los nobles y el consejo de Nelde y se situó en el símbolo de la naturaleza que había grabado en el suelo. Los duques de Noromath y Durmista Allein Filavandrel y Mirthal Aendryr se incorporaron de sus asientos y avanzaron un paso, lo que significaba que la reunión estaba apunto de comenzar.
Entonces, un cúmulo de flores y hojas secas empezó a arremolinarse en el centro de la plaza, como si un fuerte viento se hubiera levantado formando un pequeño torbellino que hiciera girar las hojas, rápidamente las hojas empezaron a alcanzar la altura de un elfo y cuando lo hicieron el velo de hojas cayó descubriendo la figura de un elfo ataviado con ropas lujosas, en su cuello se podían observar tres símbolos en escala ascendente; el de la familia Rothormir, el del Clan Elmanesse y por último y más alto el árbol de las ocho ramas.
Aquella figura era Rothormir el Portavoz de los Árboles, representante de las familias nobles. El cónclave había comenzado.


- Pero hoy hay una ausencia más, y es por ésta ausencia por la que nos hemos reunido hoy aquí, la de la Reina Ellesime.

Los murmullos se escucharon por los árboles, habían sido muchos días en los que se había especulado sobre el estado de la Reina Ellesime y sobre el verdadero motivo del cónclave.

- pero es cierto que padece una enfermedad que aún no hemos podido determinar y eliminar. Es por ésto la premura y urgencia del cónclave, la primera palabra la tendrá el Consejo de Nelde que nos informará de la situación exacta de la Reina.- el anciano Elmanesse miró al grupo de consejeros y se sentó en su trono.

Los consejeros se miraron entre si y murmuraron sobre quién comenzar a hablar y finalmente una joven elfa vestida con una túnica de mago se adelantó.

- Como ha dicho el Portavoz de los Árboles la Reina Ellesime padece una extraña enfermedad que la mantiene alejada de la realidad sin responder a ningún estímulo externo, probablemente es de origen arcano.
- ¿Se sabe de algún posible desencadenante para su estado?¿O la reina dijo algo antes de caer en ese letargo? - Dijo el Rothormir expresando sus dudas.
- No, no se ha descubierto nada que pudiera vincularse, pero se está investigando. - Respondió Celewiel.
- Hay una visión - Dijo Amamir Sulocasô miembro del Consejo y miró a Celewiel.
- ¿Qué visión? - Dijo el portavoz con interés.
- Cuando lo hicimos...tuvimos una extraña visión, la imagen de una niña elfa jugando en un prado.
- ¿Una visión o una imagen que impedía contactar con la Reina quizás? - Dijo el portavoz del que los caminos de la magia no eran desconocidos para él.
- Es posible - Dijo Celewiel asintiendo con un cabeceo.

A la derecha del grupo el Duque Durmista se adelantó un paso, un elfo bastante bajo y menudo que vestía una lujosa túnica con un tocado que le recogía el pelo que le caía por los hombros.

- Yo detecté auras mágicas en la Reina, abjuración e ilusión - Dijo el duque.
- Así es, fue eso lo que nos llevó a pensar la naturaleza mágica de su enfermedad - comentó Celewiel.
- en ese caso, quiero que todos los recursos mágicos del Bosque se centren en la enfermedad de Ellesime y que el asunto sea dirigido por el Consejo de Nelde.

Desde el consejo de Nelde rápidamente se sucedieron asentimientos de cabeza, ellos eran los primeros interesados en la recuperación de la Reina.

- Supongo que no hará falta decir lo importante y extremo de la situación, no solo por Ellesime sino por nuestra propia protección, ¿el árbol de la vida ha mostrado alguna extrañeza? - Dijo hilando interesadamente ambos temas.
- No, ninguna...íbamos a avisar a un druida para que lo investigara... - Dijo Celewiel.
El Portavoz de los árboles miró entonces al único elfo que estaba sobre el dibujo de hojas en el suelo y el joven druida avanzó un paso algo indeciso ante la mirada de todo el cónclave.
- Disculpad pero....llevo mucho tiempo queriendo investigar lo sucedido a nuestra Reina pero ..se me impidió el paso. - Dijo Edelgar ante la atenta mirada del Portavoz.
- ¿Se te impidió? yo mismo pedí vuestra colaboración - Dijo Amamir.
- Sí y yo pensaba avisaros para examinar el árbol de la vida, ¿quién os lo impidió? - corroboró Celewiel.
- La guardia, me mando dar media vuelta y marcharme...- El semblante del portavoz hasta ahora pétreo mostraba su disconformidad ante el desajuste.
- Toda ayuda es poca ahora mismo.- Bien, entonces creo que todos sabemos lo que tenemos que hacer en éste asunto - Dijo zanjando la discusión sobre la enfermedad de la Reina.

El Duque de Noromath entonces se adelantó un paso con intención de hablar por primera vez. Era un elfo de tercera generación que huyó de la destrucción de Myth Drannor y era conocido por sus amigos como "Candela" por su caballera bermeja. Pero ante todo era famoso por ser según muchos el mejor arquero del bosque.
- Hay otro asunto que me gustaría que se tratara en el Cónclave.
- ¿De qué asunto se trata? - Dijo el Portavoz.
- [i:005a9d9b3a]La desaparición de mis dos hermanos menores Danthanas Filavandrel y Alein Filavandrel ambos estaban en Suldanessellar.
Se produjo varios murmullos de sorpresa sobretodo en el sector de Suldanessellar.[/i:005a9d9b3a]
- ¿Danthanas ha desaparecido? No tenía ninguna noticia de ello - Dijo Eldeth sorprendido.
- Llevamos dekhanas sin saber nada de ellos, y no han aparecido en el cónclave, tampoco están en sus casas de Suldanessellar y de Noromath. Es posible que hayan ido a Cormanzhor pero de ser así lo normal es que hubieran avisado de su marcha - Dijo el Duque.
- Vuestro hermano Alein desapareció poco después de que Danthanas desapareciera, estaba investigando su desaparición.- Comentó Amamir Sulocasô.
- La desaparición de los Elmanesse en el centro de Suldanessellar es un asunto muy preocupante que coincide además con el estado de la Reina. - Dijo veladamente el portavoz y empezaron a sucederse murmullos entre los Elmanesse y los Sulocasô. Entonces Amamir se giró y dirigió hacia uno de los Elmanesse que estaban sentados.
- En estos momentos debemos mantenernos unidos y no lanzar acusaciones sobre algo que no conocemos - Dijo Amamir y el Elmanesse se removió en su asiento incómodo por haber sido escuchado y más por un Sulocasô.
Entonces los murmullos entre ambos clanes aumentaron y empezaron a amenazar con extenderse a una discusión.
El bastón de madera férrea chocó con fuerza contra la mullida hierba pero resonó como si lo hubiera hecho un martillo contra una firme tabla de madera y los elfos del cónclave guardaron silencio.
- El Duque de Noromath llevará la investigación con la ayuda de la guardia de Suldanessellar.- Culminó y el Duque volvió a su sitio.

Cuando todo se hubo tranquilizado el Portavoz retomó el último asunto del cónclave, aunque también uno de los más "ásperos".
- Añadiría mayor seguridad en estos tiempos peligrosos.
Los consejeros de Nelde murmuraron entre si y entonce Eldeth tomó la palabra.
- La guardia de Suldanessellar ha demostrado ser muy efectiva durante muchos años, ante numerosos peligros que amenazaban el bosque.
- No lo dudo pero en casos internos la guardia ha demostrado una permisividad desesperante, tenemos los casos recientes de la desaparición de los Elmanesse o la confusión con los druidas. - Respondió el Portavoz.
- No podemos dejar Suldanessellar sin protección - Expresó Eldeth temiendo que después los ejércitos se marcharan a sus ducados dejando sin guardia la ciudad.
- Eso no pasará, la ciudad es parte del Bosque y por tanto es nuestra prioridad. - Repuso el Portavoz.
- Deberían entrar los guardias que lo aceptaran, sin obligarlos - Dijo Celewiel ante el suspiro del Portavoz.
- Bien así sea, podrán elegir y mantendrán sus cargos si deciden pasar a uno de los dos cuerpos del ejército. Pero sabed que dividirnos en numerosos cuerpos solo nos separa y nos resta efectividad- Cedió el Portavoz.
- Así sea entonces - Dijeron los miembros del consejo cediendo también su parte en éste punto.

El Duque Durmista se adelantó de nuevo interrumpiendo.

- Hay un último asunto que queda pendiente. La marcha de los dos representantes elfos en la Corte de Zaranda empezará a dar sospechas, es algo bastante inusual. ¿Qué debería decirles? - Dijo con su habitual voz melodiosa.
- Los humanos no deben saber esto, todos sabemos qué ha ocurrido cuando nos han sabido más débiles - Dijo con firmeza el Portavoz.
- Yo confío en Zaranda, ha demostrado una actitud encomiable para ser una humana, además de tener numerosos conocimientos mágicos. - Dijo el Duque Allein. De nuevo entre los elfos se discutía entre los que mantenían una actitud más liberal y otras más represiva respecto a los humanos.
- Los humanos nada tienen que saber de nuestros problemas, no les incumben - Dijo Amamir firme en la línea del Portavoz.
- Quizás deberíamos esperar a que supieramos más sobre los problemas del Árbol de la vida - Objetaron Eldeth y Celewiel, buscando un punto intermedio.
- Podría decirles que nos hemos reunido por los rumores de Amn y el ejército de los ogros. Y ya decidiremos si necesitamos o no contárselo - Sugirió el Duque Mirthal.
- Bien, mi opinión es que se les diga eso entonces - Dijo el Portavoz.

El consejo asintió y el Duque de Noromath lanzó un leve suspiro de resignación.

- Bien así sea entonces, sabed pues que lo que aquí se ha hablado y el estado de la Reina no incumbe a los humanos y por tanto nada han de saber.
- Portavoz....es posible que los humanos ya lo sepan...algunos elfos mantienen relación con humanos y podrían...habérselo contado. - Dijo Celewiel.
- En ese caso quizás en un futuro debamos limitar la información y estos cónclaves al pueblo elfo - replicó furioso por la posibilidad.
- Siempre nos hemos contado todo entre nosotros - Dijo Eldeth.
- Es hora de concluir el cónclave, espero que todos sepamos lo que debemos hacer, que los Seldarine nos bendigan.

Tras esto, el velo de hojas se alzó de nuevo desde el suelo, cubriéndolo por completo hasta que desapareció y éstas cayeron lentamente al suelo mecidas por la brisa.

El cónclave había finalizado.

magma

23/01/2011 14:43:16

Edelgar, acompañado por Eldeth, se dirigió al árbol de la vida. Quizás a través de él pudiese descubrir algo sobre la reina. Eldeth mandó apartarse unos metros a los guardias, tal y como Edelgar había pedido. Tras esto, con la tranquilidad necesaria para concentrarse, el druida se arrodilló junto al gran roble, semienterró sus manos desnudas en la tierra, entre las raíces del inmenso árbol, cerró sus ojos y trató de contactar con él.

No hubo de transcurrir mucho rato para que el joven elfo sintiese la gran energía del roble, el árbol parecía estar tan esplendoroso como siempre, desprendía vida, fuerza vital por todos lados, en gran cantidad y con fuerza. Sin embargo, de pronto, el elfo comenzó a sentirse muy cansado, como si llevase demasiado tiempo sin dormir, deseaba tumbarse y acurrucarse entre esas raíces, cerrar sus ojos y entregarse a una oscuridad calma por el tiempo que hiciese falta, no importaba el tiempo, tan solo se sentía apaciblemente cansado.

(por un pequeño descanso tampoco pasaría nada)

pensó Edelgar. Pero desde la lejanía su conciencia le advirtió que no se debía dejar vencer, eso sólo podía ser el vínculo del roble con la reina, un gran cansancio les sobrevenía a los dos, y los tenía cautivos en un letargo largo y placentero.

El joven druida abrió los ojos y separó sus manos de la cálida tierra. Miró al tronco de aquel inmenso roble con los ojos entrecerrados, somnolientos. Se incorporó con cierta vagancia, se desperezó y bostezó abriendo la boca cuánto pudo.

No veía ningun animal sobre aquel árbol, ni hormigas, ni aves... nada en todo lo que su vista podía alcanzar.

- Eldeth - rompió el silencio con voz calmada pero serio - deseo ver la copa del árbol y también las casas de los elfos a los que el gran roble da cobijo. Después visitaré a la reina si os parece bien -

chivoloco

23/01/2011 19:12:51

Todos nuestros recursos estan a tu disposición Edelgar...

Arxaon

31/01/2011 11:40:45

[i:226ba6e194]Amamir se dirigió en busca del Duque Allain y el Portavoz de los Árboles. Imaginaba que Mirthal aún estaría de viaje. Frente a ellos y el consejo propondría lo que había acordado con Edelgar:

El Árbol debía ser evacuado y sus habitantes estudiados. Habría que mirar si con el tiempo mejoraban e interrogarlos.
En cuanto al árbol, él mismo se dirigiría a las copas. Allí observaría el estado del Árbol y si había indicios de vida animal (pájaros, insectos...). También buscaría rastros o cosas fuera de lugar.[/i:226ba6e194]

folmalhaut

31/01/2011 20:26:31

La esperanza que tenía Celewiel tras el conclave pronto se esfumó. Creía que podían entre todos dar con una solución contra la enfermedad de la Reina Ellesime. Pero ahora el druida en el que más confiaba había caído enfermo también, enfermo por algo que no parecía tener nada que ver en principio. Las desgracias nunca parecían venir solas. No obstante como maga, creía poco en casualidades.

Quizá solucionar un asunto le llevaría a solucionar el otro. Pensaba la arcana mientras repasaba libros de historia élfica.

Alternaba su tiempo en intentar dar con una solución a ambos asuntos. Apenas dormía y sobre su mesa había pilas de libros.

Arxaon

03/02/2011 23:07:51

[i:ab22254f90]Tal como había acordado, Amamir fue hacia el árbol. Miró hacia arriba y no se oía ningún ruido ni había señal de vida animal. Todo parecía tal como temía Edelgar, pero debía asegurarse. Comenzó a trepar con facilidad hacia las copas gracias a las ramas salientes, un camino facilitado antiguamente por los druidas. Una vez arriba observó y escuchó atentamente en busca de cualquier señal de vida, pero no hubo suerte. Los pájaros más cercanos estaban demasiado lejos.

De pronto las extremidades de Amamir comenzaron a entumecerse. Estando solo allí arriba eso podía ser un problema, así que decidió bajar lo antes posible por el mismo camino que había usado para subir. En cuanto trató de apoyarse en el primer saliente perdió el equilibrio y cayó. Eran decenas de metros los que le separaban del suelo y esa caída podía ser fatal. Por suerte siempre tenía un pergamino a mano para situaciones complicadas, y era el momento perfecto para usarlo. Siguió los pasos del pergamino y aterrizó en unos matorrales en otra zona del bosque. Había sobrevivido a la caída.

Su siguiente paso estaba claro. Se dirigió a la guardia y pidió que evacuasen a los elfos que había en el árbol, pero con extremo cuidado, pues el efecto que provocaba acercarse a éste lo había notado en sus propias carnes al poco rato de estar en contacto con él. Deberían usar cualquier tipo de conjuro que almenos retrasase ese efecto.

Tras esto se dirigió a informar a Edelgar. Él más que nadie podría interpretar lo sucedido. Después se dirigió al consejo para informar de lo mismo.[/i:ab22254f90]

ArkasLynvail

03/02/2011 23:48:19

[i:c0e07ac44f]En todo Suldanessellar se pueden ver como elfos y más elfos son sacados en camillas hechas de seda y madera vieja, cargados por guardias con sumo cuidado.
Cuando ésto sucede el silencio y la preocupación gobiernan la ciudad de los elfos.[/i:c0e07ac44f]

dunkan_cero

04/02/2011 08:24:02

*Estenion observaba la escena con mudo horror mientras cientos de elfos eran transportados sin dudarlo un momento retiro su capa a un lado y remangandose ayudo a un soldado que se encontraba solo tratando de alzar una camilla con un anciano elfo, juntos lo transportaron a la zona habilitada para el efecto*

Por correllon esto va cada vez peor, tenemos que encontrar esa cura...