Dragonslav

11/04/2011 01:38:16

Hakkeem acudio a la Casa de la Mesura, para consultar las leyes y normas del coliseo. El Qysar habia hablado y no era prudente recurrir, pero estaba claro que se habia cometido una injusticia. No lo habian llamado durante la queja de Roshnak, ni habian parado el combate al ver la hoja de fuego, ni estaba escrito en ninguna parte la prohibicion del uso de magia antes del combate y la multa habia sido excesiva.

Mientras caminaba por la ciudad para darle los latigazos a su gladiador pensaba en lo inutil, incluso peligroso, que podria ser llevar la contraria al sumo magnatario de Calimshan. Para mas el incidente habia alterado a sus gladiadores y eso lo ponia mas furioso, habia decidido que todos compartirian los castigos por aquellos actos de rebeldia, los gladiadores habian cambiado demasiadas veces de manos en tan poco tiempo y debian conocer su lugar.

Los gladiadores soñaban con la libertad, con ganarse el dinero suficiente para pagar su libertad o luchar tanto como para que el Qysar les concediera la espada de madera. Destrozar sus esperanzas seria lo primero que haria. Nadie lucharia, ni en los eventos menores, hasta que Hakkeem estuviera satisfecho. Aunque eso significara perder el dinero de uno o dos eventos.

Erinkai

12/04/2011 22:07:48

Unen estaba completamente eufórico; toda esa gente clamando sangre, el calor de la arena, la muerte en sus manos....
Claro que no tenía libertad, pero tampoco la extrañaría demasiado, los latigazos y castigos físicos le llevaban por los caminos del infierno como a todos, pero con un poco de tiempo y victorias eso se acabaría y viviría en el lujo de una vida sin más obligación que hacer lo que más le place.

Erinkai

15/04/2011 12:19:52

El momento de los latigazos se acercaba, mientras tanto Unen se preocupó de empezar a codearse con los demás esclavos del ludus.

(Ese Augustus parece un tipo de fiar, es bueno tener a alguien con cerebro en el ludus, no obstante poco podré hacer con el semiorco y cualquiera sabe a priori qué pensar de la sacerdotisa...Me pregunto cómo será quien faltó a la fiesta...)

Con esto en la cabeza siguió entrenando contra el monigote mientras observaba a sus compañeros.