Rastastalamuerte

02/10/2012 16:29:45

Desde que tubo la audiencia con la encargada de admisiones de la escuela de magia no pudo dormir bien. Después de varias semanas deambulando entre los pasillos de la entrada de la escuela de magia tubo claro que su sitio era ese, aunque no le hicieran caso. Siempre veía jóvenes estudiantes entrando alegres, cargados de libros y bolsas llenas de los más diversos materiales, y profesores de mirada abstraída y despistados, algunos con anteojos, otros con grandes pipas de las que iban fumando constantemente sin despegarse la boquilla de los labios, algunos incluso incluso vestían unos trajes dignos de un auténtico Bajá....¡Como se rió cuando se enteró que también eran estudiantes!

Aunque no había otra cosa que le ilusionase más que entrar en la escuela de Magia y aprender todo lo posible de las artes alquímicas, cada día se veía más frustrada, porque nunca tenían un hueco para la pobre Kalenna. Pero un día al salir de la habitación en la que dormía, un día en el el sol es tan implacable que hasta las serpientes se entierran en busca de sombra, sus ojos empezaron a irradiar la mismísima energía que recibian del sol, reflejado en ellos en un abanico de colores indescriptibles. Después de deambular un rato por el mercado y conseguir que un bardo le regalara unos anillos que le había quitado a un raterillo al que había visto robarlos de un tenderete, se dirigió como todos los días a la escuela de magia, pero ese día era diferente, ese día el sol le renovaba las fuerzas y no sabía porqué, pero todos estaban siendo muy atentos con ella, incluso había tenido alguna proposición de matrimonio, entre ellas la del bardo que le había regalado los anillos.
Así que decidió que ese día debía aprovechar sus encantos femeninos y sacarles el máximo partido para intentar conseguir que la aceptaran como alumna. Entró en el edificio y fue directamente a recepción, buscando a algún chico que le fuese fácil impresionar. Por suerte vio a un joven que estaba detrás del mostrador, no debería ser mucho mayor que ella, pero todo anunciaba a que era el hijo de algún señor que quería deshacerse de él y obligaba con una abundante cantidad de oro a la universidad para que lo mantuviese lejos de casa, porque no parecía capaz de hacer muchas otras cosas que no fuese indicar las ubicaciones de las salas o aulas que la gente le preguntaba. Aún así consiguió que la metiesen en la lista de espera de admisiones. Cuando le llegó el turno se pellizco las mejillas para darles más color y entró por la puerta con la mejor sonrisa que pudo poner, pero su sorpresa fue grande al ver que era una mujer la que se encargaba de las admisiones. Maldición!!! ya no podría usar la táctica de la seducción, pero por lo menos había conseguido una audiencia. Después de unas cuantas preguntas personales y otras muchas otras que en un principio no tenían ningún sentido, la mujer le encargó un trabajo sobre los genios Djinni, el cual indicaría el precio de la matrícula.

Ahora tenía dos problemas, encontrar información sobre éstos genios y conseguir dinero para poder pagar la matrícula y los diferentes materiales que tendría que usar a lo largo de su aprendizaje. Sin duda necesitaría la ayuda de sus buenos amigos, porque no estaba dispuesta a volver a ser la sirvienta de nadie, y los trabajos que ofertaban por la ciudad eran demasiado peligrosos para ella. En ése momento se acordó de Leb, un monje con el que había coincidido un par de veces y que parecía saber muchas cosas acerca de todo, pero encontrarlo no iva a ser nada fácil.

Reb

04/10/2012 19:22:04

Leb estaba trabajando en la entrada de Calim. Era de noche, una hora un poco extraña si.. pero se estaba fresco. Y el trabajo físico que realizaba se hacía mejor sin el insoportable calor diurno.

La joven Kalenna paso cerca, reculó al verle y se le acercó. Se conocían tras otra accidentada noche luchando contra hordas de muertos vivientes en el Barrio del Cementerio, junto a Delal y Finwe. Realmente, apenas pudieron conversar y conocerse en aquella ocasión.

Kalenna estaba inquieta. Le habían impuesto un estudio y ella pensó que Leb quizá podría ayudarle. Pero ella mencionó que se trataba de un encargo de la escuela de magia. El clerigo dudó un instante. No tenía muchos elementos para juzgar aun a dicha institución, pero a los dos únicos miembros, o futuros miembros, que había tratado relacionados con la escuela eran practicantes de la nigromancia. Lord Skull era un tipo al que seguirle la pista si conseguía sus objetivos...

Sin embargo aquella joven reveló a Leb que realmente le interesaba la alquimia. Por la magia quería llegar a la alquimia. La cosa cambiaba y mucho. Todo lo que fuera conocimiento y saber era bienvenido por el clérigo y grandes coversaciones se adivinaban en el horizonte.

¿Djinnis? ¿Que si sabía algo de Djinnis? Leb tan solo necesitó un instante para ordenar su mente y contarle buen numero de cosas sobre esos genios. Según le comentó a Kalenna, casi todo lo que sabía era por haber copiado algún libro alla en el lejano monasterio de la Rosa Amarilla. Por suerte, un par de ellos habían caido en sus manos y pudo explicarle bastantes cosas que recordaba bien.

La joven parecía satisfecha cuando se marchó.

[size=9:c85f4969ed]//Realizada tirada de Saber Popular=38. Hay captura si se solicita.[/size:c85f4969ed]

Rastastalamuerte

12/10/2012 15:26:42

Los últimos días habían sido muy interesantes para Kalenna. Había conocido miembros importantes del gremio arcano, quienes podrían interceder por ella para la admisión en la escuela de magia, un proceso que ya estaba tardando demasiado, aunque bien pensado, igual era una prueba de aguante.

Cuánto más tiempo pasaba con Leb más cariño sentía hacia él. Era la imagen del padre que Kalenna nunca tubo y pese a su edad, podría pasar por él. Siempre que lo veía, su cara se iluminaba como un candil dentro de una cueva, cuando estaba con él, ni las estrellas más brillantes podían igualar el resplandor de los ojos de Kalenna. Pero sabía que no debería encariñarse demasiado. En cualquier momento podría desaparecer de Calimport, o incluso de Toril y entonces se quedaría hundida en un mar de lodo del que difícilmente podría salir.

Pero no quería pensar en ello, ya que en primer lugar tenía que conseguir el ingreso en la escuela arcana. Un tal Wald, que resultó ser un maestro de la escuela de magia, dijo que intentaría ayudarla en su ingreso, pero de eso hacía ya casi una semana y nadie le había traído ninguna noticia esperanzadora, pero Kalenna tenía el presentimiento de que no tardaría mucho en conseguir su propósito.

Rastastalamuerte

21/10/2012 17:02:58

No se lo podía creer, le habían denegado el acceso a la escuela de magia, después de todo lo que había hecho...pensándolo bien, tampoco era tanto. Aunque no había aprovado el examen de admisiones, la encargada fue indulgente con ella y le dio otra opción de pasar la prueba. Ahora tendría que rebuscar en la historia de Calimport para averiguar sus orígenes, cosa nada fácil ya que Kalenna nunca conoció a sus padres, ni si quiera sabe como se llamaban, o si por algún casual aún siguiesen vivos.

Así que lo primero que hizo nada más salir de la escuela arcana fue dirigirse al distrito de la cripta con la ilusión de encontrar la tumba de su antiguo señor, muerto hacía algunos meses, tan sólo como lo estaba la propia Kalenna. Aunque no tubo suerte se encontró con una chica muy amable que le dio un par de consejos y le ayudó a buscar la tumba por todo el cementerio, pero fue inútil, Kalenna solo recordaba el nombre de su señor, porque su apellido se había perdido en el olvido y es probable que no fuese pronunciado en mucho tiempo, a no ser que Kalenna lo descubriese.

Ya había perdido la cuenta de los días que llevaba buscando a Haia, una sirvienta que trabajaba con ella en casa del señor Agmed, y la única de la que recordaba el nombre. Afortunadamente se había acordado que no era cocinera si no costurera, aunque contaba con unos cuantos años a su espalda, Kalenna esperaba que aún siguiese viva. Por suerte, en una de las primeras sastrerías que visitó Kalenna la conocían y le pudieron dar unas señas para llegar a una buhardilla en la que ahora vivía Haia. Antes de llamar a la puerta de la anciana, Kalenna se dirigió a una posada y compró un par de botellas de vino especiado, esperando que eso la ayudase a conseguir la información que buscaba. Al abrirse la puerta se vio una mujer enjuta, de mirada penetrante y con más pelos en el rostro que muchos hombres que había conocido. Pero lo que más le asombró fue el gesto inexpresivo con que le miraba a los ojos, con la mandíbula a punto de desencajarse y los ojos fuera de sus órbitas, como si un puñal acabase de atravesar el corazón de la anciana. Cuando pudo recomponerse agarró a Kalenna por el brazo y rápidamente la condujo al interior de la vivienda (si se podía llamar así a un lecho de paja mohosa y un orinal oxidado en una esquina).

[i:01e5b767ae]- Oh Kalenna!! Que sorpresa!! Creía que os habrían llevado con el resto de criados a la casa del nuevo amo.
- Pues parece que se olvidarón de mi, porque nadie me hizo el más mínimo caso cuando se llevaron a los demás.[/i:01e5b767ae]

Con un gemido de alivio se acercó a Kalenna y la envolvió en un abrazo tan potente que estubo a punto de dejar sin respiración a la muchacha.
[i:01e5b767ae]- Haia, necesito que me contestéis unas preguntas referentes a mi pasado
- Sabía que éste momento tendría que llegar tarde o temprano.- [/i:01e5b767ae]dijo Haia mientras se le nublaba la vista.

Kalenna no podía creer que un día su cuna apareciera a las puertas de la casa de su señor sin motivo aparente. Según creía Haia no fue casualidad que fuese a parar a la casa del señor Agmed, era de sobra conocido el buen corazón y la sabiduría que profesaba con todos sus criados, y según la anciana, era el único amo con el que una recién nacida podría llegar a sobrevivir y alcanzar la edad adulta.

Aunque había conseguido averiguar el apellido del señor Agmed y descubrir como llegó a su casa, aún quedaban muchos otros interrogantes por resolver. Quiénes eran sus padres, porqué la abandonaron, porqué se preocuparon de dejarla en buenas manos si la habían repudiado....en cuanto intentaba encontrar alguna respuesta volvían a surgir más preguntas con las que se hacía cada vez más lío, así que decidió ir en busca de Leb y su sabiduría para intentar aclarar su pasado.