inverosimil

15/10/2005 00:27:21

//este es un inicio de quest (o un intento de..) en el que nos estamos involucrando Thôram y Asura, si la cosa marcha, ya postearemos la continuacion...//




Algo importante estaba ocurriendo, se olía en el ambiente, por mucho que querian quitárselo de la cabeza tanto Thôram como Asura eran perfectamente conscientes de ello. Hacia frío, mucho frío, los copos de nieve azotaban sus hombros mientras dejaban de lado el cementerio, ignorantes de lo que allí se estaba produciendo.
Los dos amigos continuaron tan tranquilos su camino, intercambiando comentarios intrascendentes sobre lo que había ocurrido los días recientes.
Fue en Mizheron, cuando fueron perfectamente conscientes de que no eran imaginaciones suyas, sino que realmente algo ocurría. Por la rampa de acceso, subía tambaleante una criatura, el monje, mas pendiente de cumplir la tarea que como hermano del Puño Cegador había aceptado, se lanzó sobre él sin notar la diferencia, haciéndolo caer presa de sus rápidos golpes. Pero el nigromante, muchísimo mas versado en la materia que su compañero y amigo, se percató a primer golpe de ojo que aquel ser desentonaba entre sus compañeros de la no-vida. Esto extrañó a Thôram, pero tampoco le dio excesiva importancia. El segundo lo hizo ponerse en guardia, y el tercero no le dejó más remedio que hablar con su amigo.

Thôram: Oye Asura, ¿no te parece extraño que los tumularios anden por esta zona?
Asura: Pues… *se queda pensativo analizando los hechos a los que no les habia prestado demasiada atención*… ahora que lo dices, muy normal no es.
Thôram: Es muy extraño que un tumulario ande por estas zonas, es un lugar de zombies, y sus señores, además de sus guardianes esqueletos. Los tumularios suelen aparecer mucho más al Sur, cerca de Tirodarco. Allí parece haber un criadero de ellos, ya que salen por decenas. Además, nunca salen de su cementerio, a no ser que vean...mmm...algo para echarse a la boca que ronde cerca de su zona… quizas algo los esté empujando hacia aquí…
Asura: O quizás algo los esté atrayendo… No olvides que ahí abajo hay una gran cripta, donde se han visto nigromantes, liches y vampiros.

Los dos amigos, se dirigieron con paso firme al cementerio que se encuentra en las cercanías de Tirodarco, con paso firme, pues tenían una investigación entre manos. Llegaron allí con prontitud, sin duda alguna empujados por la curiosidad, y a primera vista encontraron el mismo panorama desolador que en otras ocasiones: un batallón de Tumularios campando a sus anchas. Fue necesaria un poco mas de atención, para que se percataran de algunos tumularios, que destacaban de entre los demás, no solo por su fuerza y resistencia (como comprobarían minutos mas tarde) sino porque parecían liderar a sus congéneres.

La situación era muy tensa, pues aquellas criaturas poseían un enorme poder, y por si esto no fuese poco, cada una de ellas comandaba un batallón de tumularios. Los músculos de Asura empezaban a notar la tensión del combate, y Thôram no estaba menos exhausto por el uso de la magia, pero acababa de surgir de entre las sombras otro de aquellos seres, con sus burdos acompañantes. En otras ocasiones, los tumularios no presentaban ningún problema, pero en aquellos momentos de cansacio, en los que intentaban deshacerse de un enemigo superior. Estaban perdiendo, ellos notaban el cansancio y su enemigo estaba todo lo fresco que se puede estar al salir de la tumba… pero cuando todo parecía perdido, un fulgor púrpura aparecio en los ojos de Thôram, acompañado por un grito desgarrador que arrasó su garganta sin ningún miramiento. El poder que del nigromante surgió hizo reventar a los tumularios en mil pedazos, e hizo caer al suelo a su líder. Asura no dudó ni un momento en incrustar su codo en la cabeza de aquel ser, recordándole lo que era: un muerto.
Si hubiese aparecido otro de aquellos seres, o incluso un simple tumulario, hubiese sido el fin de la pareja, que había caído rendida al suelo, en un profundo aunque tormentoso sueño.
Asura se tumbó a su lado exhausto, al igual que Thôram. Estubieron unos largos minutos respirando costosamente, pero mientras lo hacian observaban a su alrededor.
Thôram se levantó a duras penas y se acercó, casi arrastrando los pies al andar, hacia uno de lo que podríamos llamar Comandante de los Tumularios. Se quedó unos instantes observándolo.
Sus facciones eran más duras, sus músculos aquejados por el Rigor Mortis eran mucho más potentes y fuertes que los de sus allegados. Además, poseían una gran capacidad para detener la magia.
Menos mal que Thôram hizo uso de las más altas esferas de la magia, y los puños de Asura fueron rápidos y contundentes, si no... todo aquello podría haber acabado muy mal.
Thôram se quedó observando a aquel muerto viviente, uno de los más poderosos que había visto, a excepción de esos engendros de poder superior, los DemiLiches.
Thôram: (Si, éste será perfecto para mi ritual, su gran poder será traspasado a mi cuerpo, y con mi magia, yo haré que él sea más poderoso...debo encontrar a quien los ha creado, y sacarles toda la información. Debo crear un ejército entero de éstos, bajo mi mando, bajo el mando de Bane y así aniquilar a todo aquél que se nos interponga, Señor Supremo)
Extrajo su espada, y con unos cuantos golpes certeros, intentando no dañar demasiado y extraer lo más limpiamente el brazo, lo cortó a la altura de la clavícula. Asura le miraba extrañado, pero ya estaba acostumbrado a tales actos extraños. Thôram guardó el brazo en su mochila.

Días mas tarde, estando ya recuperados, y dando aquella situación por concluida, volvieron a pasar por la zona, de camino a Vado de la Daga, donde el nigromante debía encontrarse con Khelben. Estaban dejando ya atrás la zona, cuando ambos notaron que alguien les observaba, se dieron la vuelta al mismo tiempo para encontrarse que desde arriba de aquel altiplano les observaba retador uno de aquellos seres.

Sin duda alguna, aquello no había terminado, y no parecía que combatir a aquellos seres fuese a aportarles la solución. Debían dirigirse a la cripta subterránea de Mizherón, para encontrar al responsable de todo aquello.

// PD: Dar las gracias a Thôram (yo solo no hubiese hecho esto) y a los Sm's Yandrel y Pixydixi, por dedicarle su tiempo a este intento de quest.

PD2: Dar gracias tb a todo aquel q haya leido hasta aqui, pq no debe haber sido facil

ioker

16/10/2005 15:31:25

//Esto lo hice onrol, pero como me gustó como quedo, pues lo escribo aqui, siguiendo un poco, con lo puesto anteriormente en este post.





Una sombra rodeada de arena se acercaba a las puertas de la Gran Sede... Una vez cruzadas las puertas, la arena dejó de rotar a su alrededor brillante, infundida por magia, y cayó al suelo... Luego, haciendo un gesto la arena se recogió sola y se metió en uno de los bolsillos. La figura se ajustó su túnica, saludó a los guardias, y continuó su camino hacia el interior. Pasó por varios pasillos. Su andar era agitado y nervioso, tenía que realizar un ritual y éste no podía esperar más. Su brazo estaba dolorido y engarrotado, el uso indiscriminado de magia, le había malherido éste y ahora, iba a implantarse uno nuevo. Uno de un ser superior, y más poderoso.

La figura por fin llegó al laboratorio que tenía en mente utilizar para este ritual. Abrió las puertas y se puso manos a la obra. Sacó todos los apuntes e información que habia estado recopilando durante tantos y tantos días. Por fin lo tenía todo, y estaba ya preparado para el momento. En ese momento oyó unos pasos acercarse hacia la puerta del laboratorio. Ésta se abrió y apareció su gran amigo. Le vendría perfectamente para lo que iba a realizar. Sus poderes otorgados por la Gran Mano Negra le serían de mucha utilidad.

Asura: jejejeje, sabía que el único que podía estar aquí utilizando el laboratorio serías tú. Yo estaba meditando y rezando.*observa todos los papeles desperdigados por el laboratorio* ¿Qué estás haciendo?

Thôram: Voy a realizar un ritual *se frota el brazo izquierdo* estoy harto de esto, y además así conseguiré más poder. Necesito que me ayudes en esta tarea. ¿Lo harás?

Asura: Sabes que sí.

Thôram se sentó y repasó por última vez los escritos que había hecho. Todo estaba en orden y nada podía fallar. De su mochila, extrajo aquel brazo que el día anterior había amputado a uno de aquellos formidables tumularios. Hoy era el día en que ese brazo pasaría a substituir el suyo.
Dejó el brazo en la mesa, al igual que un gran saco de arena. Sacó su espada, y cogió el brazo y el saco, dirigiéndose hacia un circulo mágico. Allí extendió a su alrededor la arena, formando un círculo de gran tamaño, y aplicando magia hizo que se solidificara como si fuera piedra muy fina. Sobre ella inscribió runas de muerte, de vida, de transmutación, de abjuración, con su pincel. Volvió al centro del círculo y allí cogió con la mano derecha su espada. Armándose de valor, se dió un gran tajo en el brazo izquierdo, a la altura del hombro.

Thôram: ahora Asura, acaba de arrancarme el brazo. ¡RAPIDO! *la sangre salia a borbotones por la herida*.

Asura se acercó, y entre gritos de dolor de Thôram, consiguió desmembrar el brazo de su cuerpo. Cuando hizo esto, Thôram se agachó y recogió el brazo de aquel tumulario. Se lo encajó a medias sobre el hueco que había dejado, pero eso no sería suficiente, necesitaba la magia para poder juntarlo a su cuerpo. Así pues, la capa de arena solidificada, se deshizo, volviendo a ser arena. Ésta, llamada por su amo, se levantó y rodeó el cuerpo de Thôram, uniéndose a él, como una segunda piel. Las runas anteriormente escritas sobre ella empezaron a brillar, desprendiendo un fulgor púrpura que a Asura le recordó haber visto en los ojos de Thôram en alguna vez. Asura no sabia que pasaba ahi dentro, pero si lo pudiera haber visto, se daría cuenta que hueso, músculos, cartílagos y piel se estaban uniendo poco a poco, siendo todo un mismo cuerpo. Al cabo de unos minutos, las runas dejaron de brillar. La costra se empezó a quebrar y empezó a caer al suelo.

Todas las costras cayeron, y Thôram cayó desfallecido al suelo. El ritual le había dejado exausto, no se podía mantener de pie. Asura viendo su estado, hizo unas plegarias a nuestro amado señor Bane, y usó su poder para intentar recuperar las fuerzas de Thôram, además de que Bane diera su visto bueno a tal ritual. Consiguió recuperarlo levemente, pero tenía tal cansancio, que a duras penas llegó a una de las habitaciones, apoyándose en Asura. Se tumbó sobre la cama, y en su rostro se podía apreciar un deje de sonrisa. Lo había conseguido.

Pixydixy

16/10/2005 22:57:21

//Tendreis noticias... voy a hilar esto con otra cosa q empece en su dia y a la q mucha gente no le hizo caso. ;)

inverosimil

17/10/2005 08:20:18

//tu hila con lo q quieras, en gran parte el post lo hemos puesto para q vayas pensando tus cositas con tiempo, y q no sea un: te contamos de q va y tienes q pensar algo para ya....
A tu ritmo y a tu manera.

Pixydixy

17/10/2005 08:45:44

//cuanto mas piense mas retorcido sere... xDDD

ioker

17/10/2005 21:49:45

//eso eso...que esté currao al máximo joajoajoajo...que esto puede quedar muy bien... (y mi poder sobre los nomuertos de toda la zona se puede acrecentar...) joajaojajoajoajo . enga enga ^^ hilando hilando...

inverosimil

17/10/2005 22:34:30

[quote:38762f80da="Pixydixy"]//cuanto mas piense mas retorcido sere... xDDD[/quote:38762f80da]

//a ver a ver.. se trata de muertos, nigromantes.... y en el otro lado dos q no son CB precisamente... ¿retorcido dices? Si, creo q encajara XD

REOelmi

19/10/2005 06:03:26

"Que monotonia" eran las palabras que musitaba Alex mientras apoyada en las rocas del oasis observaba la puerta de acceso a la ciudad por si veia a algun conocido. Poco imaginaba cuan erroneas estas serian de saber lo que pasaria con posterioridad....


Una figura que habia estado ojeando un libro meticulosamente se acerco hasta ella y la saludo..se trataba de Thôram. Tras hablar durante unos minutos y ver que alli el panorama no era muy movido surgio la idea de explorar algo conla consecuente duda de determinar donde. Tras varios instantes dubitativos a Thôram se le ocurrio que podriamos ir a ver aquella torre, la llamada Torre del Protector,,,,,,,,asi pues tras convenir ese destino ambos nos dirigimos hacia alli pero a llegar vimos a varios luchando con varios seres y por seguridad salimos de alli, lamentando no poder explorarlo tal y como pensamos. Asi las cosas y observando a un pequeño mediano que no dejaba de dar vueltas alrededor nuestra Thôram menciono un lugar en el que estos se escondian..lo que no sabia era que ese lugar estaba en las criptas de la ciudad y no como el creia en el barrio en que estabamos. Asi pues fuimos alli y tras recorrerlo nos fijamos en el edificio contiguo.

Tras mirarnos sin mediar palabra ambos entramos alli...nada mas entrar divisamos varias momias,sombras y otras criaturas que pudimos abatir hasta llegar a un estante en el que encontramos algo,parecido a un anillo pero que emitia una breve vibracion, asi pues lo guarde en la bolsa esperandole encontrar alguna utilidad. Avanzamos entre mas criaturas hasta llegar a un portal..el caso es que al acercarnos alli el anillo vibraba con mayor fuerza a medida que nos acercabamos al portal....al final nos decidimos por tocar el portal y este nos subio a la parte superior del edificio pero....no estabamos solos,,,Tamer, con quien Alex habia estado antes estaba alli..estaba pero ni el sabia bien como pues dijo que por su propio pie no vino, yThôram pensando en el portal y el anillo imagino que se trataba de algun tipo de proteccion o trampa magica que habiamos activado.

Tras la sorpresa inicial decidimos continuar y mientras ellos dos se preparaban me deslice sin hacer ruido para ver que habia...al volver les informe que habia varios liches, vampiros y un demiliche como lo mas preocupante a lo que hariamos frente(al menos eso creia....) y tras ello nos dirigimos contra ellos pudiendo deshacernos de su incomoda compañia.

Mientras hablabamos ya mas relajados al haber acabado con la amenaza notamos una algo extraño, el ambiente parecia haberse vuelto de repente como saturado por una energia negativa, la cual fue prolegomeno para lo que nos esperaba..de fondo se oian al principio unos sonidos escalofriantes, parecian palabras pero se oian desde la lejania sin saber bien de donde procedian y luego distinguimos lo que parecia una risa espeluznante tras la cual una multitud de liches surgidos de la nada nos ataco, si bien pudimos reaccionar a tiempo para reducirlos.

Cansados del esfuerzo nos miramos cuando un dragon, mas bien un dracoliche se encontraba ante nosotros amenazante..tras reaccionar Thôram conjuro apresuradamente varios hechizos y una serie de proyectiles golpeaban a la criatura dejandola gravemente malherida con lo que antes de que esta reaccionase la destruimos.

No era la primera vez que me habia enfrentado a un ser asi, sin embargo me encontre repentinamente cansada, incapaz de empuñar mis armas y entonces...el aparecio, con su voz oscura y tenebrosa se dirigio a Thôram. Agotada sin saber porque les veia hablar..

figura encapuchada:"no juegues conmigo nigromante,con un chasquido de dedos caerias rendido,,pero aun no es el momento alma de condenado..tan solo me muestro para que tus pesadillas tomen forma.. de ahora en adelante,tienes una mision que hacer y sin duda..la haras!"murmuraba ese ser con su voz tenebrosa.

Thôram alzo los brazos increpandolo mientras gritaba : No ves nada en mi que te pertenezca?,tras lo cual la figura se desvanecio no sin antes murmurarle algo al oido.

Tras ello Thôram me miro preocupado al igual que Tamer como si lo que le dijo tuviese que ver conmigo,preguntandome si estaba bien pero al ve r mi debilidad convoco a un elemental para sacarme de alli mientras ellos dos se deshacian de mas liches y criaturas que habia.Cada instante parecia que hacia q empeorase mi estado pero afortunadamente pudimos salir fuera, ya quitandome la capucha y respirando el aire a bocanadas....tras recuperar un poco las fuerzas nos fuimos a la posada de los muelles a reponernos de la tension tras lo cual nos fuimos a un lugar mas apartado para comentar el suceso...........

//asi es como lo vivio Alex 8)

ioker

19/10/2005 14:43:46

Thôram se hayaba en el desierto, rodeado de arena como a él tanto le gustaba... Leía su libro y las anotaciones que tenía en distintos papiros...

Thôram: (Ncht.... esto no avanza... he llevado ya a cabo búsquedas de información, he vuelto al sitio donde nos encontramos esos tumularios * se frota el brazo izquierdo*...pero nada, no encuentro nada sobre quien o que los está creando... y por lo que parece Asura tampoco ha encontrado nada... ncht... tengo que encontrarlo y descubrir cómo lo hace... debo tener ese poder)

Cerró el libro y alzo la vista. Una mujer ataviada de negro se hayaba en las cercanias, y su aspecto desde la lejanía le parecía muy familiar. Sí, era ella, y la reconoció cada vez más a medida que se acercaba, con el libro en sus manos. Era Alex, la pareja de Asura, con quien había compartido tantas aventuras desde que había llegado a estos parajes. Se le acercó lentamente, y la saludó. Hablaron durante unos cuantos minutos, y viendo que aquello estaba más bien desierto, decidieron ir a algún sitio. Pensando durante otros cuantos momentos, decidieron ir a la torre del Protector del Khanduq. Habían ido un par de veces, y los seres de allí eran muy interesantes, al igual que atesoraban importantes objetos. Se pusieron en camino y entraron por aquel agujero entre edificios, al cual se accedía desde el Desierto. Cruzaron las puertas de la torre, y nada más entrar vieron a 2 figuras luchando contra un Demiliche... se les habían adelantado, y el demiliche parecía estar en furia, por lo que lo mejor fue salir de allí.

Descontentos por su mala suerte, no sabían donde ir. Se me ocurrió la idea de ir a aquel templo que pensaba que se hayaba en el khanduq al observar uno de esos miniguardias duelecuellos que rondaban por aquel peligroso barrio. Sus miraditas intimidatorias no valían de nada, así que decidimos ir al templo para asesinar a todos aquellos pequeñines matones. Para mi sorpresa, el templo se hayaba en el Distrito de las Criptas, ese sitio me hacía sentir bien, y a veces iba allí a meditar. La muerte reinaba por ese barrio, y me sentía a gusto. Qué erróneas eran esas palabras cuando pasó todo. Entramos en el templo y acabamos con todos esos duelecuellos con navajas. Sus golpes eran certeros, pero mi magia de protección me hacia esquivarlos, y además si ellos me golpeaban recibían daño... (Ncht, creían que les iba a dejar golpearme tan fácilmente....ilusos).

El Templo de Mask se hayaba ahora lleno de sangre y cuerpos de duelecuellos insolentes, que se atrevieron a salir de sus escondites entre pilares y paredes, para intentar expulsarnos de allí. Salimos de allí. Alex y yo nos giramos hacia la derecha... otra torre se hayaba ante nosotros. Otra torre que con anterioridad, si mi memoria no falla, ya habiamos visitado en otra ocasión. Los dos asentimos con la cabeza, y sin mediar palabra, nos dirigimos a su interior. Momias, sombras, vampiros y demás nos salieron al paso, pero los kukris de Alex danzaban velozmente, y mi magia surcaba las estancias en pos de la muerte de éstos seres. Débiles, débiles y fáciles de matar eran aquellos seres traídos de la muerte, y convertidos en una vida falsa... Mi poder crearía a uno de ellos, el definitivo, el ser más poderoso traído de la muerte a la vida, en no vida, que estaría bajo mi mandato, mi más poderoso sirviente, y bajo el cual, la Mano Negra actuaría contra sus enemigos. A cada uno que moría le veía defectos, y los anotaba mentalmente para más tarde escribirlos. Todos esos errores deberían ser corregidos para alcanzar mi meta.

Una vez acabamos con todos ellos, Alex encontró un anillo en un armario. De algo serviría, así que buscamos por todo el recinto inferior de aquella torre, donde el calor era asfixiante, incluso para mí, que he vivido en un desierto toda mi vida. La lava refulgia a borbotones en el centro de aquella inmensa sala, y sus vapores hacían difícil la respiración, incluso con protecciones mágicas. Un paso en falso, y podríamos acabar calcinados por toda esa roca fundida. En la otra punta, dando toda la vuelta encontramos un portal mágico. El anillo que Alex encontró en el armario, empezó a vibrar. Debía ser la llave para abrir ese portal y llevarnos a otro sitio. Así que decidimos atravesarlo.

Como en un pestañear, nos hayamos en otras estancias. Donde estabamos, parecía la antesala de algun sitio... pero no estabamos sólos. Una sombra, una figura, se hayaba a nuestro lado. Mi ojo sano, a la vez que mi cabeza se giraron hacia esa figura. Tamer, Tamer Criliman. Ese humano patillero que vino ha la ciudad hacía un par de días. El que se hacia pasar por un antiguo amigo de Asura.

Thôram: Tamer?? Tú que demonios haces aquí??

Tamer: eh?? que es esto??? donde estoy???

Thôram: ncht... (porque está este aquí?...no es normal) *se queda meditando sobre la posible causa* Alex...no dijistes que habías estado antes con él?

Alex: Si...así es...no hace mucho de eso.

Thôram: Puede que el portal al traernos aquí haya reaccionado de alguna manera, por haber estado juntos... Quién sabe.... *mira receloso a Tarem desde el fondo de la capucha*

Mientras tanto, Alex se dirigió hacia dentro de las estancias y estubo observando lo que allí se encontraba. Al cabo de un tiempo, volvió y nos dijo que allí se encontraban vampiros, un esqueleto con tripas en su caja torácica, liches, y uno de esos bonitos y amados demiliches. Lo mejor sería prepararse. Empezamos a prepararnos para el combate. Todos excepto el demiliche no ofrecieron mucha resistencia, y satisfechos por el trabajo investigamos la zona. Era una biblioteca, llena de estanterias, donde se hayaban algun que otro objeto, pero nada interesante. Todo parecia finalizado y nos disponíamos a salir. Que ilusos fuimos al pensar eso.

El aire se condensó, la respiración era costosa, y un poder emanaba de algún sitio. Tal era este poder, que se hacía notar incluso sin mostrarse. Una energía negativa colmaba toda aquella biblioteca. Esto nos hizo poner en guardia ante un posible ataque. Mirabamos a todos lados pero no veíamos nada. Al cabo de un rato, un siseo empezó a oirse desde el fondo de la biblioteca. Un siseo que se fue transformando en una risa gutural y alocada. Lancé visión verdadera, pero ni así podía verlo... Mi ojo registraba cada rincón, cada escollo de la sala, pero nada... la figura de quien procedía aquella risa no se mostraba ante nosotros. La risa se fue transformando en una serie de palabras.

Voz tenebrosa: Nigromante, nigromante estúpido. Tú y tu amigo el monje no sabéis a que os estáis enfrentando. Si quisiera estarías muerto con solo chasquear mis dedos, pero aun no es la hora. Aún deben pasar cosas y, tu hora llegará. Vosotros dos llegaréis a ser mis sirvientes.

La sala de repente se llenó aun más de asfixiante aire. De la nada aparecieron más liches, pensabamos que habíamos acabado con todos ellos, pero estos eran nuevos. No se habían levantado del cuerpo de los que abatimos. Nos pusimos en guardia y los destrozamos. El esfuerzo empezaba a agotarnos, y más con aquel aire. Parecía que había acabado, pero el suelo temblaba...algo se estaba acercando hacia nosotros. Las estanterías empezaron a tumbarse y oíamos como los libros caían. Una calavera enorme apareció entre ellas, seguidas de un cuerpo esquelético también enorme. Era el esqueleto de un dragón. Ese ser nos había traido un Dracoliche. Mi sorpresa era enorme. ¿Quién demonios tenía el poder para levantar a tal ser? Todo esto ya era irreverente. El Dracoliche empezó a atacarnos, lanzando conjuros. No me lo pensé mucho, y decidí agotar mis conjuros contra él. El tiempo se detuvo ante mi orden y cargué tres conjuros contra él. Cuando el tiempo volvió a su estado normal, decenas de proyectiles surcaban la habitación en dirección al Dracoliche. Golpearon en él, y sus huesos empezaron a quebrarse, caían al suelo rotos, y el estado en que quedó estaba visto para sentencia. Alex se le acercó y lo remató. Parecia ser que todo habia finalizado. Pero otra vez ilusos de nosotros, no fué así.

Alex dejó caer sus kukris al suelo, su fuerza estaba agotada y casi ni se podía mover. La voz volvió a sonar.

Voz tenebrosa: No juegues conmigo nigromante, crees que me has vencido? esto solo es una muestra. Tienes una misión que hacer, y sin duda la harás.

De repente, una figura se materializó ante nosotros, mientras alex jadeaba en el suelo, y Tamer no sabía que hacer. Estaba anodadado ante la experiencia. Un ser atabiado con una túnica, de aspecto encorvado, y con alfange se hayaba ante nosotros.

Voz tenebrosa: Me muestro ante tí para que de ahora en adelante, tus pesadillas cobren mi forma de ahora en adelante. No me subestimes, pues no has visto nada.

Thôram: Así que esa es tu forma, eh? Acaso, no reconoces nada en mí que sea tuyo? *alzando los dos brazos, poniéndolos en paralelo con el suelo, y mostrando una sonrisa*

La figura desapareció de nuestra vista, pero volvió a hablar.

Voz tenebrosa: No tientes a la suerte, aun no es la hora. Será mejor que saques de aqui a tu amiguita, si no quieres que antes muera.

La voz se calló, y alex se retorcía en el suelo de dolor. Si no la sacaba de aquí, Asura no me lo perdonaría nunca. Llamé a roke y la arena de mis bolsillos se materializó en el elemental. El la cogió y salimos de allí, pero por el camino aun tubimos alguna que otra escaramuza con más liches y vampiros que habían aparecido. Roke calló al suelo victima de los golpes de los liches y vampiros, y decidí cambiar mi forma a un golem de hierro, para llevar yo mismo a alex. Salimos por el portal del fondo y nos hayamos en el Distrito de las Criptas. El aire limpio nos reconfortó, y respiramos aquel dulce aire. Dejé a Alex en el suelo, la cual parecía que mejoraba con el tiempo, así que volví a mi forma original. Intenté buscar algo que se asomase por las ventanas del piso superior, pero nada, no vi a nadie, ni una maldita sombra que se moviera. Y juré que volvería por él, y que conseguiría el poder que atesoraba, señalando las estancias donde habíamos estado, con el brazo de lo que fuese un día su creación.

Decidimos descansar un tiempo en la habitación que tengo alquilada en la posada de los muelles y luego hablamos en un almacén, que encontramos infestado de ratas. Por ahora, habia acabado todo... sólo por ahora.

REOelmi

20/10/2005 06:18:31

Bajo la cascada y divisando a lo lejos la enorme figura del Bastion varias figuras(Tamer y Alex) comentaban los acontecimientos recientemente vividos la noche pasada. La conversacion transcurria con normalidad cuando repentinamente una sensacion ya antes conocida se apoderaba de mi. Las fuerzas me habian abandonado , dejandome debilitada y obligandome a sentarme en el suelo,con dificultad para respirar y el pulso alterado.... La cara de Tamer mostraba su sorpresa a la vez que no cesaba en preguntar que me pasaba...tras la sorpresa inicial Tamer reacciono y viendo mi lastimoso estado decidio llevarme a la ciudad hasta el templo, a pesar de estar el solo y tener ue llevarme a cuestas, pues el caminar en ese estado era inconcebible.

El cansancio era esta vez si cabe mas intenso que la vez pasada...dolor,debilidad,agotamiento...un cumulo de sensaciones negativas agolpadas todas ellas....sin perder mas tiempo Tamer me cargo sobre su espalda y salio en direccion a Calimport.....al poco notamos unos escalofrios..la sensacion de que algo merodeaba cerca nuestro.....Tamer tambien sintio esa negatividad en el ambiente y tras detenerse brevemente emprendio la marcha decidido hasta Calimport no sin antes tener que dejarme en el suelo para hacer frente a diversas criaturas que caminaban por el desierto.

El dolor era mayor y la sensacion de debilidad se intensificaba por momentos, algo de lo que Tamer intuyo por lo que acelero la marcha hacia la ciudad sin dejar de pronunciar palabras de animo. Ya llegabamos a las inmediaciones de la ciudad cuando lo que parecian unos esqueletos se materializaban alli enfrente a nosotros,por lo que Tamer me dejo en el suelo y se enfrento a ellos y tras una dura lucha logro reducirlos. Al ver como me retorcia de dolor me cogio en brazos......mientras yo,incapaz de moverme por mi misma y apenas pudiendo abrir los ojos me parecio distinguir la figura de Asura y Thôram....o quizas fue mi imaginacion.el caso es que Tamer viendo mi estado no dudo y sin fijarse en nada mas me llevo en brazos hasta el templo.

La imagen de una persona llevando en brazos a otra agonizante no paso inadvertida para el clerigo, el cual apresuradamente se acerco a ver que ocurria mientras Tamer depositaba mi cuerpo agonizante en el suelo, respirando con dificultad mientras trataba de abrir los ojos para ver donde estaba....

!por Tyr, que le pasa a esta mujer!!??" exclamo el clerigo tan exaltado con lo que veia que hasta en mi estado pude entender sus palabras mientras esperaba una respuesta...respuesta que Tamer apenas podia dar debido a que estaba exhausto del esfuerzo que habia realizado.....asi pues el clerigo se acerco a mi y me oyo murmurar "criptas",palabra que repitio en alto varias veces tras oirla, ante la cual Tamer solo podia asentir mientrs le miraba.

El clerigo se acerco a examinarme tras lo cual se mostro sorprendido y sin perder tiempo me puso la mano en la frente mientras murmuraba unas palabras inteligibles para mi. Tras esto poco a poco mi respiracion se hizo mas constante y mi pulso tomaba su ritmo normal,pudiendo incorporarme para sentarme mientras el clerigo nos decia que habiamos llegado justo ......unos instantes mas tarde y habria sido fatal para mi y que tenia pinta de ser victima de algun tipo de hechizo que hacia que poco a poco se consumiese mi fuerza,,,un hechizo realizado por una criatura extremadamente poderosa.

En medio de esta voragine aparecieron el el templo Asura y Thôram preocupandose por mi estado,,,,y tras constatar que me encontraba bien el clerigo,exhausto por la tarea realizada nos dijo que esto le superaba pues era obra de alguien poderoso y que nos andasemos con ojo,aconsejandonos que quizas deberiamos acudir al Brazo de los Justos ya que alli habia clerigos poderosos que quizas podrian ayudar, tras lo cual se retiro a recuperarse dejandonos alli, a unos sorprendidos por lo ocurrido y otros confusos pues no sabian bien que habia pasado.

Tras retirarme a descansar en la habitacion acompañada por Asura decidimos salir con los otros, los cuales estaba esperando en el templo y tras intercambiar unas palabras decidimos volver al lugar de la otra vez para ponerles al tanto de lo sucedido.

Asi pues nos dirigimos al almacen donde les contamos a ambos lo que nos habia pasado y decidimos que pasos dar a continuacion y establecimos una serie de medidas para reducir los riesgos de otra posible recaida.............

//para no perder la historia como va a grandes rasgos ;P

inverosimil

20/10/2005 06:59:26

En un sotano perdido en los subterraneos de Faerun, Thoram contaba a su amigo los hechos acontecidos la noche anterior. Le estaba relatando todos los detalles cuando una sensación se apodero de Asura, algun tipo de consciencia extrasensioral, q le hacia sentir q algo no iba bien, Alex estaba siendo atacada.

Tras notificar a los guardias q abandonaban el lugar, pues no se sabe quien podia buscarlos, aparecieron magicamente cerca de la entrada de Calim, mas allá del oasis. Los dos amigos se dividieron, para aumentar asi las posibilidades de exito de su búsqueda: Asura buscaria por los bosques cercanos y Thoram se encargaria del desierto. La sensación de q la cosa iba mal iba acrecentando, y la búsqueda no estaba dando ningún éxito, asi q Asura decidió volver, por si su compañero habia tenido mas éxito, y al parecer asi habia sido. Alex y Tamer estaban en la ciudad, solo habia q peinarla.

Asura irrumpió en el templo coincidiendo con las últimas palabras del clérigo: "...acudir al Brazo de los Justos ya que alli habia clerigos poderosos que quizas podrian ayudar"

Cuando Alex hubo descansado, se dirigieron a un almacen abandonado, allí pusieron al dia de los acontecimientos mas recientes a Thoram y Asura. Después de una breve evaluación, Asura propuso una serie de medidas, para evitar q la situación se repitiese, les dijo a sus dos compañeros q tenian q hacer, y ninguno de ellos protestó, de sobra sabian pq no debian hacerlo.

Durante todo el rato unas palabras resonaban en la mente de Asura (Nigromante, nigromante estúpido. Tú y tu amigo el monje no sabéis a que os estáis enfrentando. )
Si ese ser creia que de ese modo iba a pararlo... estaba mas q equivocado, aquello ya era algo personal, y poco podia hacer para amedentrarlo. Quizas podria destruirlo a él, pero solo era la punta de la lanza que esgrime la Mano Negra. Aunque Asura tp era tonto, y sobradamente sabia q aquel ser era un rival dificil, por lo tanto debia mover todas las piezas para poder darle jaque, y como en toda buena partida, se empieza moviendo peones para matar a otros...

Pixydixy

20/10/2005 09:14:06

El sol comenzaba a estar bajo en el cielo, se aproximaba el ocaso y las ultimas luces calentaban la arena del desierto. Casi sin daros cuenta, la oscuridad se fue apoderando de cada esquina hasta q lo cubrio todo.

Una brisa recorrio vuestros cuerpos y el frio comenzo a hacerse patente en el ambiente. El aire, cargado, hacia que cada vez resultase mas dificil respirar. Sentis una inquietante presencia en las cercanias, el miedo se apodera de vosotros pero permaneceis quietos, vuestros musculos entumecidos.

Se ha vuelto dificil conciliar el sueño, las pesadillas se repiten y el sudor se vuelve frio. Por las mañanas al despertaros estais congelados y una sensacion de desasosiego invade vuestros cuerpos.

Las oscuridad y los lugares angostos os producen paranoia, no podeis dejar de mirar en todas direcciones, de vigilar cada silueta, de temer cada sombra...

Un extraño dolor recorre el hombro izquierdo de Thoram sacudiendole un latigazo. Asura siente miedo, mucho miedo, aunq no teme por su vida pero si por la de Alex, su estado no mejora, repentinamente sufre nauseas y vomitos, apenas puede dormir y en algunos momentos le tiemblan las manos.

Los dias se suceden y los sintomas se repiten. Ha pasado tiempo desde la visita a la casa espectral y por el momento no haceis mas que esperar, porq sabeis, que cuando EL quiera, os encontrara....

ioker

20/10/2005 13:47:11

Thôram se hayaba en una de las habitaciones de uno de los subterráneos de Faerun. No había podido conciliar el sueño en toda la noche, y su cara mostraba serios signos de cansancio. En su mente, durante toda la noche resonaban las palabras que acudieron a ella el día anterior...

Cuando se separó de Asura para buscar a a Alex, hizo uso de su magia, y puso a la arena en busca de la elfa. Ésta la encontró, y con ella iba Tamer, pero cuando se acercó a ellos dos una sensación pavorosa recorrió su cuerpo y cuando se giró, un miedo como nunca había tenido recorrió su cuerpo, agarrotando sus músculos y nublando su mente. No podía moverse del sitio, pero sus piernas se pusieron en movimiento rápidamente y corrió hacia el centro del desierto. Tenía frío, mucho frío, y todo a su alrededor le provocaba un pavor indescriptible. Hasta las rocas las temía, por miedo a que apareciese algo en ella. Corrió bajo un recodo de una de las montañas que habían en el desierto, y se acurrucó allí debajo. Cogiéndose las piernas con los brazos, y balanceando su cuerpo hacia delante y atrás. El miedo recorría todo su cuerpo y no sabía qué hacer. Pero de repente, una voz entró en su mente, no era su antiguo compañero que en ella habitaba no, no era Deimos... era una nueva voz. Una voz que nunca había oído, que le empezó a hablar.

Voz en la mente:

Al oir esta voz, Thôram se calmaba, pero el miedo aun recorría su cuerpo. De pronto, el miedo pasó de golpe. Había sido afectado por un conjuro y ahora se había liberado de él. Furioso, destripó a todo trasgo que se le puso por el camino y corrió hacia donde había visto por última vez a Tamer y Alex. Se habían dirigido a la ciudad, pero no sabía a que barrio. Empezó a preguntar a los distintos guardias, pero éstos, inútiles como siempre, no sabían nada. De repente apareció Asura y decidieron separarse para buscar mejor. Así lo hicieron. Thôram recorrió todos los sitios donde habían estado la noche anterior, y no hayó nada. Busco por los otros distritos, entrando en cada edificio, hasta que llegó al Templo. Allí dentro encontró lo que buscaba. Alex parecía estar bien. Se fue a descansar junto con Asura, y Tamer y yo nos quedamos fuera esperándolos. Cuando salieron fuimos al almacén y hablamos de lo acaecido y qué debíamos hacer.

Thôram estaba en la cama de la habitación de los subterráneos pensando en lo que había pasado. Su habitación estaba repleta de arena que había esparcido, y junto a él, Roke, vigilando la puerta. Lo había convocado temeroso de que ocurriera algo mientras intentaba dormir. Ahora recostado de lado en la cama, las palabras recorrían aun su mente... (un nigromante no debe tener miedo, te enseñaré la senda de la vida eterna). No paraban de repetirse en su mente una y otra y otra vez. El temor azotaba su cuerpo y de repente... Un latigazo, un dolor insoportable recorrió el brazo que no le pertenecía, el que le arrancó a aquel tumulario y se implantó. Un grito escalofriante retumbó por todos los subterráneos mientras se agarraba el brazo con la mano derecha fuertemente. Roke se giró hacia él y buscó por toda la habitación, buscando quien podía haber dañado a su señor. El dolor pasó y tube que tranquilizar a Roke, pues estaba tan nervioso como yo, pero debía calmarme y ponerme en marcha. No podía esperar ni un segundo allí más cruzado de brazos. Debía encontrarlo y conseguir su poder.

Así pues se levantó del catre e hizo deshacerse en otra vez arena a Roke. Con unos movimientos de su mano y un par de palabras, la arena se recogió en sus bolsillos. Thôram desapareció de la habitación en búsqueda de respuestas...

polvori

21/10/2005 20:43:59

No existe principio en esta historia, y su desenlace es todavia incierto....
mas tamer, mientras daba una vuelta por la ciudad, se vio rodeado por un halo de energia abrumadora que le hizo perder la nocoin del tiempo y del espacio. Aparecio de repente en una pequeña habitación y thôram y alex se encontraban alli pero no menos atónitos que yo por el porqué de haber aparacido yo alli. No sabia donde me encontraba, ni porque y mis compañeros no aclaranon mis dudas, pues era evidente que la tansion del momento no daba pie a grandes explicaciones. desconcertado e inseguro guarde silencio y segui a mis compañeros...Criaturas y mas criaturas abarrotaron el lugar, pero no fueron rivales para thôram ni alex, yo sin embargo, casi no lo cuento, pues me senti sobrepasdo en todos los sentidos de mi entendimiento.
De repente llego la calma, era una habitacion espaciosa donde los cuerpos de nuestros enemigos llacian abatidos, sin embargo el lugar se enturvio de repente, una sensacion de energia nagativa nubló uestros corazones y amedrento nuestras mentes. Una voz, si, una voz terrorifica nos hablo, pero solo le importaba thôram, o eso me parecio a mi.
THôram consiguio cabrear al ser desconicido, pues este se materializo e hizo mas atronadoras las amenazas, las cuales eran dirigidas unicamente hacia thôram. DE repente alex se desmorono sobre el suelo. Su estado era lamentable y su cara lo evidenciaba... Maldito thôram pense yo, esta es la mujer de asuray su caida significaria la muerte de los implicados... de eso no tenia la menor duda.
El ser nos amenazo con matar a alex si no habandonabamos el lugar de inmediato, pero no fue mas que otra forma de jugar con nosotros puesto que en nuestra penosa hudi con thôram deshaciendose de los enenmigos, roke cargando a alex (si ese engendro criado de thôram al que cada vez cogiendo mas cariño) y yo .....jajaja yo... si sitacion era penosa, mi espada se burlaba de mi, y eraella la que me controlaba, mi brazo siempre firme y duro esra ahora de broma. MI vida corria serio peligro y yo era incapaz de hacer nada...

Al fin conseguimos salir gracias a thôram y a su magia pero jamas me vereis dandole als gracias, puesto que el es mi mas directo culpable de todo lo sucedido.

Tras esto decidimos ir a visitrar al clerigo del templo pues la situacion de alex aunque algo mejor, tdavia no transmitia confianza.
ASi pues tras ver al clerigo nos retiramps en busca del merecido descanso, THôram ya se explicaria mañana, yo por mi parta comunicaria tido lo sucedido a asura, pues no deseo ocultarle nada y que pueda usarlo en mi contra... su represalia la temo mas que ha ese ser desconicido para
mi...

REOelmi

24/10/2005 06:10:52

Han pasado dias desde la visita a ese lugar, la Casa Espectral.....y sin embargo "el" no nos olvida ni mucho menos,,,,,,esta ahi, merodeando en la oscuridad, acechandonos, esperando el momento en que mayor molestias nos pueda causar.......me siento como un raton con el que "el" pasa el tiempo hasta aburrirse y deshacerse de el. Si, juega con nosotros,...pretende hacernos daño pero de una manera retorcida, he sentido su poder y se que para el seria facil hacerlo con un mero chasquido de dedos, pero no es lo que busca, no es su estilo....demasiado sencillo para el hacerlo asi..lo hace poco a poco, pensando cada movimiento...y por si fuera poco esta vez ha hecho aparicion en Calimport...bueno, "el" estaba por ahi aunque no se le veia, pero si a sus esbirros materializarse en el mercado junto a Asura y a mi....en el mercado!en la propia ciudad!Pretende decirnos que no hay lugar seguro?que nos acecha?que en cualquier momento...ZAS!

Tuve que huir pues por momentos la debilidad hacia mella en mi otra vez; eso gritaba Asura "Corre, corre!" mientras los atraia hacia el y yo huia a refugiarme en el palacio.....afortunadamente pudo desembarazarse de ellos, con ayuda de los guardias de los cuales algunos sucumbieron.....tras esto Thôram aparecio en el palacio preguntando a un guardia si me habia visto,contandome que los vio y que Asura logro deshacerse de ellos y que habia ido al templo a buscarme....alli fuimos y efectivamente estaba alli, sano y salvo...lo abrace y le bese.Me conto lo sucedido y que es e amigo suyo,uhm, como se llamaba..?le ayudaba tambien.

Menudo dia...tras estar alli hablando Asura se tuvo que ir a resolver un asunto y me quede con Thôram...intercambiamos opiniones mientras un tipo paso a nuestro lado,,,debio creer que rezabamos y nos molesto al pasar o algo pues se disculpo....Ojala fuera tan simple..asi pues una vez hablamos salimos del templo y nada mas cruzar el umbral de la puerta alli estaban Tamer y el tipo que entro al templo. Tamer estaba bien...bueno hecho un asco como nosotros pero no sabia nada de los zombis en el mercado ni sufrio incidentes...afortunado el. El otro tipo, un elfo, Semaniel, el que estaba con Tamer se unio a nosotros y fuimos al oasis.

Todo bien pero...nos encontramos con un enano bocazas ,maleducado,grosero y demas adjetivos del mismo tipo alli en el oasis. Se acerco a nosotros; a Semaniel y a mi nos olisqueo.....nos llamaba comeflores y el muy patan exigia verme la cara y me llamaba asesina! Tras varias lindezas soltadas por el llego Thôram...que vio la situacion y por un momento pense que habria ms que palabras..o si no era con el seria con Tamer que se interpuso entre el y yo...Donde estan los guardias cuando los necesitas?en fin la cosa siguio igual, con el enano increpando,amenazando y haciendo gala de la ausencia de sus modales, llegando al punto de desnudarse parcialmente dejando ver sus partes mas intimas(suerte que me lo vi venir y me gire...) Pobre infeliz..

Nos fuimos al desierto y alli Thôram me dijo que queria ver a los tumularios por si descubriamos algo...alli fuimos los cuatro y alli vimos a esas dos mujeres, Antea y la otra(Di) junto a una tercera de apariencia elfica..estaban peleando contra un tumulario pero no uno normal....era uno de esos que aparecieron en el mercado.....fue abatido y Thôram me dijo si podria empuñar las armas si hubiese mas, que queria comprobar algo y ademas destruirlos seria un golpe para ese ser...Que podia decir,,,a pesar del cansancio le dije que eso solo lo sabriamos probando asi pues todos nos preparamos y subimos a la cima..alli acabamos con mas tumularios, siemdo unos 6 de esos abatidos como los aparecidos en el mercado. Desfallecimiento,cansancio..eso sentia......las mujeres con als que nos encontramos siguieron su caminno y nosotros nos quedamos a descansar,,,mas bien a tratar de hacerlo....intente dormir pero no pude pues las pesadillas y el frio me hicieron despertar......al ver eso Thôram me ofrecio unas plantas de varios colores entrelazadas entre si...tuve reparos si, pero al final accedi a comerlas y logre descansar unas horas.

Al despertar alli estaban ellos dos pues Semaniel se habia ido mientras dormia.....Thôram se teleporto para tratar de averiguar mas cosas y Tamer y yo nos dirigimos al Vado donde en un barco volvimos a Calimport. Alli me quede en el templo descansando y pensando en las palabras del clerigo de ver a los del Brazo.....

inverosimil

24/10/2005 19:00:00

Una figura oscura de rasurada cabeza se hayaba sentada en uno de los bancos del mercado de Calim, observaba a todos los transeuntes con sus ojos vidriosos y rodeados de ojeras (Cuanto hace q no duermo?¿como dices q se hacia eso?) una risotada amarga salió de su boca interrumpiendo su silenciosa espera. Pero la figura anhelada no aparecia, aquella elfa de bello rostre e inmejorable figura cuya simple presencia tantas vidas habia salvado. Vidas q en otras circunstancias hubiesen sido sesgadas sin reparo fruto de la ira de Asura.

Su espera continuaba, y alex no aparecia, pero otro ser nada esperado si apareció, por llamarlo de alguna manera, sus susurros incoherentes castigaban la ya castigada paciencia del monje (cagarme en tu puta calavera seria hacerte un favor, desgraciado, pues por evitar ensuciarme con mis heces habria partes de tu cuerpo q no serian golpeadas). Y otra vez se repitieron los susurros, cansado, Asura respondio en tono bajo" si quieres decirme algo, dilo en algo q te entienda, bastardo, sino vuelve al apestoso lugar de donde has salido". Esta vez hubo respuesta entendible "quien debe entenderme lo hará".
El ser intentó dañarle, como hacia con Alex, pero su entrenamiento monacal y su fe en su Señor, lo protegian de sus tretas(Con quie crees q has topado desgraciado? La Mano Negra protege a sus humildes servidores y devotos de ratas como tu)

Sus intentos se repitieron, pero siempre tuvieron el mismo resultado: ninguno. Pero entonces aparecio ella, tan esperada hacia unos instantes, pero no ahora, pues ese ser sabia q era la unica via para dañarle. Y Asura sabia seguro q lo intentaria, y no se equivocó.
Aun estaban acercandose, cuando Alex sufrió un nuevo ataque, que la obligó a sentarse, pero esta vez lo resistio. (Por supuesto q lo resiste, no en vano la llevamos al templo de Bane, donde Arminald y yo le rogamos a la Mano Negra que la protegiese de nuestros enemigos)

Viendo los resultados, el ser intentó otra nueva jugada, sacó una compañia de aquellos Tumularios con dotes de liderazgo. Alli mismo, en el mercado de Calim, tal ataque fue interpretado por muchos como una muestra de poder, pero no para Asura. Asura tenia muy claro q eso solo simbolizaba lo desesperado que el ser se encontraba, deseperado al ver como el Tirano Supremo evitaba q dañara a su leal sirviente.

Pero la situación no era para tomarla a broma, y el monje no era un estupido. Realizó un ataque rapido y salió disparado en dirección opuesta, con los resultados esperados: Aquellos descerebrados salieron en piña tras él, dejando el camino libre a la huida de Alex. Cuando estaba seguro de la escapada de la elfa, giró en redondo y acometió contra ellos. Una lluvia de puños y pies se estrellaba contra sus pútirdas caras, parando en seco su avance. Estaba muy claro q asi no podia aguantar mucho tiempo, pues estaba en clara desventaja numérica, pero si el suficiente para q la guardia reaccionara. Mientras los guardias de a pie eran objeto de los ataques de estos seres de ultratumba, Asura tenia mas libertad para ir destrozandolos. Y ademas de la carnaza, contaba con una ayuda q no esperaba, pues habia una arcana entre ellos.

Muertos y guardias fueron cayendo, aunque los segundos lo hacian a un ritmo mas rápido, pero finalmente se les dio muerte a los últimos. Sin esperar a contemplar quien habia sobrevivido a la matanza, salió disparado para comprobar que todo habia salido bien.
Finalmente la encontró, pero escaso fue el tiempo que pudo pasar con ella, pues Arminald ya debia haber despertado, y él incluso se habia permitido permanecer sentado en un banco. Alex preguntó lo q su mente hacia tiempo q se cuestionaba: "¿Y tu cuando vas a dormir?" Si esa pregunta tenia respuesta, él, no la conocia

ioker

26/10/2005 04:04:54

Acostado en la cama de la habitación que había alquilado en la posada de los muelles, Thôram reflexionaba sobre lo que le había ocurrido un par de horas antes. En un estado semi-arturdido, mezclado con cansancio, se revolvía en la cama sin conciliar el sueño.

Estaban en el desierto, el nuevo discípulo se hayaba frente a él, y le estaba comentando las tareas que iba a realizar. Se había apartado a un lado más escondido, para hablar con Franz. Sus compañeros Alex, Asura y Tamer, se hayaban más allá. Mientras hablaban, un temblor azotó la zona, Thôram mantuvo el equilibrio y no calló. Tamer llegó corriendo donde estaba él gritando: "Thôram, ven, rápido, hay problemas". Dejando allí a resguardo su súbdito, fue corriendo donde sus amigos. El suelo temblaba, y allí encontró a una chica que se había unido, Mhay. Un pitido empezó a sonar en su cabeza, una voz siseante, oscura, tenebrosa...empezó a hablarle. Le atormentaba con sus palabras. Cada una de ellas se le clavaba en la cabeza apuñalándosela sin descanso.

Voz tenebrosa: Vamos...deja a tus amigos y ven conmigo. Yo te enseñaré la verdadera nigromancia. Serás mi reflejo en vida, y juntos seremos poderosos!

Thôram: no...no lo haré...ellos son mis compañeros....no les puedo dejar. No puedo apartarme de ellos.

Voz tenebrosa: Ellos están frenando tu avance...Conmigo tu poder será incalculable. Crearás grandes ejércitos, y conquistaremos reinos!

Cada vez las palabras se clavaban como agujas en su cabeza. Preso del dolor, se llevó las manos a la cabeza, y empezó a retorcerse de dolor arrodillándose.

Thôram: Quien eres?! que quieres de mi?!

Voz tenebroza: todo llegará a su tiempo. Sígueme y juntos no nos detendrá nadie.NADIE! Ellos solo te estorban...sígueme!!!

Las punzadas ya eran horribles. Thôram no había sentido jamás un dolor parecido. Empezó a golpearse con los puños la cabeza, y por culpa de los anillos que en éstas llevaba, empezó a abrirse brechas en la cabeza, de las que manaba abundante sangre.

Los demás, incredulos ante la situación que estaban viviendo, no sabian que hacer. Se situaron alrededor de Thôram e intentaron detenerlo, pero él seguía golpeándose la cabeza, poseído por el dolor que en ella se formaba. Oyó ruidos pero no podía ni girarse...Ruido de pelea, ruido de algo luchando contra sus compañeros, pero él no podía girarse, estaba impotente ante aquella voz, ante aquel dolor que lo azotaba cada vez más. La lucha paró pero la voz seguía allí.

Thôram: no...no dejaré....no me separaré de ellos, ni de mis compañeros. Soy siervo de mi Señor!

Voz tenebrosa: está bien...tu lo has decidido, si no me sigues por la senda que te he ofrecido...lo harás por la senda del dolor!!*al decir DOLOR una gran punzada azotó su mente*

Thôram, ya fuera de sí empezó a golpearse con todas sus fuerzas la cabeza. Quería detener aquello. Quería que ese dolor parara... Y de repente.......... Un golpe en su cuello.

Thôram abrió los ojos. Volvió a la consciencia. A su lado se hayaban los compañeros de antes, pero la voz y la sensación de pavor habían desaparecido. El sol se alzaba por el horizonte del desierto. Se sentó en el mismo sitio donde había estado tumbado. Se tocó la frente y vió que la tenía llena de sangre. No sabía como se había hecho aquello, pero la cabeza la tenía llena de brechas. Solo podía recordar las palabras de Él atormentándolo.

Asura: estás bien amigo? tube que dejarte incosciente...no había remedio, intentaba poseerte.

Thôram: no pasa nada asura...gracias...

Alex le limpió las heridas con un trapo mojado en el agua que caía en la cascada de al lado de la mina de Calimport. Allí se separaron y Thôram fue a la posada de los muelles a descansar.

Ya allí se estubo preguntando lo siguiente, sin hayar ningúna respuesta:

Thôram: (¿Por qué?¿Por qué a mi?¿Que quiere?¿Que tengo yo que quiera de mi?¿Por qué me ofrece ese poder? Acaso será por...*se frota el brazo izquierdo*...esto le pertenecía a uno de sus súbditos...pero....¿Quién es? Y si aceptara ese poder...¿que me pasaría? lo deseo...habría que ser estúpido para rechazar tal fuerza....pero no puedo traicionar a Asura, ni a mi Señor Bane...no se que hacer....podría intentar engañarle, y que me enseñara ese poder, para luego usarlo contra él....pero ¿y si saliera mal? ncht...)

Pensando en todo esto, se durmió en la cama, aunque no fue un sueño placentero...pues las pesadillas se lo impedían, y una y otra vez oía esa Voz en su cabeza...

ioker

26/10/2005 13:40:31

//Quiero agradecerle a Pixydixy la currada de quest que se está montando. En serio, tiene muy buena pinta. Así da gusto jugar al Nwn!

Gracias!

polvori

28/10/2005 04:57:08

// lo corroboro, aunque no esta al cien pr enterado on- rol, he de decir que la trama tiene un pinta que flipas....bine por ti pixy


un cordial saludo ha todos... nos vemos

Piconsi

30/10/2005 13:34:17

Selucia aun daba vueltas al asunto del ultimo ataque... no parecia algo fortuito.
Una Voluntad fuerte estaba tras estos seres antinaturales.
Recordaba perfectamente las palabras de la misteriosa Voluntad durante el ataque... "¿Donde esta el Nigromante?"
¿Acaso asistimos a un enfrentamiento entre nigromantes? Sin duda, aquel que se oponga a esta Voluntad debe ser tambien muy poderoso.
Tampoco podia olvidar las palabras que sonaron en su mente durante el primer ataque... "Si te entrometes en mis asuntos acabaras muerta y sirviendome".

(Estoy segura de que Asura no me lo contó todo...)

(No estoy dispuesta a que Calimport se convierta en el campo de batalla de dos magos desquiciados; la Guardia Arcana no lo permitira...)

Tino_Hevia

02/11/2005 09:01:59

// ¿Quien es el Dm que lleva la quest??

Pixydixy

02/11/2005 10:36:41

//bueno en este caso es SM y soy yo xD. Cualquier cosa q quieras al respecto puedes mandarme un privi ;)

Pixydixy

02/11/2005 10:45:22

Han pasado dias desde vuestro ultimo encuentro y la angustia de no saber que pasara hace mella en vuestra moral.

Thoram sigue sufriendo esos moletos pinchazos en su brazo y Asura no para de recordar esas palabras... "llegado el momento, tendras que elegir". Las noches se hacen largas, ya que resulta complicado conciliar el sueño, incluso a veces, os despertais en mitad de ellas fruto de una horrible pesadilla. El mero recuerdo de aquel encapuchado os conduce a la ira... pero tambien al miedo, quereis verle de nuevo pero tb no volver a verle jamas....

La supuesta enfermedad de Alex se hace cada vez mas acuciante, nauseas, vomitos, temblores.... Su estado de debilidad habitual esta condicionando su vida, y ella, de momento, nada puede hacer....

Las sombras se alargan en el ocaso, creeis oir voces donde no las hay, cualquier traspies puede haber sido povocado por un pequeño temblor de la tierra y la fria brisa que trae la noche en el desierto os hace poneros en guardia... ¿acaso vuestro fin sera la locura?

ioker

02/11/2005 14:05:40

Una figura entra en uno de los laboratorios de los que llama su Casa. Allí se sienta en uno de los sillones, enfrente del escritorio donde se encuentran varios pergaminos escritos de sus últimas investigaciones. Se deja caer como un peso muerto en éste y se lleva las dos manos a la cabeza. No ha dormido casi nada, y el cansancio cada vez se acucia más en su rostro, ya de por si envejecido por culpa del uso de la magia y sus agotadoras sesiones de estudio y búsqueda de información en las bibliotecas que conoce. Se acaricia la cabeza, y echando las manos atrás deja caer la capucha a la espalda. El tiempo apremia, las pesadillas son constantes, cualquier ruido le sobresalta, y los constantes terremotos que últimamente azotan el desierto, por cualquier causa, le hacen poner en guardia. Teme aventurarse por las zonas heladas, ya que los vientos fríos le recuerdan a sus anteriores encuentros con Él.

Se empieza a quita la túnica que cubre su armadura, y empieza a desmontar la parte superior de ésta. No le cuesta mucho hacerlo pues es una armadura ligera, y de muy buena calidad. Cada vez que quita una parte, se ve su cuerpo superior completamente vendado. Desde los brazos, hasta su tórax... Empieza a quitárselas. Primero el brazo derecho, desde sus manos hasta el hombro. Éste método lo habia aprendido en su desierto natal, era una técnica utilizada por sus ancestros, para mantener los cuerpos durante centenarios, en buenas condiciones...por si algún día fuesen necesarios (al menos Thôram dedujo eso). Luego continuó con el tórax y finalmente lo que temía ver, su brazo izquierdo.

Allí estaba, el brazo de aquel engendro creado por Él. Al principio pensó que aquello le aumentaría su poder, y ciertamente lo había hecho, pero tenía unas consecuencias que no había pensado jamás que ocurrirían. El brazo original se extendía hasta el hombro, y por culpa de Él, ahora se había comido parte de su carne, pasando al estado lamentable de aquel brazo. Había avanzado unos cuatro centímetros.

Thôram acarició la zona que ahora ya no pertenecía a su cuerpo, sinó a aquel brazo. Con el dedo indice recorría la zona. Cuando llevaba un par de segundos recorriéndolo y observandolo, un terrible calambre lo azotó, soltando un quejido que retumbó en el laboratorio. Se agarró fuertemente el hombro, de manera incosciente, a ver si aquel dolor pasaba. Un susurro entró en sus oídos, mezclado con una risa siseante... "Serás mi reflejo en vida...me seguirás por la senda del dolor"

El espasmo pasó y Thôram se quedó en esa misma posición, mirando a todos lados. No vió a nadie. Esto no podía seguir así durante mucho tiempo, o Él acabaría ganando. No lo podía permitir. Se ajustó de nuevo el vendaje, con vendas nuevas, y se acopló la armadura. Cuando salía de la habitación, otro pequeño pinchazo recorrió su cuerpo. Casi calló al suelo ante el dolor, pero se mantuvo firme y salió de aquella habitación, mientras se ponía por encima la túnica.

ioker

02/11/2005 22:44:47

Ha ocurrido lo que más temía en su existencia. Al final, se había rendido en pos de quien era ahora su nuevo señor. Éstos pensamientos ahora azotan la mente de Thôram, Maestro de las Arenas.

Tal día como hoy, Thôram había llegado a las puertas de Calimport, y allí encontró a dos conocidos: Tamer y Franz. Iban a salir de viaje, y él les propuso hacer una expedición. Aceptaron sin rechistar (como él esperaba) y partieron hacia el lugar designado. Pero no andaron mucho, pues en la zona central del gran desierto de Calimshan, todo se volvió extraño a su alrededor. El aire en pleno día del desierto, se tornó frío y amargo. El aire se condensó en una masa que se tornaba difícil de respirar. Tan pesado era el ambiente, que casi se podía ver con los ojos. Thôram miraba hacia los lados, esta situación ya la conocía: Él había vuelto. Avisó rapidamente a sus dos compañeros que se pusieran en guardia, pues pronto, como había sido habitual, atacarían sus tropas. Se protegieron con su magia y se pusieron listos para el combate. El suelo tembló como había sido común en sus apariciones. Se abrieron grietas en el suelo, y de ellas rezumaban vapores pútridos, de muerte.

Una voz se oyó proviniente de todos sitios. "Bien nigromante, que harás ahora? me seguirás o no?". Thôram le increpó de nuevo, le insultó, y negó el aliarse a Él.

La voz estayó en carcajadas y se burló de los que allí se encontraban. Entonces dijo:"No lo ves? No te gustaría poseerlo? Todo este poder sería tuyo, y juntos haríamos grandes gestas, y lo tendríamos todo".

El dracoliche atacaba sin cesar un instante, y poco a poco, Thôram estaba más extasiado que nunca. Al final, a punto de ver como su vida se terminaba, y que el dragón iba a lanzarle su último ataque, masculló las palabras que pensaba nunca diría: "Está bien...acepto...os seguiré". El dragón desapareció, desvaneciéndose rápidamente. Se acercó a sus dos compañeros, y usando unas varas, los resucitó. Pensaba que todo había pasado, pero volvía a equivocarse. De nuevo, y más fuerte que nunca, el dolor arremitió contra su cuerpo. Cayó al suelo retorciéndose, la infección se aceleraba y le carcomía más su cuerpo, llevándose por delante toda la parte superior de su tórax. Tan grande era su dolor que cayó al suelo incosciente.

Una voz, la misma que antes había hablado, resonó en su mente mientras se hayaba incosciente: "Bien...a partir de ahora seremos uno". El dolor arremitió, parecía que nunca había existido, y se levantó. Miró a sus dos compañeros y mientras hablaban, conjuró un sortilegio, y desapareció de allí, alejándose del desierto.

Ahora no se podía mostrar a la gente así como así, teme que su vida corra peligro al haberse convertido, no...mejor dicho, al haber sucumbido a Él. Se alejó y se metió en senderos oscuros, y alejados de la civilización. Allí observó su cuerpo, dañado, quebrantado por aquel brazo en el cual había puesto todo su empeño por poseer, y que pensaba que le ayudaría. Todo el brazo y la parte superior del tórax se encontraban como gangrenados, necrosados. Decidió entonces, crear una nueva imagen de él, separarse de todo aquello que conocía. Así pues se vendó todo el cuerpo, de arriba a abajo, con unas vendas negras que había tintado. Las únicas partes que dejó sin vendar fueron su ojo sano, la boca, y la nariz. Éstas últimas para poder respirar y hablar si fuera necesario. Se creó una nueva túnica y marchó hacia la búsqueda de lo que ahora sería su nuevo destino.

ioker

03/11/2005 02:27:07

//esto en su mayoria es tal y como sucedio en el servidor, salvo ciertas partes q hemos narrado para aclarar lo q ocurria


La duda sobre qué hacer carcomía la mente de Thôram. No sabía que hacer, si contárselo a su amigo o no. Las dudas sobre su reacción le hacían echarse atrás, pero no podía soportar más la situación en que se había metido. Por tanto, decidió irse a las puertas de la ciudad, a ver si lo encontraba por aquella zona, donde solía estar descansando. Cuando llegó a las puertas de Calimport, nadie se hallaba en ellas, así que decidió esperar tanto como fuese necesario a que su compañero (aun por aquel entonces) hiciese acto de presencia. Así pasaron las horas, y esperó paciente su llegada, mientras por su cabeza recorrían lentamente los sucesos que habían acaecido. Al final Asura apareció, y Thôram, conociéndolo como lo conocía, decidió no hablar con él en aquel lugar. Por eso lo citó en la zona donde todo aquello había empezado, donde aparecieron por primera vez aquellos tumularios.

Acudió raudo a aquella zona, sabiendo que Asura no tardaría mucho en llegar, ya que la velocidad de éste era muy elevada, muchísimo más que la suya. Allí no tuvo que esperar mucho. Antes de que Asura apareciese, se lanzó invisibilidad. Un acto que le movió por instinto, aunque no serviría de mucho. Cuando Asura llegó, Thôram le habló de forma lastimosa, avergonzada y apenada.

Thôram: lo siento… Asura…lo siento…

Asura: que? a que te refieres?

Thôram: ha ocurrido…

Asura: explícate… no te acabo de entender (será cierto lo que sospecha Tamer?)

En ese momento, pasó por la mente lo que Tamer le había dicho no hacía mucho.

Tamer insistió en hablar con Asura, tenia sospechas de q su superior, Thôram, les había traicionado. Que había sucumbido a él. Asura le dijo q si no demostraba sus acusaciones, dejaría en manos de Thôram el castigo. Tamer tuvo miedo, pero sabía que no había marcha atrás. Los ojos rojos de Asura le quemaban el alma mientras este lo escrutaba, y tuvo q aceptar cargar con ello.


Thôram: todo empezó esta tarde, cuando me encontré con Tamer y Franz, estábamos en el desierto…y Él nos atacó. Empezó con unos simples esqueletos, luego zombis, con sus señores comandándolos, y más tarde liches. Cuando creíamos que todo había acabado, y que su ataque había finalizado, envió a uno de sus más poderosos siervos. Un dracoliche. Muy distinto al que me enfrenté la otra vez… Éste era mucho más poderoso, y mi magia casi no le dañaba. Acabó rápidamente con Tamer y Franz, y yo estuve un buen rato peleando con él, pero mi magia se agotaba y los dolores en el brazo eran insufribles. Al final…

Asura: al final que?

Thôram: sucumbí…

Thôram se apartó de Asura, pues esperaba que éste reaccionase violentamente, ante tal confesión.
Asura: Que??!! Nos traicionastes??!!

Thôram: no…no *nervioso y siguiendo con el tono de voz triste y avergonzado* no quería…pero…me …me obligó…

Asura: está bien…ahora recibirás el castigo de MI SEÑOR.

Thôram empezó a caminar hacia atrás, intentando esquivar el envite de Asura, pero de pronto un fuerte dolor emergió de su brazo, le dolía barbaridades, y Él hizo acto de presencia en su mente: “No le hagas caso”. Thôram le contestó diciendo: “Porque me haces esto? Se supone que estoy de tu lado! Porque me torturas?”. Se aferraba fuertemente su hombro, intentando mitigar el dolor que lo torturaba. Pero este no disminuía. A duras penas se alzó y continuó echándose hacia atrás.

Asura: ves? Eso es lo que te hace tu nuevo señor… no huyas, maldito traidor! Arrepiéntete o sufrirás mi ira!

Thôram intentaba alejarse lo que podía de él, pero entre el dolor de su hombro y la voz hablándole poco podía hacer…

Thôram: aléjate asura, no…no quiero hacerte nada… por favor…aléjate!

Asura: que me aleje? Has sido tú! Has sido tú el que se ha alejado de nosotros! O te detienes, o tendré que hacerlo yo.

La voz continuaba parloteando en la mente de Thôram: “No le creas, te está mintiendo! El monje no quiere que seas más poderoso! Ahora somos uno! Detenlo con un conjuro…HUYE!!”. Thôram intentó detener el avance de Asura con un conjuro de Mano Aferradora de Bigby, pero no resultó. Así pues, el rojo de los ojos de Asura subió de intensidad, siendo reflejo de la ira de su alma. En un rápido movimiento descargo su pierna en su cabeza repetidamente, aunque parecía q fuese un solo golpe. Antes de posar el pie en el suelo, Thôram yacía inconsciente..

Asura: está bien, tu lo has querido…

Lanzó un sortilegio y apareció su elemental de Tierra, Pedro. Le ordenó que se lo cargase al hombro, y teleportó a los tres a la Sede. Así pues, aparecieron los tres en la gran sala principal de la Sede. El elemental dejó en el círculo de rituales el cuerpo inconsciente de Thôram, a una orden de Asura. Allí, Thôram recuperó el sentido, la voz se había callado y los dolores parecía que nunca hubiesen existido.

Asura: Arminald! Ven! Tenemos problemas!

Arminald: Si señor, me prepararé de inmediato.

Asura se acercó al cuerpo de Thôram y se deshizo de todo aquello que cubría su cuerpo: la túnica, la armadura que se hallaba bajo de ésta, y los vendajes negros que cubrían todo su cuerpo, incluso el parche, bajo el cual se encontraba una cuenca vacía, donde no había ojo. Thôram miraba lo que Asura le estaba haciendo, con un gesto avergonzado y apenado.

Asura: mira eso *señalando el brazo y la zona que éste había tomado de su cuerpo* tu y tus malditas manías. Si te mueves un solo milímetro, te haré lo que a otro ya habría hecho. Si es preciso acabaré con tu vida, pero no renunciarás a Bane. Eso tenlo por seguro. *Sus ojos de ajeno se clavaban con una mirada fría en Thôram.* ME OYES? NO LO HARÁS. NO ME HARÁS CREER QUE HE METIDO A UN HEREJE EN ESTA CELULA.

Thôram: *el tono de voz sigue siendo triste y avergonzado, con pena* n…no…no lo soy *mientras decía esto se recogía las piernas con los brazos, rodeándolas, y apoyaba la cabeza en las rodillas, estando sentado en el círculo*

Asura: cállate! Solo un hereje aceptaría a otro como su Amo.

Mientras pensaba en lo que había hecho, clamaba la súplica mentalmente de Bane, y una lágrima recorría su mejilla, proveniente de su ojo sano. Alzó la vista en dirección a Asura. Una mirada apenada, avergonzada, suplicante. En esos momentos, la daga con que se hallaba en las manos de Asura, y con la que había cortado las vendas, refulgía por la sangre de dos dragones supremos y la de dos inocentes, que en ella se habían vertido. De una patada empujó el cuerpo de Thôram, tendiéndolo boca arriba en el suelo.

Asura: ni te muevas! *empezó a rajar el cuerpo de Thôram, inscribiendo runas en él con la daga*

Thôram solo hacía que mirar a su alrededor, observando la gran sala de la Sede, y su vista se paró en el trono del Sumo Interceptor. Al verlo, se imaginó allí sentado al que había sido su Señor hasta entonces, y que ahora quería que volviese a ser, después de ese error cometido. Mientras inscribía las runas, Asura entonaba unas plegarias.

Asura: Oh Mano Negra!! Presta un poco de tiempo a este siervo que te habla!! *baja su vista al cuerpo de Thôram* Mientras Arminald se prepara, haz que sienta lástima por ti y no te mate ahora mismo…EXPLICATE! CONFIESA TU CULPA!! Que te prometió?!

Thôram: yo…yo…*no sabe hacia donde mirar* no..no lo se…

Asura: un no lo se no me sirve de nada! Una vida herética? Eso te prometió? O tal vez esos muertos que te sirvieran?!

Thôram: yo…yo no quería verte…te veía mal…quería acabar con todo esto de una vez…y …y…

Asura: tan débil era tu fe? Bien..pues que deseas? Un final fácil *blande la daga de manera amenazante* o prefieres intentar luchar para que tu alma vuelva a ser aceptada por Bane, mi Señor.

Thôram: *al oír la palabra de Bane, una lágrima recorre de nuevo su mejilla* Qu..que así sea…estoy en tus manos…decide tu por mi… *su mirada que estaba fija en Asura, se gira de nuevo hacia el trono y alarga el brazo hacia él, como intentando tocarlo*

Asura: *chafa la mano de Thôram* Te dije que no te movieras.

Thôram: *mirando el trono, cayéndole otra lágrima*(porque me ha tenido que pasar esto a mi…no debía haber salido todo esto así…no qui…no quise desligarme nunca de ti… lo…lo siento..debería haber muerto con aquel dracoliche…)

Asura:*chafando la mano aun de Thôram* (debería matarlo aquí mismo sin tiempo para disculparse…esto es peor que lo de Annika. Confié en ella y nos traicionó. Aunque yo mismo la conduje hasta su muerte. Pero tu, perro herético, tu traición es mucho mas grande, deposité mi confianza en ti, yo mismo te presente como aspirante. Orgulloso de tus logros te otorgué algunos de mis privilegios nombrándote mi mano derecha. Y ahora nos traicionas, vil gusano, nos dejas por... por sucias promesas de un hediondo muerto.. No... no… no lo consentiré. Te arrancaré las entrañas con mis propias manos y alimentare con ellas a tu perro) *retuerce su mano contra el suelo con la punta del pie, haciendo crujir sus huesos*)

Thôram se quedó mirando el trono del Sumo Interceptor, suplicante, como si Él estuviera allí observándole y juzgándolo. Mientras Asura esperaba la llegada de Arminald, debatía qué hacer con Thôram.



PD: este post ha sido escrito conjuntamente por Ioker e Inverosimil.
PD2: sentimos hacerlo tan largo, pero es lo que hay...jejejejeje

Pixydixy

03/11/2005 08:57:49

//muy buen post, seguiremos dentro.

inverosimil

03/11/2005 12:16:38

[quote:dfc128ca38="Pixydixy"]//muy buen post, seguiremos dentro.[/quote:dfc128ca38]

//vaya, yo q esperaba un: Cabrones no escribais algo tan largo... XD

lo hicimos en word y cuando vimos 4 hojas, nos quedamos a cauadros.

Asura y thoram no se moveran de ahi hasta q esto no continue, asi q si alguno ve q no le hacemos mucho caso, q sepa q es por esto

Pixydixy

03/11/2005 12:49:18

//al principio lo pense pero luego me puse a leerlo y me enganche... xD

ioker

03/11/2005 12:53:48

//pensé lo mismo que asura...este va a decir "QUE PUTOS CABRONES...ME PASO MEDIA VIDA LEYENDO LOS POSTS DE ESTOS DOS" joajoaojajoajojao....no...si al final sacaremos una novela y todo de aquí...a ver si esta noche podemos continuarlo q yo esta tarde no podré, hasta las 8 o 9...

hasta luego!

inverosimil

01/12/2005 19:42:28

//trrr trrr *redoble de tambores*...aqui llega el final de la quest. Gracias a todos aquellos que hayan seguido esta quest tanto por el foro como dentro del server...
Sentimos haber tardado, y vamos a ponerlo por plazos pa q no se haga tan largo

No quedaba otra opción, solo el su señor Bane, sabia que hacer con esto.
Arminald llego por fin, y Asura actuó decidido, hizo un corte en la muñeca derecha de Thôram y vertió su sangre en un cáliz.
Hecho esto, depositó el cáliz en el altar, y sumergió en él la que hasta hacia poco era su presea de Sabiduría, y tantas veces había canalizado el poder que su señor le otorgaba..
Juntos, Asura y Arminald, ambos sacerdotes de la Mano Negra de profunda devoción, empezaron a canalizar su energía, en un ritual de llamada, al mas grande de todos.
Un vórtice de energía negativa apareció a escasa distancia del altar, y de él surgió una poderosa y oscura voz: “¿Por qué me molestas Mortal?”

Asura, hizo una reverencia a la manifestación de su señor, al que ya había visto en otra ocasión, justo antes de que sus poderes empezaran a manifestarse. “Mi señor, este tu humilde siervo*refiriéndose a si mismo*, se haya en una situación muy comprometida. Uno de mis compañeros, ha sido arrancado de tu senda, él asegura que ha sido en contra de su voluntad, pero solo vos conocéis si su fe es verdadera”
Arminald trató de añadir algo, pero un rayo de energía salió del vórtice hasta su pecho, empotrándolo contra la pared, de donde no consiguió moverse en un buen rato. Mientras la voz decía “¡Calla mortal! No eres digno de hablar conmigo”
Thôram quería explicar lo sucedido, pero viendo lo ocurrido prefirió callar.

La voz volvió a tronar “Ese a quien os enfrentáis, esta protegido por una deidad, así que es un rival muy poderoso para vosotros. La única forma de recuperar a tu amigo será derrotándolo, no debe salir de aquí hasta que llegue ese momento”
El vértice desapareció, y con el la posibilidad de hallar respuesta a las demás preguntas.

Asura ignoró la presea, pues de sobra sabia que ahora no era mas que un adorno. Se encaminó hacia Thôram, y cociéndolo del pelo lo obligo a levantarse. “Arminald, ocúpate de que este sea acomodado en una celda del tercer sótano, y que sea… *una sonrisa maquiavélica apareció en el rostro de Asura* la del campo anti-magia”. Sus palabras tuvieron el efecto deseado, pues la cara de Thôram se contrajo en una mueca de pavor ante tal situación.

Cuando llegaron a las celdas, echaron dentro de la celda con el campo anti-magia a Thôram, como un perro desangrado. Allí curaron levemente sus heridas, pero le quitaron todas sus pertenencias, dejándolo desnudo. Asura se acercó al verdugo y le dijo bien alto, para que Thôram lo oyera: “Este ha dejado de lado a nuestro Señor Bane, aunque no lo ha hecho por voluntad propia, sino que ha sido forzado a hacerlo. Va a estar aquí metido durante una buena temporada hasta que yo venga a sacarlo. Es un reo más, pero aun así no de propases con él, puesto que puede volver a nuestro seno como iniciado que era, y ya sabes que podría vengarse… Aun así, puedes deleitarte un poco con su sufrimiento, le vendrá bien”. El verdugo miraba con ojos de sádico el cuerpo de Thôram, magullado e infectado por aquel brazo. Su gesto era de hacer con el reo lo que quisiera, pero ante las últimas palabras de Asura, se hecho un poco atrás, aunque no por ello visitó unos cuantos días al mago.


El mago se encontraba en la más absoluta soledad, las paredes y el suelo de fría y dura piedra eran su único cobijo, pues allí empezó a notar la inmensa soledad de su arena. Ni los pequeños sacos rellenos con ésta le habían dejado, ni su libro de magia… aunque de bien poco le hubiese servido éste último, ya que allí no podía conjurar lo más mínimo. Estudió las piedras que conjuraban el campo permanentemente, al final se aprendió el número de baldosas de la celda, pero lo que más hacia sin duda era pensar y pensar sobre lo que había pasado, lo que estaría pasando allí fuera, y lo que iba a pasar en un futuro no muy lejano.

Los días pasaban sin que Thôram se diese cuenta, había perdido el sentido horario, y no sabía nunca en que momento del día se encontraba. Por su cabeza se pasaban una y otra y otra vez las conversaciones que había tenido tanto con Asura, y los mensajes que le habían llegado por parte de Él. Negaba y no podía comprender como había ocurrido todo aquello, por qué le había pasado a él, y como no había previsto tal situación. No sabían nada de Él: ni donde habitaba, ni que tenía en mente, ni por qué le había elegido como su forma en vida. Odiaba la existencia de ese ser, le había mentido y le había hecho ver cosas donde no estaban. Le había traicionado con sus sutiles palabras y actos, para que cayera en su red, y así separarlo de su gran Señor Bane. Incontables veces se miraba la parte que el brazo había ganado en su cuerpo, en contra de su voluntad, alcanzando hasta la parte superior de su tórax.

Por su mente se trazaban planes de ataque contra ese ser maldito y hereje. Sólo podía pensar en destruirlo, y más convencido estaba porque el mismísimo Tirano Supremo lo había confirmado y ordenado. Aunque allí abajo estaba a salvo de las intromisiones mentales de Él, un miedo creciente aumentaba en su interior, ya que el tiempo pasaba y no recibía noticia alguna de Asura. ¿Y si pudiese destruir las barreras que protegían aquella zona?¿Y si fuese a por él ahora que estaba desposeído de su magia? Así pues, el temor le impedía descansar con tranquilidad, y al menor ruido se giraba y miraba hacia todos lados. Su aspecto iba empeorando poco a poco, por la falta de buena alimentación, y por la creciente psicosis que atenazaba su mente.

ioker

12/12/2005 04:58:41

//perdon por tardar tanto en poner esta 2ª parte del final de la quest...pero hemos tenido algunos problemillas...y por eso se ha retrasado, ahora solo falta la última parte...espero que disfrutéis de la lectura ^^.



Los días pasaban y Asura continuaba su búsqueda del elegido de Velsharoon, mientras Thôram continuaba con su mezcla de temor y odio en la celda. Asura seguía una lista que Thôram había compuesto de los lugares donde los no muertos solían aparecer, además de aquellos donde la presencia de Él se había hecho manifiesta: la casa espectral y las criptas al norte de Tirodarco, donde empezó todo esto. En uno de esos días, mientras Asura se encontraba recorriendo el pueblo fantasma de Mizherón, el suelo de las puertas de Calimport empezó a temblar. El aire reinante empezó a enfriarse rápidamente. Éste era difícil de respirar, y en el ambiente se notaba una horrible ola de energía negativa que todo lo invadía. Los guardias se pusieron tensos, los mercaderes se escondieron en sus tiendas, la gente miraba a todos lados sin saber de donde procedía tal sensación. El suelo empezó a resquebrajarse y la arena caía por las hendiduras que se habían formando. De ellos salían vapores fétidos de podredumbre y de ellos manos empezaron a surgir. Estas manos venían seguidas de cuerpos que se alzaban de la tierra: cuerpos pútridos, esqueletos y demás muertos vivientes que azotaban y atacaban la ciudad sin descanso. Parecía que las hordas no tenían fin, seguían y seguían apareciendo, mientras de fondo se oían murmullos y risas siseantes que provenían de todas partes.

Las gentes que se hallaban en la ciudad, junto con la guardia acabaron con todos aquellos seres malditos y todo parecía en calma, aunque las grietas continuaban abiertas, el suelo lleno de muertos, y el aire reinante aun era cargado, asfixiante y frío. Parecía haber pasado todo, pero de repente, ante la gente, a unos cuantos metros, una figura negra, medio encorvada y con un gran alfanje que despedía sed de sangre, maldad y temor, se materializó seguida por un sequito de guardianes no muertos. Los siseos y murmullos se acallaron y la figura habló, con una voz gutural: “Traérmelos, traerme al monje y al nigromante. Tenéis dos días para encontrarlos y entregármelos… o destruiré la ciudad”. La figura alzo su forma, alcanzando una altura muy superior a la de un humano normal, y su cabeza se giró hacia un lado y otro, observando a los allí presentes. Su mirada se quedó fija en uno de ellos y lo señaló con su mano izquierda: era Tamer. “Él conoce al nigromante”. Dicho esto, el silencio reinante se deshizo de nuevo y volvieron los siseos y murmullos. La figura desapareció con su séquito, pero desde la nada una voz atronadora y gutural sonó de nuevo: “Mientras, os dejo a mis pequeños”. Los esqueletos que habían desperdigados por el suelo empezaron a temblar, a moverse, y sus huesos se disgregaron alzándose en el aire y formando a un par de dracoliches, que atacaron incesantes a las gentes que protegían la ciudad. Éstos acabaron destruidos en el suelo, y el aire asfixiante y extraño desapareció, así como los cráteres del suelo y el olor pútrido que reinaba en el ambiente.

Asura llegó a la ciudad exhausto de todo su viaje, y más aun por no haber encontrado nada que le condujese a Él. Cuando llegó a la ciudad se enteró de lo que había pasado, y vio como las gentes agobiaban a Tamer preguntándole por quién era el Nigromante. Así fue que cuando las cosas parecieron calmarse un poco, Tamer le contó todo lo sucedido a Asura, y éste decidió bajar a buscar a Thôram en su celda. Cuando llegó allí, encontró en un estado lamentable a Thôram. Estaba desnutrido, y el frío de la celda había calado hasta sus huesos, por lo que su aspecto era deplorable. Le contó todo lo que había pasado allí arriba. Que Él los estaba buscando de igual manera, que ellos hacían con Él. Le entregó una manta, su libro de magia, y le dijo al carcelero que a partir de entonces le alimentara con comida decente. Si no estaba en condiciones de luchar contra Él, de poco iba a servir mantenerlo allí encerrado salvaguardado de sus mentiras y falacias.

Desde ese momento, Thôram empezó a trazar un plan completo de ataque contra él, eligiendo los conjuros que pensó que serían adecuados para la batalla. Allí entre mejores comidas, y su libro, siempre arropado con la manta, continuaba releyendo por enésima los conjuros que en su libro se hallaban escritos. Mientras tanto, en la superficie Asura seguía su búsqueda con Alex por todos los rincones que le eran conocidos, pero Él no se mostraba con facilidad, simplemente cuando lo deseaba.

Al día siguiente al ataque, Asura apareció por las estancias trayendo a una nueva inquilina, y trasladó a Thôram a otra más “cómoda”, donde no había un campo antimagia, ya que se había ganado de nuevo, aunque poco a poco, la confianza de Asura. Allí le dejó todas sus pertenencias y pudo de nuevo vestirse con sus ropas. Por si acaso, modificó su túnica creando una nueva, para llegado el momento de mostrarse al exterior, que no le reconociesen, al igual que sus armas, además de crear varios pergaminos. Asura harto de buscar ya, lo que pensó fue esperar al ataque del elegido, y convocar a todas aquellas personas que pensaba que le podrían ayudar y en las que podía confiar. Así fue que aquellos dos días se hicieron interminables, los minutos parecían horas, las horas días, y Él no aparecía por ningún lado.

Cumplido el plazo, llegó el gran día. De nuevo la Tierra tembló en un estruendo, las grietas se abrieron, el aire empezó a cargarse, volviéndose denso y frío, y una aura de malignidad recorría por doquier a todo aquello que se encontraba en las puertas de Calimport. Murmullos y risas siseantes hacían que la escena fuese aun más agobiante y tenebrosa. Una gran congregación de gente se encontraba allí, pero Asura estaba decepcionado, pues no habían acudido todos aquellos a los que había convocado para la lucha contra ese ser maldito que quería destruir a los seguidores del gran Bane. Ataques de no muertos fueron el preludio a la gran aparición de ese ser pútrido. Tumularios, esqueletos, zombies de todas clases se manifestaban, comandados por liches que los conducían al ataque contra aquellas personas dispuestas a defender la ciudad. Al final, Él apareció con su séquito de guardias y habló, con su ya voz peculiar, fijando su vista en Asura: “Entregármelo, debe ser mío, pues osó enfrentarse a mí”. En ese mismo momento, el capitán de los paladines (que allí se encontraban también) se puso entre Asura y el Elegido y contestó: “Antes deberás pasar por encima de mi cadáver si quieres llevártelo contigo”. Junto a él, se instalaron varios paladines más, formando una barrera que protegía de alguna manera a Asura. El combate dialéctico continuó hasta que todo parecía que iba a comenzar.

La batalla cara a cara contra Él se iba a producir en aquel instante, por lo que el ahora Heraldo de la Mano Negra, decidió ir a buscar a su refuerzo, a su hasta entonces amigo Thôram, el cual le había decepcionado días atrás, y sacarlo de su celda para la batalla. Corrió hasta donde el mago se encontraba. Allí lo encontró, expectante durante tantos días a que ese hecho acaeciese. Llegó hasta él y simplemente dijo: “Ha llegado la hora”. La celda se abrió, y una sonrisa siniestra se formó en la boca de Thôram. Sus ojos se inflamaron en un tono púrpura y la arena almacenada en los saquitos que llevaba consigo salió rodeándolo, con cierto tono de satisfacción al poder ser utilizada de nuevo por su señor. Los dos corrieron hacia el lugar donde estaba Él. Por la increíble velocidad de Asura, el monje llegó mucho antes allí, mientras el mago, al haber pasado tanto tiempo en su celda, no sabía bien si usando el teletransporte llegaría al lugar designado. Cuando Thôram llegó, la batalla aun seguía en pie, hordas de nomuertos atacaban a la gente que allí se encontraba. La escena sorprendió al mago que buscaba entre todos ellos a aquel que lo había acosado en sus pesadillas, al igual que lo había hecho con Asura, Alex y Tamer. No lo veían por ningún lado, solo como caían los sin vida cerca de ellos aniquilados por la hueste defensora de Calimport. Había huido o simplemente se había retirado a pensar en nuevos planes, pues no esperaría seguramente aquella resistencia tan fuerte. Así pues, Asura miró a Thôram y le susurró que volviese donde había estado durante todos los días pasados. Reticente, Thôram accedió y volvió a su celda. Días y más días pasaron, Thôram de nuevo había perdido la cuenta, y Asura seguía expectante en las afueras, junto a Alex, a que Él volviera a aparecer para que se desarrollase la batalla final. Pero no aparecía, ¿Qué estaría tramando aquel ser inmundo?¿Por qué había abandonado aquella vez la batalla?¿Por miedo?¿O tal vez porque quería simplemente hacerlo, para ofuscar aun más las esperanzas de los dos seguidores de Bane? Quien sabía… aquello sería descubierto más adelante.

polvori

19/12/2005 20:44:25

quereis de hacer el favor de acabar ya???? mira que os haceis de rogar....
(que creido se lo tienen)

ioker

21/12/2005 06:42:59

//mañana acabaré de escribir la quest... tranquilos... (que impacientes joder)... que hay cosas que se me han escapado y tengo que consultar...

ioker

27/12/2005 21:24:25

//y he aquí el final de la quest…. Ha costado terminarla de escribir, pues hemos consultado a varias personas para que nos contaran sus versiones y hacer un recopilatorio de todo lo sucedido mientras no estábamos presentes nosotros… esperamos que disfrutéis con la lectura. Si algo no es correcto del todo…sorry, pero fueron muchas cosas en muy poco tiempo, y la atención se centraba en otras cosas ^^ .//


Las horas pasaban lentamente para todos a la espera de lo que el destino les deparaba. Los minutos no cesaban de pasar lentamente, la espera se estaba alargando a extremos insospechables, y tanto el mago como el monje se mantenían a la expectativa de la posible resolución del enfrentamiento. El calor del desierto contrastaba con el frío de la celda, el día y la noche se extendía por Faerun. Un combate no realizado llevaría a desencadenar una lucha sin tregua entre los seguidores del Tirano Supremo y del elegido de Velsharoon y sus tropas, además de los que Asura había hecho llamar a la batalla por la preservación de Calimport y su gente. La ciudad debía estar preservada para planes futuros, y un poco de ayuda no vendría nada mal.

La ciudad estaba en tensión. Tanto la guardia como sus ciudadanos se mantenían a la expectativa de lo que iba a suceder. Nadie hablaba, solo unos simples comentarios aquí y allá, causados por el temor y el nerviosismo. El día daba paso a la noche, las sombras del atardecer empezaban a extenderse, oscureciendo los alrededores. Con la llegada de la oscuridad, los temores empezaron a acrecentarse. El Brazo de los Justos, con su líder Joganth, se hallaban al frente…mientras detrás se encontraban la guardia, el gran forjador Kauler, Alex, Asura, Tamer, Cuthbert y un largo etcétera de personas que esperaban la llegada de tal ser abominable. Entre la gente, había partidarios de entregar al monje a las manos de Él y así quitarse de encima todo aquel embrollo. Pero el resto de la gente lo apoyaba, quería salvar la ciudad y al monje que había hecho tanto por aquella ciudad portuaria.

La calma que precede a la batalla fue llenada por los rezos de los fieles, Tyr, Torm, Bane, y otras deidades de menos importancia fueron imploradas desde el mismo bando, aquello parecía de locos, pero firmeza, honor y lealtad se antepusieron a las veladas discrepancias que entre ellos mantenían. De pronto, los rumores cesaron, pues algo ocurría en los alrededores. Las sombras dieron paso a la noche...oscura, sin estrellas ni luna, entonces la gente se puso tensa, sabían que llegaba. El tan esperado momento, y esta vez de manera definitiva, había llegado. Un frío helado se apoderó del desierto y no se podría decir si era la tierra la que temblaba o la gente misma al saber lo que se avecinaba. Más tarde pudieron comprobar que realmente era el firme del desierto. La arena empezó a temblar y nuevas aberturas, como antaño ya provocó, empezaron a abrirse en ella, haciendo que ésta se colara por ellas. Vapores fétidos ascendían de ellas, y junto al aire, ahora condensado y frío como nunca antes se había sentido en el desierto, hacía casi irrespirable éste. Rumores, risas siseantes, palabras incomprensibles y estremecedoras recorrían todo, y no parecían provenir de ningún lugar. La gente miraba a sus alrededores temerosa ante lo que se les avecinaba. No sabían como reaccionar mas que poniéndose en guardia por lo que iba a ocurrir. La hora había llegado.

Mientras tanto, en algún lugar de Faerun, Thôram se encontraba en su celda. Encerrado por su seguridad esperaba la llegada de su compañero para la batalla final. Una y otra vez repetía en su cabeza los conjuros que había estudiado para tal día, para la batalla, para intentar derrotar a ese ser maldito y llevarlo a la muerte definitiva. Su estado de nerviosismo y tensión corría por sus venas. La enfermedad que lo acuciaba se mantenía latente, pero estable, pues entre aquellos muros, y con la gracia de su Señor, el poder de Él no le afectaba. Pronto sabría si al salir el exterior y encontrarse frente a frente, su voluntad sería o no doblegada, como lo hizo tiempo atrás ya. Thôram no sabía cuantos días habían pasado desde entonces, pues entre aquellas paredes, el tiempo poco importaba y era imposible de calcular. Estaba ansioso por salir, por llegar al combate, por verse las caras de nuevo y esta vez sí hacerle frente con el poder que su Amo le había concedido. Pero ese momento no llegaba, y poco a poco la espera le hacía mella en su estado. Aun así, su fe se mantenía intacta, la fe que le habían arrebatado, y que gracias a Asura había vuelto a él. Pronto todo se desvelaría.

Durante la espera a lo que pronto iba a acontecer, Asura pensaba y clamaba el poder de Bane. Ese maldito ser no pondría en entredicho la supremacía de la Mano Negra, su Señor. Sus rezos fueron continuos y al hacerlo su valor y fortaleza aumentaba, ganando confianza en la batalla que pronto tendría que producirse. Sus músculos se tensaron, su mente se puso en calma, y todo su cuerpo se dispuso para trabajar a la perfección en la batalla.

En las puertas de Calimport todo resultaba aterrador. La oscuridad se extendía en todas direcciones y el aire frío, helado, cargado de aquel poder negativo hacía casi irrespirable, más aun contando con los vapores fétidos y pútridos que salían de las aberturas. La gente miraba a todos lados, buscaban la figura que días atrás había aparecido allí, había lanzado su ataque y luego marchado sin encontrar lo que había ido a buscar. La realidad se torció, un portal se abrió ante todos ellos, la sombra de maldad que estaba en todos lados se acrecentó significativamente y…Él apareció. De nuevo la figura encorvada cubierta de pies a cabeza por una túnica oscura y su arma volvía a hacer acto de presencia en Calimport. Una sonrisa maldita se podía vislumbrar en su rostro oscuro y tapado por aquella capucha de la túnica, y se notaba claramente como su vista recorría a los presentes buscando algo o alguien. Finalmente se paró en la figura de Asura y de pronto, todas esas palabras incomprensibles, susurros, risas siseantes y rumores desquiciantes cesaron de golpe. Su voz se alzó ante los demás. De nuevo gutural y tenebrosa como la gente recordaba por sus anteriores visitas.

Entre sus palabras se escuchaban las mismas mentiras con las que ya sedujo, infamias que acusaban al monje de ser su siervo, al igual que el nigromante. Amenazas que procuraban la muerte incluso antes de cumplirse. Entonces fue cuando su ataque comenzó, parecía buscar a Asura, no quería a nadie más. Todos los que se acercaban a combatirle veían como sus armas resbalaban sin hacer mella alguna sobre su cuerpo. Al tiempo que el conjuraba su poder contra todos los que se alzaban contra él. Muchos tuvieron la suerte de sus dioses a su lado y consiguieron huir de él, pero para otros la suerte vino de la mano de la muerte y cayeron sus cuerpos frágiles a la arena, despojados de vida... Asura se revolvía, sabía que atacarle era inútil, pero no podía abandonar el Oasis. Aun no. Cuando Él se deshizo de varios de los que le atacaban centró su ataque contra el Monje. La magia salía rápida y poderosa de sus manos, al son de movimientos y palabras oscuras, formando los conjuros. Una y otra vez impactaban los conjuros contra el cuerpo de Asura, sin descanso. El resto siempre intentaba detener al Elegido, pero parecía que nada pudiesen hacer. Se sentían impotentes: el hacha de Kauler parecía ni rozarle, las espadas de los paladines pasaban por su lado sin atinar a darle, o si lo hacían ni se inmutaba al sentirlas.

Al final la magia del Elegido de Velsharoon hizo caer al monje en el suelo soltando su último soplo de vida. La gente se quedó mirando el cuerpo y entre ellos salió corriendo un ser ataviado con alas rojas: Cuthbert. Se acercó a él corriendo y usando el poder que se le había concedido por su linaje, y uno de aquellos cetros que en tanta estima se tenía la gente que casualmente poseía, consiguió devolverlo a la vida. Asura supo que ese era el momento. Tenía que sacar a Thôram de su reclusión.

Así fue que corrió hacia donde se encontraba encerrado. Su velocidad hizo rápida la llegada al lugar y como la anterior vez dijo: “Ha llegado la hora”. Las palabras sobraban en ese momento, todo quedaba claro y no hacía falta extenderse más. El Monje salió raudo de nuevo al lugar donde Él se encontraba, pero algo había pasado al margen de lo que ellos sabían. El Elegido se había ido de allí dejando a los protectores de la ciudad expectantes. Parecía haberse dado cuenta de la jugada y rápidamente trazó un plan. Asura llegó disparado a las puertas de la ciudad pero, Él no se encontraba allí. Mientras lo buscaba, Thôram, a su ritmo, salía de las celdas y tras un largo camino llegaba al desierto, pero se frenó de pronto. Algo intercedía en su paso.

Una figura encorvada con una túnica oscura, junto a un Señor de las Momias, se encontraban en mitad del camino. Una risa maléfica y ronca salió de la boca de aquella figura que Thôram no podía olvidar. Le habló y le dijo: “Todo esto no tiene por qué pasar, nigromante, mi señor me ha dicho que tiene grandes planes para tí. Deja de lado a tus compañeros y a ese Dios absurdo. Con nosotros tu poder será mucho más elevado. Mi Amo tiene algo especial para tí”. Thôram negó rotundamente todas aquellas palabras. No quería tener nada que ver con Velsharoon y sus allegados. La figura sonrió estremecedoramente y dijo que si no lo hacía por las buenas, lo tendría que hacer por las malas. El brazo izquierdo de Thôram empezó a tener convulsiones. Se movía por propio instinto, y su piel empezó a necrosarse, ampliando la putridez de éste a su cuerpo. El mago no había olvidado el dolor de aquello, pero ésta vez fue más doloroso que nunca. Cuando ya casi no podía resistir más aquel tormento, el brazo dejo de moverse y se quedó paralizado. No respondía a las órdenes de su cerebro, y allí quieto se quedó. La figura encorvada volvió a reírse en profundidad, y empezó un ataque contra el mago. Thôram no podía conjurar teniendo el brazo en ese estado, y lo único que intentó fue huir de él. Empezó a correr, con el brazo colgando, pero el final era irremediable, y Él consiguió derrotarlo, dejándolo inconsciente en el suelo. El Elegido puso su pierna encima del cuerpo del mago, y dijo: “Ahora me servirás, y de esa manera a mi Amo”. Cargó con el cuerpo y lo llevó a un lugar desconocido: un plano donde nadie antes había estado, y que era de su posesión.

Allí se despertó Thôram, atado por cadenas sin poder moverse ni hacer nada. Frente a él se encontraba aquel maldito ser. Entonces empezó de nuevo la verborrea e intentó convencer al mago de lo que el destino le deparaba si se unía a Él. Thôram insistía en por qué le había elegido a él, por qué le estaba haciendo todo eso… La figura le contestó que él realmente no lo sabía, pero su Señor tenía grandes planes para el mago si decidía unirse a ellos. Creía que había decidido transformarlo en su avatar. Thôram se negaba a todo aquello, y quería acabar con lo sucedido. Le dijo al ser que antes muerto que seguir a ese Dios. La figura sonrió y le dijo que le daría un tiempo para pensarlo, pero que cuando volviese, exigía una respuesta. Así fue que desapareció hacia algún sitio desconocido para el ahora solitario mago. Allí se vio rodeado de no muertos que le vigilaban por si hacía algún movimiento o intentaba escapar. Pero Thôram no les hacía caso, solamente se apenaba de si mismo, y de cómo había fallado a su Señor. Clamaba clemencia y pedía al Tirano Supremo que acudiese en su ayuda. Así fue que pasó todo el tiempo que se halló en solitario rezando a Bane.


Mientras tanto, en los albores de Calimport, la tensión se mascaba en el ambiente pesado que todo lo cubría. Asura había llegado pero Él no estaba allí. Los minutos pasaban, pero Thôram no llegaba. Debería haberlo hecho ya hacía rato, pero seguía sin aparecer, por lo que el Monje empezó a preocuparse. Así fue que envió a Tamer a buscarlo por el desierto. Algo le tendría que haber pasado para que no apareciese en esos momentos. Tamer salió raudo a buscar al mago, pero su búsqueda fue en vano completamente. No lo encontraba por ninguna parte, así que volvió de vacío a la ciudad. No fue necesario que Tamer dijese nada, Asura ya lo sabia. El lazo que lo unía con sus iniciados, como la mano es consciente de todo aquello que ocurre a sus dedos, le había relevado lo ocurrido: Thôram había caído.

Asura, junto a todos los demás, se mantenía a la espera. El más tolerante de todos aquellos que lo rodeaban se hubiese horrorizado si tuviese la más mínima sospecha de lo que en la mente del monje sucedía. Pese a la tensión del momento solo su capucha escondía la sonrisa que se asomaba a sus labios, pues la satisfacción que sentía no era de este mundo, era una elevación espiritual que solo algunos de los presentes alcanzarían a comprender. Bane, aquel que tiranizaba el alma del monje con el consentimiento de este, había decidido concederle el honor de hablarle, por segunda vez. Sus sacrílegas plegarias habían sido escuchadas, y su señor le prestaba atención, pero no sucedía como él había esperado:

-Mi señor, noto que Thôram ha caído, algo tiene que hacerse por él, no se puede tolerar que ese bastardo nos robe tus fieles.

- Lo han llevado a donde mi visión no alcanza, esta en territorio de otra deidad.

- Pero mi señor, esa deidad pagana no es ni una piedrecilla en tus zapatos. Es un nimio poder a vuestro lado.

- ¿Qué te hace pensar que es lo suficientemente importante para que yo me moleste? Demuestra que su fe esta a la altura y yo acudiré.

Estas últimas palabras de su señor tronaban una y otra vez en su cabeza y le daban esperanza, pues todo iba a suceder como merecía: O demostraba que la fe de su amigo era suficiente y todo acababa bien. O descubría que se había equivocado y recibía la cruel muerte que sin duda alguna merecía por haber fallado. No podía hacer nada más que aguardar lo que el destino le deparaba. El ambiente seguía igual que con la presencia del Elegido, pero él no se hallaba en esos momentos allí. Todos estaban nerviosos, temerosos ante una nueva aparición, pero allí se mantenían. De nuevo las sombras se extendieron más allá de su longitud normal, y el aire se cargó de pestilencia. Él había vuelto a las puertas y lo hacía para llevarse consigo a Asura.

Monje lo llamó, aunque ante el líder de los paladines mucho más fue dicho. Sus palabras eran condenación, hablaban de la perdición, de la Mano Negra y seguidores impíos. Todo el mundo palideció al oír esas palabras, aunque no todos sabían bien su verdadero significado. A la sombra de Asura una figura a quien nadie prestaba excesiva atención, pues su sino no era el del protagonista, maldecía por lo bajo el destape de su señor, mas no reculo ni un paso pese a las adversidades, si había que morir, levantaría el rostro con orgullo (Gloria a Bane y sus fieles). Sin embargo, pese a esto, la voluntad férrea de Joganth solo se hizo más fuerte: si lo que hablaba era cierto, Asura sería juzgado por si mismo. Así pues decidió primero acabar con el Elegido y luego tratar con Asura. Pero otra vez más, su espada poco podía hacer contra aquel ser.

Apartando a un lado a todos aquellos que le molestaban, Él lanzó de nuevo su ataque contra el monje, que a duras penas conseguía aguantar en pie, pero la fortaleza que había conseguido en todos los años de aprendizaje en su monasterio y la fe en su señor, le hacían aguantar la embestida. Pero poco a poco iba debilitándose… hasta que al final calló. La gente intentaba ayudarle pero no había remedio posible. No podían hacer nada por él, y el Elegido se lo llevó consigo.

Así fue que los dos aparecieron en frente de Thôram, en aquel lugar desconocido para los dos. Asura se encontraba inconsciente y Él lo dejó caer en el suelo, un poco alejado del mago. Reanimó al monje, y sus plegarias y rezos comenzaron: “Mi Señor, aquí nos hayamos listos para la batalla, infúndenos tu valor, tu coraje y poder para poder derrotar a este ser como tú bien nos ordenasteis. Sigue la fe de tus devotos y encontrarás el camino hasta nosotros, camino que nada ni nadie podrá ocultarte, pues esta es mas fuerte que sus fútiles artimañas”. Mientras tanto, les propuso lo siguiente: “Si queréis vivir, me serviréis a partir de ahora a mi y a mi Señor, si os negáis moriréis”. Los dos seguidores de la Mano Negra se negaron en rotundo, y viendo esto, unas voces sonaron en las cabezas de los dos, de forma separada. En la cabeza de Asura se oyó: “Si matas al nigromante, conseguirás salvar a tu pareja, y serás libre”, mientras que en la de Thôram: “Si consigues derrotar al monje, habrás demostrado que eres fiel a tu señor y te dejaré libre”. Las promesas cambiaban, pero no el significado, lo que se les proponía era elegir entre Bane y ellos mismos. Acto seguido, les dijo que se enfrentaran y se apartó. Los dos compañeros se quedaron mirando, y se asintieron mutuamente. Sabían lo que tenían que hacer, y en eso pensaron a la vez. No había opción, ante la elección algo o Bane, solo había una respuesta: Bane. El Elegido, seguro de si mismo, se lanzó la protección de Santuario Mayor, para evitar que cayera algún ataque sobre él durante la escaramuza de los dos seguidores del Tirano Supremo.

La magia tanto divina como arcana empezó a fluir en los dos. Cuando se vieron totalmente preparados, se volvieron a asentir y se giraron hacia donde se encontraba el Elegido. Clamando al poder de Bane, los dos se lanzaron al ataque contra él: el momento había llegado. El Elegido se sorprendió ante tal ataque, no cabía en sus planes que este hecho ocurriese, así que lanzó su contraataque contra los dos, de manera que se le desactivó la protección y pudieron empezar a golpearle. La magia volaba por los cielos. Puños, patadas, codazos caían sobre su cuerpo hiriéndole, pero una y otra vez conseguía restablecerse. Las plegarias y rezos a la Mano Negra se sucedían durante el ataque. La magia que se condensó en tan corto espacio era muy poderosa, pero poco a poco Él ganaba terreno contra los otros dos. Primero cayó Thôram ante el envite de la magia del nigromante, y finalmente fue Asura. Todo parecía haber terminado, con su ataque lo habían dejado muy malherido, pero no habían conseguido matarlo. Mientras soltaban su último soplo de vida, Thôram y Asura pidieron perdón por no haber conseguido la tarea que su Amo y Señor les había encomendado.

Así fue que cerraron sus ojos y la muerte les llegaba poco a poco. El Elegido sonrió satisfecho y agregó que ahora poseería sus cuerpos por el resto de la eternidad. La no-vida reinaría en los dos cadáveres que se hallaban en el suelo y así estarían al servicio de Velsharoon. Pero algo no entró en sus planes. Algo se le había escapado, pues en esos momentos, un vórtice de gran poder se abrió en el cielo, rayos, nubes y demás salían de él y una inmensa horda de Diablos apareció en ese plano. Bane había oído a sus seguidores. El maldito gritaba de rabia y no paraba de decir: “NOOOOOOO NOOOOOOOO, SON MIOOOOOOOS, AQUÍ NO TIENES PODEEEEEEEEER”, a lo que unas risas contestaban mientras más y más diablos aparecían en el plano atacándolo. Al final una gran explosión barrió por completo toda aquella zona eliminando a todo ser que se mantenía en pie. Bane había ido a por sus seguidores, y se los llevó de allí a la gran Sede que éstos le habían construido. Allí los reanimó y les felicitó, pues si su fe hubiese flaqueado en cualquier momento, no podría haberlos encontrado jamás y allí seguirían, bajo las manos de Velsharoon. Una vez hecho esto desapareció. Las palabras de su señor volvían a tronar en la cabeza de Asura: “Demuestra que su fe esta a la altura y yo acudiré” La sonrisa apareció en los labios de Asura mientras sus inhumanos ojos brillaban con gran intensidad. Todo había cambiado.

Así fue que su acérrimo enemigo había perecido y ahora ellos se hallaban en libertad y podían volver a su “vida normal”. Las enfermedades que se mantenían en Alex y Thôram desaparecieron por completo y volvían a estar sanos como antes, aunque Thôram, repudiando todo recuerdo de aquel ser, cambió su brazo por otro. Por otra parte, Asura se tubo que envolver por un manto de sigilo y ocultación. Las palabras dichas contra él hacían que su identidad estuviese al descubierto, por lo que decidió vivir de modo anónimo, por lo que se cambió de vestimentas y nombre, adoptando una nueva personalidad.


//PD: desde aquí damos las gracias a pixydixy por esta gran quest, al resto de implicados en ella, sobre todo a Alex, Tamer y al jugador que llevó a Él (alias Yashart), a Joganth por su gran papel como líder de los paladines, al grupo de masters por sus felicitaciones, a Althor pq casi le quemamos el Server en alguno de los ataques…y a los que nos habéis aguantado mientras todo esto ha durado. Y si habéis leído hasta aquí, también gracias. Un saludo a todos vosotros, y pedir que quests como éstas sigan realizándose en el servidor. Gracias ^^

Elderadan

30/12/2005 15:24:09

Bueno ya he podido leerlo todo, mira que es largo el relato de marras, pero ha estado muy bien. Al fin me entero de lo que sucedió tras la batalla. Aunque aquí me falta un baneita, ¡Piconsi muy mal!, mira por lo que estaban pasando tus fieles y mientras tú ahí remoloneando xD

inverosimil

31/12/2005 01:16:07

Q grande eres y cuanta razon tienes Elde, ahi estaba el remoloneando XD//