mGoR

18/10/2005 17:38:15

 
La luz de la gran caverna decaía, sinónimo de que ya sin duda era la hora adecuada. Ella no suele estar ocupada en esos momentos, al menos no las anteriores veces.

Así que, con paso calmado aunque seguro, el miliciano Faen se encaminó hacia la gran columna que hacía del Narbondel la fuente de luz de la urbe. Ahí estaba, la El´lar D'Ssinssrigg, la Casa del Placer y, junto a ella, unos guardias hacían su patrulla – bastante extensa al parecer, porque ya era el segundo día consecutivo que veía a los mismos varones.

"Parecen jóvenes... recién salidos de la academia, si tan siquiera eso puede decirse de ellos" – Pensó el drow mientras pasaba a su lado.

Y ahí seguía, caminando entre el jaleo del bazar. Un infernal discutía con una sacerdotisa, bastante amedrentado. Parecía guardar relación con un lote de esclavos. Y, al fondo, cuando estaba dispuesto a adentrarse en el edificio – destacando imponente y suntuoso entre los tenderetes y demás puestos – vio a una hembra. Parecía distante, mirando al vacío... algo que le llamó la atención.

Decidió curiosear... ¿qué sería de él si de vez en cuando no haría esto?. Llevaría una vida más tranquila y monótona sí, pero no podría saciar su mente ni buscar fines que lograr.

"Vendui... señora" – Se atrevió a decir el drow, Närh, acompañando su quebrada y amarga voz con una leve reverencia de cabeza. Algo ya casi sistemático en él esto último.

La desconocida hembra, que parecía tener un peculiar gusto respecto a la moda - ¿habrase visto semejante combinación?... no, la verdad es que antes no – y, tras unos segundos, hizo una reverencia y saludó de igual modo. Algo que extrañó al curioso varón, y que este delató en su cambio de mirada.

¿A qué hembra se la ocurre reverenciar así a un deshecho como era Närh?. Si a penas mantenía su harapienta y ajada ropa encima... Él, por su parte, esperaba que ningún miembro de su casa les habría visto: sino le esperaría un azote, o algo peor.

Pronto una sacerdotisa Faen, que se encontraba cerca del pozo junto al bazar, escuchó las voces – y milagro pareció que no se percatase del gesto de la extraña mujer. Una de ellas, la de la drow – la rara, sí - la era desconocida. La otra, la de Närh, ya la había escuchado antes.

Por esto, o por otra razón desconocida para el varón que veía su espalda peligrar, Tath'Lynn se acercó hasta el dúo. ¿Se aburría?, ¿o era algo más?. Para bien o para mal... quedaba poco para descubrirlo.

Tath: "Vendui".

Närh: "Vendui, señora..." – palabras que acompañó con... sí, una reverencia.

Algo, no se sabe muy bien el qué, hizo que la desconocida pareciese interesante para la servidora de Lloth. Para Tath claro: que la mujer 'del mal gusto' parecía más bien una esclava o una soldado – incrementaba esta sensación la insignia de la Melee-Magthere que mostraba con orgullo. Lo que Närh no sabía, pero si sospechaba, eran los motivos. ¿Una candidata a engrosar las filas de élite – por decir algo decimos aquí élite – de la casa?, mencionó que era una pária... o una 'sincasa', que viene a ser lo mismo.

En definitiva, la conversación posterior llevó a ambas a hablar de cuan grande sería una si se uniese al poder conjunto de una casa noble, y a la otra a intentar persuadir a la sacerdotisa de "cuan interés tenía en demostrar su valía" para, claro, esto mismo.

El varón, simple miliciano de la Tlabbar, seguía en silencio. Miraba al suelo, y ajustaba unas telas alrededor de sus manos: se le había olvidado al despertar hacerlo, con los inconvenientes que eso traía: muchas colgaban a medio soltar, y eso acrecentaba su aspecto de proscrito o, tal vez, pordiosero. Para el caso... a él le daba absolutamente igual. Tan igual como el tema tan “profundo” que empezó a tomar la conversación: no prestaba atención a las palabras de las mujeres, o eso parecía cuando después comenzó a colocar las telas que, ahora, cubrían su rostro.

Después de todo prefería tener la cara cubierta, aun por vendas. Conseguía de este modo que sus gestos no se delatasen y, por tanto, no se delatasen las acciones o emociones que, respectivamente, se disponía a realizar o sentía.

La sacerdotisa, Tath'Lynn, seguía hablando con la desconocida. Närh 'meditaba' .

"...No sé por qué he venido a hablar con esta hembra: después de todo no se aprecia ni a si misma... ¿por qué sino dedica una profunda reverencia, al saludarla, a alguien que no debería más que mirar con desprecio?. ¿Esta extraña quiere formar parte del grueso de nuestras tropas?... supongo que tendré que compartir mi tiempo con ella. Después de todo de todo... siempre es información lo que ahora estoy sacando. Y la información es útil... ¿hm?" - pensaba mientras tanto Närh, distante. Pensar lo hacía con fluidez y soltura, al contrario de como se expresaba y hablaba.

Cuando reaccionó finalmente, se dio cuenta que de su propia boca habían salido unas palabras casi instintivamente -"Aluve' señora" - y de que Tath ya no estaba ahí.

Él solo, junto con la futura integrante de las lineas frontales de la Tlabbar – también podría decirse "con el futuro cadáver en las lineas frontales" – y, claro está, el resto de transeúntes de la zona. Le tocaba hablar.

Extraña: "¿Y tienes nombre?".

Närh: "Si, señora... así es" - En tono seco, respetuoso y serio, contestó el drow.

Extraña: "¿Y cual es ese nombre?".

Närh: "Närh... señora".

Extraña: "Ya veo, ¿y qué pensabas hacer, a donde pensabas ir?".

En vez de responder, el drow desvió su mirada hacia la taberna, que ambos tenían a su izquierda.

A lo que, la mujer, respondió: "...¿Vas a beber algo?".

Närh: "...Algo parecido señora... podría decirse que sí" – Mirando él hacia los pies de la hembra ahora.

Extraña: "Bien, ¿quieres que te acompañe?".

Närh: "Como desee, señora... no seré yo quien deba ni desee negarse si es eso lo que place..." – Dijo algo temeroso de lo que podría suceder. Después de todo él no pretendía ir a beber ningún tipo de licor ni alcohol... Y creía que la hembra había entendido sus palabras e insinuaciones, cuando dejó entrever sus intenciones. Pero, de ella haberlas entendido, esto extrañaba al varón aun más.

Extraña: "¿Qué te ocurre, por qué estas inseguro o temeroso por algo?. Tu tono..." – Se percató la mujer.

Närh: "...Es un burdel señora...".

No acertó a decir más y, ante la incrédula y extrañada de la hembra, él permanecía en silencio. Temía lo peor, así que no despegó la mirada del frío acero que cubría los pies de la mujer. Unos instantes después, esta rió a carcajadas casi.

Extraña: "No lo sabía, soy nueva en este pueblo" - Aclaró ella, intentando reprimir los restos de risa que aun se percibían en su boca.

Närh: "Claro, señora... y, me permitiría preguntar... ¿de donde procede?".

Extraña: "Hm... no lo recuerdo, perdí la memoria de camino a aquí, me asaltaron unos bandidos y perdí eso y todo lo demás" Respondió ella, segura. Parecía verdad... aunque esto, si cabe, hacía más chocante y raro el ya de por sí “curioso” encuentro.

Närh: "Señora... he de irme, como ya dije. Si me permite, y no requiere nada de mi, partiré..." – Respondió algo dubitativo el drow, asintiendo con la cabeza antes de hablar al comentario de la mujer.

Extraña: "Claro, aluve" – Se despidió esta sin más.

Närh "Aluve' señora...".

Y, con esto, se marchó. No sin antes hacer una leve reverencia, al pasar al lado de la mujer, claro está.

Ahora caminaba entre extrañado, por la conversación, y satisfecho: sabía algo más de una posible futura Faen. Y así, entre complacido y pensativo, abrió las puertas y entró en la lujosa taberna.

El ambiente, cargado hasta la saciedad de aromas dulces y cargantes, era sobrecogedor – como en anteriores ocasiones. Las paredes, decoradas con grabados de arañas en color purpureo, posiblemente característico de amatistas talladas, destacaban en fondos de obsidiana. Las mesas, de mármol y piedras preciosas, parecían enormes criaturas de ocho patas. Cada una de estas 'criaturas' tenía a su alrededor una fauna muy diversa: desde nobles a párias, esclavos y simples drows.

El techo, que parecía perderse en lo alto de la monumental e imponente estancia, guardaba luces de origen obviamente mágico en su cúspide. Närh, poco a poco, adaptó la vista a este nuevo ambiente para, de pronto, chocar con una humana que caminaba de espaldas – por las vestimentas parecía una prostituta, además de una esclava.

En un gesto rápido, el drow antes distraido y cubierto de harapientas ropas negras clavó sus dedos en la garganta de la mujer... De haber sido un varón, ya no tendría mucha nuez que portar. La mujer calló inconsciente al suelo, ante las miradas asombradas de algunos... y furtivas de muchos otros: estas últimas hacia Närh, quien casi escupió unas palabras: "Espero que nadie tenga que alegar nada en defensa de este deshecho...". No obtuvo respuesta a sus fríos vocablos, y tampoco la esperó. Continuó andando al frente.

Como anteriores veces, Närh avanzó hacia la izquierda del establecimiento, apartando con una fría y sádica mirada a pordioseros – y demás calaña – que ahora se fijaban en él. Así, tomando un pasillo, caminó por el mismo. Pero, de pronto, vio un espléndido material de trampero – una 'afición' a la que el drow era asiduo – en una de las puertas y, bueno, digamos que demasiado valioso como para dejarlo ahí... con disimulo, cuando nadie miraba, cogió lo justo y necesario.

Bajó, tras un corto trecho, las escaleras que conducían al piso inferior. Miró alrededor, para ver que todo seguía igual, y un sinfín de puertas se extendían ante él. Nada más dar unos pasos se encontró con el arcano que se encargaba de la vigía de este lugar – de la venta de llaves, más bien.

Arcano: "Vendui, ¿otra vez por aquí?. Nunca imaginé que podría tener tan contento a uno d..." – decía el arcano en tono jocoso, justo antes de que Närh le cortase fría y secamente, clavando una cruel mirada en él.

Närh: "...La llave de la primera puerta. Ya sabes cual es, arcano" – Resolvió sin más.

El mencionado arcano, que pronunciaba una extraña salmodia – destinada a crear dicha llave – pronto le proporcionó el pequeño articulo, mágico obviamente. A cambio el varón interesado le dio un pequeño rubí. No se dijeron más.

Ahora el varón, con la llave en ristre, se encaminó hacia la puerta interesada. Introdujo el pequeño objeto en la cerradura y la abrió sin problemas... más la llave se esfumó – algo habitual ya. La manera de salir era un pequeño portal, tras unas cortinas: por ahora ni lo miraba.

Dentro de la lujuriosa habitación – pues había cualquier tipo de objeto destinado a dar placer, incluso la simple vista de los muebles y cama parecían destinadas a esto - estaba ella. Desnuda, con su blanca piel, parecía mirar con un imperecedero odio al que acababa de entrar, al menos por unos instantes. Las garras de la súcubo, antes tensas, se relajaron. También así su mirada, que pareció volverse más temerosa.

Por lo visto esta era la actitud normal en ella ante drows – y no mercaderes que solo pasaban por ahí. El temor. Casi temblaba y, lenta y sensualmente, se acercó a Närh con las alas plegadas sobre su torso: alas que, a unos pasos del varón, abrió. Él, que la miró de arriba a abajo, luego retiró la capucha que cubría su rostro. Seguidamente las vendas que tapaban su boca y nariz, dejándolas caer por su propio pecho. Instantáneamente la súcubo pareció tranquilizarse, por algún motivo.

Närh: "Vamos, ya sabes quien soy... relájate" – Dijo él, en tono más relajado también.

Súcubo: "Si... lo siento... no me había fijado" - Pronunció en un perfecto idioma drow.

Närh: "Espero, por el bien de algunos, que esas cicatrices no vayan a más".

Súcubo: "No hay de qué preocuparse..."

Närh: "Bien... sientate en la cama. Tengo dos horas aun que aprovechar" – Dijo, e instantáneamente la súcubo se dirigió hacia allí, tomando asiento en la roja y decorada cama. Närh la siguió, y se sentó a su lado.

Súcubo: "¿Empezamos?" – En tono tranquilo pronunció, al tiempo que dirigía sus manos hacia la cadera del drow.

Närh: "Bien".

Finalmente la súcubo alcanzó lo que buscaba e, igual que en anteriores ocasiones había hecho el varón, introdujo las manos en uno de los saquillos del cinto de este. Extrajo de él un mugriento y viejo libro, de gruesas tapas: para instantes después abrirlo en determinada página y, poco a poco, la criatura empezó a leer. Empezó con la lección del día.

Aun quedaba tiempo para que ella le enseñase el significado de esas palabras, y para que él lo aprendiese.

//

Esto es un roleo que hice ayer o antes de ayer... que me pareció curioso y lo he escrito.

La parte de la súcubo la llevé solo (bueno, y el PNJ vía "yo" :lol:, XDDD).

Un saludo.

Maya

18/10/2005 18:58:34

// *despues de leer todo* se queda dormido sobre el teclado*

kimopdf

20/10/2005 22:05:03

interesante el roleo, mas podias haberte cortado un poquillo que me ha costado un montón leerlo entero, XDDD//

//animo y a seguir roleando que ultimamente no se ve mucho esto, pero por favor, no te explayes asi, que te tienen que doler los dedos de teclear, XDDD

//un saludo

mGoR

20/10/2005 23:29:34

//

8O... Que esto no lo he escrito del tirón. Que tan mal no estoy, lo he hecho en un par de tardes XDDD...

...Y sí, una vez subido y releido lo he notado tal vez un tanto confuso, sobre todo en el inicio y cuando "me explayo".

Tomaré nota, que para eso básicamente subo estas cosas... así que gracias por la critica constructiva kimopdf, en serio :wink:.

Un saludo.

yne

20/10/2005 23:56:02

//No les hagas caso, lo haces de puta madre.

sampetit

21/10/2005 17:25:50

Estoy con Yne, mu currao si señor!!!