Hanom

24/10/2005 23:45:54

El silencio invadía el bosque de Myr, la noche bañaba el paisaje de una penumbra aterradora, el trino de los grillos parecían acompañar al canto del búho. La luz de una antorcha que había sobe una roca destacaba en el tétrico paisaje. Y ahí estaba el guardián negro, solo en la espesura, sentado sobre una roca con los codos sobre las rodillas y las manos en la nuca. Acompañado solo por un hombre lagarto sin vida que yacía frente a él. Tras unos segundos de ensimismamiento, alzó la vista para mirar a su derecha, apenas a un metro de el había un papel amarillento y arrugado que hacia tan solo unos minutos el mismo había tirado. La suave brisa que corría entre los árboles hizo rodar unos metros al papel arrugado. Pesmerga Apretó la mandíbula y se levanto bruscamente para comenzar a dar patadas a su ultima victima, cada golpe que asestaba hacia manar sangre del tremendo corte que le recorría el pecho hasta mitad del abdomen escamoso. Mientras apalizaba al indefenso muerto gritaba con una voz grave y llena de ira. “¿POR QUE TUVISTE QUE MENTIR?, MALDITO MAGO”. A medida que gritaba la ira del paladín caído aumentaba, desenfundó una daga del cinto y los puntapiés se convirtieron en apuñaladas terrible que hacia salir la sangre a borbotones.
“Yo confiaba en ti, éramos un equipo maldita sea”. Continuó apuñalando el tórax del reptil, la sangre le salpicaba su armadura negra y el rostro, la sangre le chorreaba de la frente como si de sudor se tratase. “Los otros se te lleven estupido mago necrofílico”. Cuando recuperó la cordura vio que el cuerpo estaba totalmente destrozado y las vísceras trituradas, un enorme charco de sangre inundo la zona y su armadura y su rostro se vieron teñidos de rojo. Finalmente clavó la daga en la garganta del pobre desgraciado y permaneció arrodillado frente a el mientras recuperaba el aliento. El viento ondeaba su pelo y secaba la sangre en su piel. Volvió a escuchar el canto de los grillos y el baile de las hojas de los árboles. Cerró los ojos para tratar de relajarse. Cuando el aliento se le estabilizó susurró para él… “Teron”. De repente, una voz de mujer que provenía de la oscuridad perturbo su paz. “Vaya, a ese cuerpo ya no podemos darle gran utilidad”. Pesmerga miró a su alrededor buscando la procedencia de aquellas palabras. “¿Quien eres?, ¡MUESTRATE!”, ordeno contundentemente. La figura de una mujer esbelta y pelirroja entro en el haz de luz de la antorcha, sus ojos eran solo dos puntos rojos. “OH!... que desilusión, ¿ya no reconoces a tu chica?” rió la mujer.
Pesmerga la miró con una sonrisa oscura.
-“Mi querida Doren Kross, hace tanto tiempo que no te veo, estas mas bella que nunca.”- Dijo Pesmerga mientras se levantaba despacio.
La mujer caminó hacia el caballero negro y le acarició el rostro con su mano no esquelética, sin decir nada miró al suelo, cogió la bola arrugada de papel y la estiró para leer lo que contenía. Pesmerga se dio media vuelta y se sentó de nuevo en la roca volviendo la mirada al cuerpo ensangrentado. El silencio se hizo de nuevo hasta que la muchacha volvió a romperlo.
-“Entonces, Teron se ha marchado.”- Dijo algo apenada. Volvió a arrugar el papel, pero en vez de arrojarla al suelo, la quemo en la palma de su mano. -“Es una verdadera lastima.”- Continuó la arcana. –“Me habría gustado contar con él para mis planes.”-
-“¿Planes? ¿De que estas hablando?.”- Preguntó Pesmerga sin dirigirle la mirada.
Doren se acerco a Pesmerga contoneando su cuerpo sentándose de costado sobre las rodillas del guerrero.
-“A ti también te necesito, quizá mas que a nadie.”- Dijo la muchacha con una voz seductora mientras acariciaba el mentón de Pesmerga con el índice.
El paladín caído la miró con satisfacción acariciándole el pelo esperando a que la chica continuara.
-“Por ahora solo te diré que pienso exterminar a esos mierdas paladines del brazo.”- Decía mientras acercaba sus labios a los del hombre, su rostro se detuvo a tan solo un dedo de distancia y prosiguió susurrándole con tono cada vez más sensual.
-“Tu entrenaras a parte de mi ejercito, querido mío, eres la persona en la que mas confió y se que lo harás mejor que ningún otro.”- Finalmente se mordió lasciva su propio labio y le dio un húmedo lametón en la mejilla a Pesmerga.
Doren se levantó de su regazo y se puso de pie frente a él. Pesmerga la observo de arriba abajo, el cuero negro que la vestía esa noche se le ceñía exageradamente al cuerpo definiendo su figura perfectamente, a Pesmerga le llamaba la atención sus pechos firmes y puede que también su trasero si no se lo tapase la capa.
-“Eso es todo por ahora querido, te mantendré informado.”-
El hombre asintió con la cabeza, puede que la carencia de sangre que tenia en ese momento en el cerebro no le permitió emitir sonido alguno. Doren sonrió satisfecha y se alejo del lugar fundiéndose con la oscuridad del bosque. Pesmerga no dijo ni pensó en nada, cogió la antorcha y se fue a Puerto Calim.