Arxaon

28/10/2006 12:15:49

Estaba en el bosque de Weldazh hablando con Mindy y Alaynne cuando de repente oímos sonar algo, parecía un cuerno. Nos apresuramos a bajar de la ciudadela, quizá ocurría algo grave, y corrimos hasta el linde del bosque. No parecía haber nada extraño allí, pero pronto sonó de nuevo ese cuerno. Sin dudarlo fuimos hacia el sur, hacia el desierto de Calimsham.

Una vez allí, antes de tener tiempo a decidir qué hacer, se apareció un ser, un muerto viviente de unos dos metros. Pensé que quizá era ese mago loco del que nos habían avisado quien lo había convocado, pero descarté esa posibilidad cuando miré a lo lejos, hacia el este. Había una gran nube de polvo levantada por el caminar de un ejército entero de esos seres. Venían a paso lento hacia nosotros, con paso firme y dispuestos a apartarnos de su camino.

Miré a Nerea, que parecía convencida cuando dijo: "De aquí no pasarán". No podía dejarla sola, y nos dispusimos a enfrentarnos a esas criaturas. A medida que se acercaban aparecían más, pero esta vez eran sombras que no habíamos podido distinguir en la lejanía. Eran muchos más de los que parecía en un principio.

Alaynne nos apoyó con su arco mientras Nerea y yo intentábamos detenerlas cuerpo a cuerpo. Conseguíamos defendernos, pero cada vez nos rodeaban más. Vi a Nerea caer, pues esas sombras parecían absorber la vida de donde fuera. No la dejaría sola, tenía que reanimarla, pero cualquier movimiento en falso podía ser mi final, así que no hubo más remedio que intentar acabar con todos los que me rodeaban. Por suerte lo conseguí y utilicé ese preciado cetro. Sabía que no podría usarlo de nuevo si volvían a sorprendernos.

Nos giramos y no vimos a Alaynne por ningún lado, seguramente habría ido a pedir ayuda, ¿pero dónde? Quizá a Weldazh. Fuimos hacia allí, pero apenas dimos unos pasos cuando se nos aparecieron unas figuras alrededor. Tenían cuerpo de hombre y cabeza de perro, una cara alargada. No se lo pensaron en atacarnos, así que combatimos con ellos. Conseguimos vencerles, pero cuando nos giramos vimos que había alguien más. Era una momia, debía formar parte de ese ejército de muertos.

Fuimos hacia la momia y ella hacia nosotros. Sus movimientos eran muy rápidos, sobrenaturales y de poco esperar en una momia. No conseguimos asestarle un golpe, esquivaba nuestros ataques con una facilidad increíble y, del mismo modo, nos impactaba con una fuerza impresionante. Teníamos las de perder, así que corrimos. Neres fue hacia el norte y yo hacia el sur. Me pareció que la momia me seguía a mi, pero la perdí de vista.

Fui hacia la ciudad, pero en el camino había alguien. Había dos personas, Alaynne y un hombre, y les advertí rápidamente, debían volver a la ciudad. Fuimos a refugiarnos en la misma... y entonces... comenzó el ataque en la misma. Oscuridad... muertos vivientes... y esa momia. Le pregunté qué buscaba, pero solo respondía con carcajadas y ataques. Finalmente, acabamos enzarzados en un combate, solamente intentaba mantenerla distraida, pues no conseguía hacerle el más mínimo rasguño, pero la gente allí sólo miraba. Les pedí ayuda, pero se quedaban quietos, pasmados, mirando y sin hacer nada. Por suerte, llegaron algunos guardias de la ciudad y corrí para respirar y tratar mis heridas.

Cuando creí que estaba listo, me preparé y corrí de nuevo hacia allí, apoyando a la guardia con el arco. No era un arco cualquiera, pues era obra de la artesana más conocida de Weldazh, Anywel. Conseguí darle unas veces, pero no sirvió... La momia acabó con los guardias y vino hacia nosotros. Finalmente, se detuvo y se hizo la oscuridad. Me mantuve atento, por si la oía acercarse, pero sólo oía sus carcajadas. Parecía ser divertido para ella. Preguntó: "Tienes miedo?". Pero preferí no contestar, quizá era peor tras la respuesta. "Lo tomaré como un sí" dijo.

Todo seguía oscuro y se hizo el silencio. Cuando volví a ver luz fui hacia la puerta de la ciudad. Empezaron a aparecer plantas, árboles, insectos y animales. Estuvimos un rato pendientes de un gato, pero se acabó yendo. Había también cangrejos que se multiplicaban, cada vez había más. Al final apareció uno mucho más grande de lo normal, que nos atacó. Unos guerreros acabaron con él y mataron también a las crias... ¿por qué? Buena pregunta.

De pronto sonó una voz en el desierto: "¡Os he dado a elegir la vida, pero habéis optado por la muerte!". Eso no sonaba nada bien, así que entramos en la ciudad. Aparecieron de nuevo esos muertos de dos metros. Conseguimos eliminarlos... pero ahora estábamos solos, sin guardia.

¿Qué era eso? Una figura enorme se apareció ante nosotros. Era un dragón, pero... ¡era de hueso! Acabó con dos de los nuestros, pero tras un largo combate, pudimos vencerle. Ese fue el último indicio de ese ejército... pero estoy seguro de que aparecerán de nuevo.

Reanimamos a uno de los caídos, pero ninguno parecía poder hacer nada por el otro. Decidí ir a buscar a alguien por la ciudad, en las tabernas, algun curandero de a bordo en el puerto... pero nada. Finalmente fui a Weldazh, quizá allí estuviera Nuborn o Earanyl y pudieran ayudarnos, pero por desgracia... no estaban. Subí a la ciudadela... y por suerte había un miembro de la arboleda allí que, no era clérigo, pero poseía un cetro como el mío. Aceptó a cambiármelo, por suerte, y me dirigí raudo a la ciudad de Calim, para reanimar al caído.

Alatriste

28/10/2006 14:35:58

Escuchaba atenta cada palabra del relato de Wil, con Mindy haciendo alguna pregunta esclarecedora. No podía más que pensar, que creía conocer al monje, pero había mucho que desconocía.

De pronto, aquel sonido estruendoso, rompía la paz del bosque. Interrumpidos y alertados, bajamos deprisa, muy deprisa. Recorrimos la arboleda y el bosque, sin encontrar nada. De nuevo, el silencio roto.

Intentaba seguir a Mindy y Wil, pero su paso era mucho más acelerado. Ya había perdido de vista a Mindy, cuando a lo lejos veía al monje esperandome, como en tantas otras ocasiones que recorrimos camino juntos.

Me quedé perpleja, allí, en mitad de la arena, aquel muerto viviente enorme. Wil y Mindy, dieron cuenta de él rapidamente. Tan solo cuando Mindy dijo: "De aquí no pasaran" me percaté. Desde el Este, se alzaba una enorme polvareda y todo un ejercito de esas criaturas, avanzaban despacio hacia nosotros, pero con una determinación, férrea.

Palpé el cinto a mi espalda, alegrandome al sentir el tacto de aquella varita y tan rápido como pude, la usé antes de que el macabro ejercito se acercara a mis compañeros. Deje caer la vara y empuñe el arco disparando al bulto, tan rápido como pude, el combate cuerpo a cuerpo había comenzado.

Nunca había visto tan pocos, contener a tantos, pero seguían apareciendo más y más. Alejada de ellos, vi caer a Mindy y lo que era temor, se transformó rápidamente en miedo. Necesitabamos ayuda, no aguantariamos eternamente. Sin pensarlo, volví mis pasos hacia atras, pero cayendo en la cuenta, lo más cercano era Calimport. Me maldije a mi misma por haber actuado tan torpemente, fruto del miedo.

Corrí tan rapido como pude hacia el mercado, Wil aun sostenía la situción, pero por cuanto? Entre jadeos pedí ayuda, sin dar muchas explicaciones, suerte que aquel tipo me seguía.

Cuando llegué no estaban, una punzada, directa al corazón. Miraba las huellas, intentando descubrir que había sucedido. Mi improvisada ayuda, no paraba de preguntar cosas, a las que no daba mucha atención, hasta que vi a Will acercase desde lejos, gritando: "Huid!" Y lo hicimos, sin preguntas, viniendo de él, una palabra así, tenía que ser cumplida.

Ya en la ciudad, vi con mis propios ojos la explicación al mandato de Wil y comprendí su enfado conmigo. Despavorida, atravesé las calles y callejuelas, mientras un único eco que resonaba en mi mente: Huid! Suerte, el barco estaba anclado en puerto, listo para zarpar...pero conforme el eco iba desapareciendo y el miedo dejaba de atenazarme...La incertidumbre de que habría pasado con Wil y Mindy, me corroía por dentro. Tarde...ya tan solo quedaba había agua a mi alrededor...