MenelvagorII

25/11/2006 05:34:57

[i:e092ed05f0]Recorriendo los senderos que separan el cementerio de la arboleda Gabriel avanzaba sigoloso y con las armas prestas a cualquier movimiento. Su caminar acechante en las sombras como el movimiento de un felino hacia su presa.

El camino estaba siendo tranquilo, más de lo que deseaba el joven explorador, pero cuando está bajando la ladera desde su Aldea natal, ve a lo lejos fuegos y explosiones, y un millar de trasgos con sus monturas.

Corre presuroso a proteger la arboleda, pero poco antes de llegar, se queda paralizado, la sangre parace detenerse durante horas, pero solo habían pasado unos segundos y el ahí parado, sin protección y con los Kukris cerca de escaparsele de las manos. Pero de pronto un instinto salvaje recorrió el cuerpo de Gabriel haciendo que sus complejos y sus inseguridades quedaran aparcadas. Ahora solo había una cosa que hacer: Proteger a todos los seres vivos y elevar el nombre de milikki.

Se agacha y concentra en su dios, y aclama por los suyos, con lo que poco a poco la protección llega tiñiendole de color de la hierba.

Tras la roca avista el primer combate, Earanyl, Alynne y sus compañeros de la arboleda están protegiendo la rampa de acceso de lo que parece ser un ejercito de trasgos con un claro objetivo. Matar destruir y conquistar.

Sacando el arco desde las sombras comienza a disparar, sus flechas no son certeras, pero poco a poco van callendo enemigos.

El enemigo desconcertado por un nuevo flanco de ataque se divide, momento que aprobecha la cleriga de Selune para emplear sus mejores bendiciones y la conjurodaora Aioleth para arremeter con fuerza aprobechando la distracción.

-¿Qué está pasando?- Pregunta Gabriel desconcertado pero más serio y cuerdo que nunca.
-Un ejercito nos quieren invadir, llevamos horas aquí luchando- Contestan sus compañeros.

Tras evaluar el terreno, gabriel ve que la situación la tienen ganada, tenemos la rampa y el terreno es abrupto para su avance, y están vuelo de flecha, apostemos los arqueros desde arriba y hagamos estragos bajo las filas de los trasgos.

Desde lo alto Alynne, Nawiwiel (está mal escrito, sorry) y algunos más comienzan a disparar y la lluvia de flechas hace retroceder al enemigo... Pero cuando la situación parecia ser propicia para los elfos y los protectores del welzath entre la confusión, empieza rebentarnos los objetos mágicos. Amputaciones y sangre por doquier y bajas inesperadas del os mejores hombres, los clerigos y los magos más afectados por la urdimbre pierden su confianza y sus poderes, y todos se tienen que retirar, caidos y tullidos son llevados a la arboleda y los elfos, guardianes de la arboleda, salen de la ciudadela y protejen al bosque, apostados en semicirculo, con sus ardientes flechas nos protegian la retaguardia.

Aprobechando el descanso, recuperamos materiales flechas, y vendas, nos serán útiles.

De todos de los que comenzaron la lucha, solo Gabriel continua sano para la batalla.

No sabe como actuar, así que recurriendo a los dones otorgados por Milikki, se esconde y observa al enemigo.

Apostado en las llanuras del Tzyr, gabriel no sabe como hacer para poder contra el ejercito, los elfos se niegan a salir, pero dejarles aqui sería un error...

De protno toma una determinación, se deja ver unos pocos salen tras de el... Corre, pues el enemigo es fuerte, y un mandoble podría partirle el espadazo.

Saltando de piedra en piedra, haciendo increibles piruetas para evitar los ataques en plena carrera se apróxima al bosque, (si ellos no quieren salir, les traeré poco apoco al ejercito, impulsivos y sedientos de sangre, no caerán en que todo es una trampa y que no estoy solo) y cuando va llegar al bosque gabriel se pierde entre las ramas de un árbol y acto seguido, una lluvia de flechas perfora el tronco del árbol y al lado yace un trasgo muerto.

Así durante dos días estubo luchando, trayendo pequeños grpos de trasgos mientras sus compañeros se recuperaban.

Pero al segundo día se encuentra con un joven aventurero que oidos los rumores viene acompañado de un Clerigo, Nord, nord guia y aventurero dispuesto a matar a cada uno de los orcos. Por fin, no estaba solo, si gabriel seguía así los elfos terminarían matandole a él.

Nord un joven impulsivo y experimentado parace hacerse cargo de la situación, con lo que la actuación de Gabriel vuelve a ser reservada y tímida, su fuerza se desvanece por la arrolladora personalidad de este nuevo aventurero.

El joven explorador, siguiendo al guia, parece entederse muy bien pues los métodos usados son los mismo que le enseñó la caminante del horizonte, prudencia y "separa al miembro debil de la manada y emboscarle" ese era la táctica que habría de seguir. Con Nord sería mucho más sencillo.

Entre los tres, el clerigo con sus bendiciones, Nord con su fuerza de combate y Gabriel con sus ataques a distancia, formaron una buena escuadra. Pero poco tardaría este equilibrio y la desconfianza llega al grupo, un semidragón blanco quiere ayudar, y la ayuda parece dudosa... ¿Qué harían los tres ante este nuevo ofrecimiento? En principio, aceptamos al semidragón, pero cada uno hacía la lucha por su cuenta, los tres compañeros, luchaban en organización mientras que el salvaje, no dudaba en asestar golpetazos y su vena impulsiva y agresiva hacía plantearse la fidelidad del dracónico.

El ejercito parece inagotable y poco poaco la presencia del semidragón es aceptada.

La lucha sigue, unas veces nord, y otras gabriel hacen de señuelo para el enemigo y una y otra vez vuelven a caer en la trampa.

Pasados dos dias de lucha en esta formación llegan nuevo surtido de aventueros deseosos de ayudar, pero su ayuda resulta casi un carga y Has, un arquero certero como ningún otro ha de ir a ayudar a los caido dentro de la ciudadela, así que poco nos sirve el suspiro y seguimos la lucha.[/i:e092ed05f0]

//Lo dejo aqui que se me está haciendo largo.. xDD y luego no hay un dios que lo lea, a ver si posteias el resto^^ //

MenelvagorII

27/11/2006 00:14:31

[i:cba5429047]Surgen tensiones. Los nuevos aventureros llegan deseos de combatir, y nuestras fuerzas extenuadas, y cubiertos de vendas una y otra vez repuestas y luchando con serias héridas, Nord, el que estaba siendo el lider del pequeño grupo pidió vendas, para no dejar los puestos de lucha y la organización.
A lo que uno de los nuevos, suelta "y quien nos va a dar el oro" "danos tú el oro, no pagaré con mi dinero tus vendas" y derrepente el ambiente se cargó una tensión y reinó el silencio, y como chasquido de un látigo, Nord, contestó "La próxima vez que estés en el suelo, seré yo el que me encargue de rematarte"

El hambiente exaltado, alguien salió al pasó, Gabriel mentiendose entre ambos dijo que el iría a por las vendas, que el resto siguiera combatiendo, que lo entedieran el combate estaba siendo muy duro que cada uno hiciera lo posible que el traería las vendas.

A la vuelta repartió vendas, y este aliviado porque pensaba que estaba obrando de la mejor manera para recuperar el equilibrio y que nuestra fuerza amuentara frente al fuerte ejercito de trasgos.

Pero poco duró la nueva coalición y se volvieron a ver solos. Pronto las vendas se acabaron y Gabriel volvió a por más para todos. No tardó en volver con los brazos cargados, pero habían cambiado el método, les atacabamos con emboscadas usando un carro y una caseta de refugio. ahora nord dominaba totalmente la situación y no había más voz cantante que el, antes el cebo fuera gabriel , Fue nord, y el fiero Semidragón K y el clerigo fuertemente arremetian contra el pequeño grupo, y el fuerte guia, les arremetía con saña por la espalda..

Así con esta táctica y guardano los cuerpos, trabajamos en un fuerte núcleo, hasta que ya solo quedaban los temibles trasgos arcanos.

//luego sigo//[/i:cba5429047]

Burgg

27/11/2006 14:55:51

//La versión de mi pj lo que él piensa como fue la aventura es un semidragón blanco no será objetivo xD

Yo el poderso y único vástago del dragón Argathgard encontré un ejército de repugnantes y diminutos trasgos cuando iba volando por los alrededores de mi bosque debido a mi inteligencia superior a la de cualquier ser iba invsible para que pueda ignorar a los peligros que me aporta mi sangre, ya que soy perseguido por humanoides y otros seres inferiores.

Entonces me planté en las llanuras de Thézyr y observé al ejército tendría antes que comprobar si eran poderosos estaban molestando a mi bosque y se merecen un castigo así busqué a un humano u otro ser que andase por eso lugares y apareció un hombre que más tarde mi dijo su nombre era Nord un humanucho que descubrí que sabía pelear más adelante.

Le expliqué la situación y él como me tenía miedo acató mis órdenes y dijo que iba a pedir ayuda y que pondría unas trampas para retroceder a los trasgos, dejé que lo hiciera así que esperé un poco al humano.

Al rato vino con tres humanos más un clérigo inútil, un arquero cobarde y Nord se llamaban Karldin, Gabriel y el ya nombrado Nord decidí que ellos podían atraerles hacia mí para yo matarles pero en pequeños grupos y así hicieron ellos me los trían y yo con mi destreza con la espada y artes arcanas acabé con todos los trasgos, yo me encontraba perfectamente y ellos cansados y sudorosos, apestaban a humano, más tarde se acercaron una panda de humanos que querían pelear junto a nosotros pero eran unos inútiles y yo el gran Kriergard lo expulsé como mi padre a los gigantes de su zona, ineptos, sólo quien yo quiera pelea junto al gran Kriergard.

Los humanos se fueron a recuperarse y a por vendas, yo tranquilamente afilaba mis espadas, volvieron y había una nueva técnica que YO maquiné
trata de que nosotros atacaramos desde un frente poco numeroso y eso hicimos ellos atraían grupos enormes y yo les paraba mientras ellos les atacaban por detrás: sangre, muerte, cabezas de trasgo volando, mi espada cortando y ellos lloriqueando fue entretenido pero descubrí que los apestosos trasgos no son tan débiles ya que contaban con un grueso de trasgos arcanos que utilizaban una energía negativa que nos conseguía debilitar, pero yo aguantaba...seguimos haciendo esa técnica hasta que llegamos a los arcanos y allí comenzamos a luchar de una forma espléndida, esos humanos se había ganado mi confianza no luchaban tan mal pero el más valiente de ellos era Nord y el más fuerte y es raro que yo diga esto de un humano pero él se lo merecía era bueno sí.

Después de varios días luchando en las llanuras acabamos con los arcanos utilizando ataques "relámpago" golpeábamos y no retirábamos una táctica por supuesto mía, el lugar asolado gracias a nosotros ni un miserable, patético, apestoso y diminuto trasgo quedaba con vida y los que aún se movían les arrancaba la cabeza con mis poderosas y afiladas garras después de que yo les celebrara su victoria decidimos buscar más trasgos por mi bosque: Mir.

Vimos a algunos exploradores trasgoides cerca de una cueva me lanzé sobre ellos y les mutilé con mis propias manos así que decidimos esta vez si me dieron ideas de entrar en la cueva y utilizar las mismas técnicas que en las llanuras de Thézyr bien allí íbamos nosotros un semidragón blanco y tres humanos valientes y podría decir que hábiles en combate.

Al llegar a la cueva vimos otro ejército allí dentro, y parecían mejor preparados muchos arcanos, guerreros trasgos con armaduras pesadas y algunos jefes, ordené a Nord que pusiese unas trampas al explorador Gabriel que utilizase su habilidad de esconderse para atraerles y el clérigo Kardlind se escapó de allí como una rata, preparados todos comenzamos las masacre de trasgos.

Cumplían a la perfeccíón mis órdenes mientras los aniquilábamos los tres nos llevabámos, cortes, quemaduras y muchos golpes incluso yo eran un rival incluso podría decir que superiores a nosotros pero debido a mi astucia y un poco a la leve inteligencia de ellos aniquilamos a la primera escuadra con mis destructores ataques relámpago, la cueva olía a húmedo, hacía mucho calor mis escamas estaban quemadas, mi cuerpo hastiado y gran cantidad de cortes pero yo aguantaba, ellos también estaban hechos una pasa pero conseguían aguantar a duras penas.

Nos acercamos al 2º y útlimo batallón y falta decir que era el más numero, mejor preparado y colocado de todos y además nosotros cansados y heridos así llevábamos semanas sin dormir y comer para mí eso era normal pero en estas condiciones mi heridas se tenían que cerrar con unas horas de sueño pues nos dirigimos a las llanuras a descansar y para volver a exterminar a esos seres que molestaban mi bosque.

Como nuevo también mis compañeros nos dirigimos sin más demora hacia la cueva para acabar de una vez por todas con el ejército enemigo ya dentro y preparados mágicamente con mis hechizos los tres comenzamos a seguir con nuestra técnica del relámpago pero eran demasiados y necesitábamos ayuda así que con mi poder arcano innato que heredé de la esencia de mi padre y de mi madre hechicera convoqué a un Bálor para que destruyera el regimiento de trasgos ordené a mi criatura que los aniquilara con todas sus fuerzas y así hizo aunque sólo consiguió debilitarlos, bueno algo es algo y seguimos partiendo cabezas de trasgo Gabriel utilizaba unos pequeñas dagas llamadas Kukris, Nord su cimitarra hechizada por mí y como protección un escudo yo mi espada curva y un trozo de chatarra que encontré hace tiempo para protegerme de sus flechas aunque debido a que sólo me molestaba en combate lo solté y en el lado de los trasgos un verdadero ejército de arcanos, pequeñas armaduras andantes con hachas y dentro un trasgo y un centenar de arqueros...

Y mientras luchábamos con sudor y sangre apareció el clérigo Kardlind que consiguió ayudarnos con una varita que convocaba unos guerreros de acero lo íbamos a conseguir ya eran nuestros y así fue conseguimos acabar con sus líderes y con cualquier trasgo ninguno salió vivo ¡NINGUNO! revisando los cadáveres encontramos a su líder que tenía una cadena que despendría una terrible energía negativa cada uno del grupo arrancó un pedazo de recuerdo de aquella masacre nos fuimos cada uno por su lado.

Varios días después descubrí que la cadena podía lanzar unas explosiones negativas como lanzaban los arcanos que nos debilitaban, también aprendí es extraño que yo aprenda algo porque lo sé todo, que los trasgos en gran cantidad de débiles no tienen nada y que algunos humanos son hábiles y valientes pero siguen siendo humanos y sólo sirven de peones aunque algunos merezcan un respeto como es el caso de estos tres...

Y como fin que quería conseguir limpié el bosque de indeseables criaturas que perturbasen mi ilegítimo hogar pero hasta mi muerte me pertenecería ya que aún la estirpe de dragones blancos no se ha marchado...
//FIN

davidsanesc

27/11/2006 20:33:13

//esto es del inicio, luego van cosas de Menel solo con los demás. :wink:

[i:0e6c8d739c]La semielfa estaba tendida sobre la plana y acolchada superficie del bosque; sobre aquellas hojas que aun caídas se mantenían largo tiempo tiernas. Miraba hacia el cielo adormilada, dejando pasar el tiempo para reunirse en pocos días con Laus y Dardalion en Tirodarco. Mientras tanto se dejaba rodear por ambas razas de las que provenía. Elfos; y humanos, llegados de varias partes en busca de un lugar seguro ante los incidentes que ocurrían en estos tiempos.

Comenzaba a despertarse lentamente; una hoja caía ladeando por el aire hacia ella. Se le posó sobre la nariz, haciendo de ese instante un momento divertido. Se levantó entonces para hacer algo de provecho. Era pronto por la mañana. Varios eran los elfos que despertaban por momentos. Las hadas algo aturdidas estos día comenzaban a dejar paso a los elfos en sus labores diarias.

Varios bajaron de los árboles comiendo algo de pan élfico. Los que antes terminaban comenzaban a practicar el tiro con arco. Aioleth se acercó al lugar.

- (Si no puedo usar magia...debo aprender algo. ¿Cómo me defenderé si no ante el ataque de un simple goblin.)

Le pidió permiso a uno de los elfos. Éste no muy afectivo ante las razas extranjeras acogió a la semielfa en una pequeña clase de tiro. Palabras élficas y no comunes salían de su boca rápidamente diciéndole lo que debía hacer. Si no la entendía ya era problema suya.

- <Coja el arco suavemente, levántelo, déjelo más o menos en posición vertical, coja la felcha, colóquela perpendicularmente al arco, apunte, fíjese bien en el objetivo, mire que la punta de la flecha esté algo por encima del mismo y estiré la cuerda hacia atrás, luego ...suelte>

Apenas le daba tiempo a seguir las instrucciones, pero lo hacía. Aunque en el momento de tirar la primera flecha, ésta cayó a un par de metros, entre la diana y ellos; más bien cerca de ellos que de lo contrario.

- <Fuerza, no ha estirado con fuerza. Ha de llevar el codo más atrás. ¿Cómo pretende alcanzar el objetivo?>

El elfo no había caído en que Aioleth era la arcana que solía aparecer algunas veces por el poblado, pues pocos la conocían o mejor dicho, pocos la conocieron. Entre los que lo hicieron estaba él, el ya caído y amable Tomar que le dejó un gran regalo, algo que aun no sabía ella que iba a deber de usar al día siguiente.

La semielfa miró al elfo. Frució el ceño colocándose un objeto mágico sobre el cuello. El elfo no sabedor de lo que hacía se giró y se dispuso a seguir disparando certeramente a su objetivo, algo inerte, una “diana”.

La mujer ahora cogió el arco, repitió los pasos y clavó la flecha casi en el centro.

- <La suerte del principiante>

El elfo se puso algo más serio de lo normal. No era muy agradable tener entre ellos a otras personas. Una semielfa no era más que una mezcla entre una raza longeva y una poco duradera como la humana. ¿Acaso el elfo había perdido a un amigo o amiga por culpa de algún humano? No se sabía.

Aioleth siguió practicando y disparando a la vez que “no” notaba como su collar comenzaba a calentarse al paso de las horas. Se quitó el collar al atardecer. Se dirigió a charlar con sus amigas sobre todo. Earanyl, las amihas de Earanyl y algunos más. La joven estaba relativamente feliz.

El día siguiente no fue como el anterior. La alarma comenzó a sonar, varios cuernos avisaban de un ataque. Los elfos se mantenían alerta. Varios de ellos avanzaron a la salida del bosque junto a los demás. Allí, varias personas entre ellas la semielfa intentaban contener un ejército de goblins //no recuerdo si eran trasgos//. Lluvias de flechas, magia usada por parte del enemigo. Las flechas de Aioleth se dirigían primeramente hacia los conjuradores.

- A LOS MAGOS!!!

Luego, se iba haciendo la calma, pero algo malo estaba ocurriendo. El collar colocado hacía unos minutos se calentaba ahora más rápidamente. ¿Era por culpa de la magia usada por parte de ellos?. Se lo quitó al instante que sintió como comenzaba a quemar. Luego sobrevino el desastre. Objetos mágicos explotando sobre los cuerpos de sus amigos. Amputaciones y demás. La gente comenzaba a dejar la realidad para irse a otra. Earanyl cayó sin aliento.

Gracias a Tomar, algunos pudieron resurgir de nuevo en estos macabros días de perturbaciones.[/i:0e6c8d739c]