Kentara

29/12/2006 03:28:38

[i:9f2a493208]Cabalgaba con soltura por el oasis, siguiendo el camino que más adelante forma el camino del comercio, el cual une extensos territorios.
Era medio dia, el sol reclamaba su posición como centro de la vida en el desierto, y la arena agonizaba.

Tras los cascos del caballo se levantaba polvo y arena, formando pequeñas nubes que flotaban en el aire cálido y estancado que poco a poco volvian al suelo. El silencio cortaba el paisaje, pues no habia un alma en condiciones tales.

Permanecian todos bajo sombrillas, tenderetes, atechados en cuevas, edificios, escondiendose de entre las sombras o guarneciendose en ellas -pues no son solo los rufianes y maleantes los que acostumbran a hacerlo- y los animales del desierto en sus frescos refugios.

Tan solo de cuando en cuando grupos poco organizados de trasgos ligeramente ataviados armas en mano, siempre acechando a culpables, inocentes, aventureros y comerciantes.

Caian pues, uno tras otro a su paso. A veces la cabeza estaba separada del cuerpo, en otras ocasiones algún miembro yacia en la arena separado del dueño.

La encapuchada avanzaba, acostumbrada al calor y prefiriendo eso a las multitudes que uno puede encontrar tan cerca de la ciudad, aunque sea en pleno desierto, cuando el orbe de fuego está más calmado.

Algo llamó su atención, alzó la vista y pudo ver a duras penas pues la luz le impedia ver gran cosa, grandes dragones volando a gran velocidad, daban vueltas en circulos y picaban contra el suelo explotando en una cegadora luz. Estas figuras se multiplicaron, el cielo estaba lleno ya de ellas, el picado...la luz... le costaba mantener a su caballo sereno.

Tras unos instantes, enormes dragones sin piel ni carne, de pálido hueso, dragones vivos pero a la vez muertos, rugiendo, avanzando y conjurando como si la pura esencia del mal les manipulase y ellos únicamente fuesen...cascaras vacias, aparecieron de la nada de entre los estallidos de luz.

El corcel casi desvocado emprendió la huida, la jinete consiguió hacerse con el control, y atrapada por varios dragones de hueso se ocultó en una de las muchas cuevas que ofrece la roca del desierto encomendó a su familiar la búsqueda de salidas alternativas.
Tras una exploración, tras verlo con sus propios ojos... no habia nada.

Reunió valor para dirigirse donde habia empezado todo, allí apareció una figura... su risa, sus burlas, y tanto poder... ¡y tan mal usado!


La encapuchada, tomando un trago y rodeada de las prostitutas del burdel aún pensaba en ello...[/i:9f2a493208]

Poder...¡Poder! Todos buscamos algo, todos perseguimos una meta, ¿cuál es la tuya? He de llamar su atención de alguna manera.