Ilinoth

31/07/2008 10:21:48

La sabia se precipitaba contra la hojarasca. Ramas y troncos rezumaban humo y segregaban resina, impregnando la atmósfera de una soledad carente totalmente de vida. Una vida que ya no brotaría más en tal lugar.

Ithilmar observaba con ojos de halcón los alrededores mientras sus ojos, bañados por la tristeza, seguían escrutando el bosque, incesantes.Algo pareció moverse en la espesura.
Sólo una criatura carente de inteligencia y sensatez se delataría ella misma, con sus bastos y ruidosos movimientos en el bosque.

Ithilmar se dirigió hacia allí, firme y en absoluto silencio, acompañado de su araña.

Quienes habían profanado tan profusamente el bosque pagarían duramente sus viles acciones.

Un explorador y un procurador del equilibrio del bosque había decidido asentarse en los alrededores de Suldanessellar.