Gossio

24/06/2005 23:05:33

CUADERNO DE VIAJE DE GREENLY
De los bosques de Norvey (Orígenes de Tiana Lin)

Yo, que soy un hombre acostumbrado a escribir sobre temas de valor épico y otros que no está bien visto nombrar en voz alta (pero que la mayoría lee en secreto), yo, el gran bardo gnomo Greenly Lenguasuelta, que he sido catalogado por mis “compañeros” de profesión como un embustero y por las “señoritas” como un viejo verde, creo haber encontrado una historia con la que puede que acalle muchas críticas hacia mi persona.

Fue esta mañana, que por fin llegue a Puerto Final tras varios días de viaje en una de esas cáscaras de nuez repletas de hombres (de peor calaña de la que yo haya podido inventar jamás), y mi contacto no se presentó, como de costumbre. Había hecho otro viaje en balde, no sé ni cómo pude resistirme a la idea de tomar un barco de regreso inmediatamente. Caminé a lo largo de un mercado, en el que mujeres, joyas y casquería se mezclaban de forma confusa. Recuerdo haber visto a una jovencita con un trasero realmente formidable cuando tropecé con algo a mi paso. O mejor dicho, con mi inspiración. Alguien de estatura diminuta que cargaba sobre su cabeza un enorme cesto de legumbres y verduras. Me quedé extrañado porque era extremadamente pequeño, tanto que pensé que era uno de esos enanos de pitiminí que me había inventado en mi anterior historia. Aquel ser posó el cesto a sus pies mostrando su verdadera identidad. Se trataba de una niñita mediana de no más de cinco años con unas características impropias de su raza. Su pelo estaba nevado sobre su piel térrea, pero lo que más me llamó la atención fue sus penetrantes ojos gatunos, de un verde selvático. Tras mirarme con atención durante algunos segundos, y como yo no reaccionaba, la niña me obsequió con una amplia sonrisa.
– ¡Holaaa! – dijo.
– Hola, pequeña – respondí amablemente.
– Eres un poco deforme, ¿no?
– ¿Q, Que? – me dejó realmente desconcertado, no pensé que una niña tan pequeña pudiera ser tan grosera.
– ¡Mira, Nadín! ¿A que es deforme? – dijo a una vendedora, qué se echó a reír.
– ¡Estos niños! Tiana, ¿nunca has visto un gnomo? – preguntó la vendedora.
– No – dijo la niña –. ¿Se puede comer?
– Tiana, este señor es un gnomo.
– ¿Un gnomo? – preguntó extrañada y se me quedó mirando como si fuera un bicho raro.
– Sí. No es ni un mediano, ni un elfo, ni un humano, ni nada que hayas visto en el bosque.
La mocosa, que al parecer se llamaba Tiana, se me volvió a quedar mirando embobada.
– Un… gnomo – susurró y después me dijo para colmo –. Me sigues pareciendo deforme.
Para entonces medio mercado ya se había enterado de la bromita y se partía de risa a mi costa. Pero una voz celestial se llevó al origen de todos mis tormentos. Era una hermosa elfa lunar, de la que la pequeña Tiana había heredado aquellos rasgos tan peculiares ya que se trataba de su madre. Ambas tomaron camino hacia las afueras de la villa, en dirección al bosque de Norvey. Esto me dejó totalmente perplejo, aparte de la visión de tan tremenda hembra, la sola idea de la unión entre un mediano y una elfa, y su fruto posterior. ¿Cómo un simple mediano había conseguido a aquella mujer? ¿Cuándo? Pero su historia no empezó a interesarme hasta varias horas después, cuando ya me había calmado del accidente en el mercado. Mañana mismo tengo que empezar a investigar este asunto.

Gossio

26/07/2005 17:54:07

Hugo Linchapuercos. Así me dijeron esta mañana en la taberna que se llamaba quien poseía el amor de aquella elfa. Había sido un ladrón de poca monta en Norvey, una rata más en los barrios bajos. Aceptó un encargo que no pudo cumplir, no por falta de capacidades, sino por ambición. No sólo robó cierto objeto a un noble de la ciudad, sino que engañó a su cliente y huyó con el botín. Poco antes de abandonar la ciudad tenía tanto a guardias como matones tras sus pies y varias heridas de muerte. Se internó en el bosque creyendo encontrar refugio, y fue allí donde renació.

Me dijeron que actualmente vivía en una pequeña granja, a medio camino entre el bosque y Puerto Final, así que decidí hacerles una visita. El patriarca me recibió de muy buen agrado y me invitó a pasar varios días con su familia, que acepté gustosamente. Y no me esperaba otra reacción, pues los medianos son así: en cuanto les hablas de fama y fortuna te prestan hasta a su esposa (en lo que yo estaría muy dispuesto). ¡Y más con ese pasado! Lo puedo leer en su sonrisa llena de picardía, sí. Estoy totalmente seguro que, de vez en cuando, desempeña sus antiguas actividades por la zona. Una comadreja es siempre una comadreja. En su vida pública, tienen poco más de una docena de gallinas, tres vacas y un pequeño huerto de tomates. Sinceramente, no creo que puedan subsistir en semejante miseria. ¡Y qué espato fue encontrar a la pequeña Tiana jugando con una loba cuando llegué! ¿Reemplazar un fiel perro guardián por semejante bestia? ¿Qué clase de lunático tiene tales ideas? No me extraña que después la niña sea como es.

Su madre no me recibió tan alegremente. Tenía una apariencia distante y altiva, pero sólo eso, apariencia. Muchos lo hubiesen atribuido a que muchos elfos se comportan de manera altanera ante otras razas, pero yo creo que ocultaba cierta atracción hacia mi persona, porque esas cosas no están bien vistas en mujer casada. Estoy totalmente seguro, y no la culpo por ello (el mediano el responsable por no dar la talla). A pesar de su fingida indiferencia, me trató con total cortesía y se ofreció a contarme su primer encuentro con su marido.

Realmente, cuando Hugo llegó al bosque estaba apenas magullado y fue la misma loba que defiende su hogar quien casi lo mata (no sé cómo puede dormir tranquilo). Su mujer lo rescató del animal y lo ayudó a esconderse. Pregunté cómo la convenció, sabiendo de lo que venía huyendo y ella me sonrió diciendo:
– Entre su vida o su botín escogió sabiamente.
Una dura decisión para el pícaro, sin duda. Mas bien sabía lo que en su situación le convenía, y no era precisamente un nuevo enemigo. Lo que no acabo de entender es cómo un granuja del tres al cuarto se ganó el amor de la dama más hermosa a la que jamás haya podido estrechar la mano. Y ellos no parecen sincerarse demasiado en ese aspecto. No sé si conseguiré de Hugo el material que necesito, después de todo.

Ya se me ha hecho tarde, seguiré con mi entrevista más tarde. Aún tengo toda una semana por delante y muchas más dudas por aclarar.




// Me están entrando unas ganas increibles de crear este "espécimen" en el server. Y... no crean todo lo que cuenta un bardo :wink:

Kriss-Weatherwax

30/07/2005 20:01:24

¡Oleeeeé! *hace la ola con una mano y luego con otra* A ver si sigues la historia que, pues sí XD, tengo curiosidad por saber...Va a ser que si tenía una mente retorcida, juas.
Guacale chamaquita, siguela que está muy bien.

Gossio

01/08/2005 13:59:58

Ivna Latvia, ése era el nombre de mi adorada elfa. Su vocación como druida explica que tengan esa loba guardando la casa (¡Qué mejor idea, sin duda!). La pequeña Tiana, que ya cuenta con su propio lobato, muestra gran interés a las lecciones de su madre. Pero Ivna, en muchas ocasiones, se desespera con ella.
– Es una aprendiz atenta y de mente ágil, pero, a diferencia de otros, ella recopila información para usarla a su manera, cosa que, a muchos druidas, parecería descabellado, incluso a mí a veces. Esto es algo que ha aprendido de su padre –me dijo una vez y luego sentenció–. Tiana puede llegar a ser una gran druida, sin embargo, jamás encontrará su lugar en los bosques, al igual que tampoco lo encontrará en la ciudad. Siento que mi hija está destinada a errar sin fin.
La pobre estaba tan convencida del sino de Tiana y, en cambio, no parecía muy afectada por ello. Es en los druidas el equilibrio emocional y la aceptación del curso natural dos cualidades que he aprendido a admirar (además de muchas otras propias de ésta fémina).

Cuando Ivna encontró a Hugo, ésta consiguió que se quedara a vivir con ella y los demás druidas. Bien es cierto que, cuando los he visto, ella siempre tenía la última palabra, lo que me hace dudar de la hombría de quien dice ser el padre de familia. Me contaron hace poco, precisamente, la disputa que tuvieron cuando Tiana nació, Ivna se adjudicó desde un principio el privilegio de nominar a su hija, y en seguida le vio pegas a que mantuviera el apellido de su padre. He de admitir que abanderarse con la casta de los Linchapuercos no otorga ningún favor a Tiana, más bien al contrario, pero entiendo que Hugo defendiera ese derecho, como lo poco que habrá defendido de las intenciones de su mujer.

Y fue cuando Tiana nació que se mudaron a aquella granja, no sólo por el bien de la niña, sino por la imposibilidad de uno de seguir en el bosque y la incapacidad del otro par acostumbrarse a la ciudad. Es en ésa situación intermedia en la que Tiana se está criando, la que está haciendo florecer en ella ideas extrañas, que a ningún druida de pura cepa se le hubiese ocurrido. Hablando con su madre, me desveló la incógnita de su grosería.
– En miles de ocasiones hemos hablado de esa cuestión, pero está claro que en ese aspecto, como en muchos otros, se ha visto influida por Hugo. Es muy abierta e inocente, y por eso trata a cuanta persona encuentra como un amigo. En cambio, las formas usadas normalmente en calidad de respeto son las armas de Tiana para lidiar con sus enemigos.
– Sí, es posible que eso lo haya aprendido de mí –reía Hugo cuando se lo comenté–. Mi hija es muy confiada y amiga de todo el mundo. Le gustan tanto las tartas de chocolate como las de hojaldre, ¿sabe?... –en ese momento adquirió un tono más serio, algo triste–. Sé que sufrirá por ello, porque, en algún momento de su vida, alguien le pedirá que decida entre una de las dos tartas y… no sé si podrá hacerlo.
– A veces –me explicaba Ivna–, un buen druida no tiene que ponerse a favor de unos o de otros, sino quedarse al margen y dejar que las cosas sucedan, simplemente.

¿Bosque o ciudad? ¿Será ésa la única decisión a tomar por Tiana? No lo creo, pero, según sus padres, le espera un futuro incierto. Yo partiré en el próximo barco y me los llevaré en este cuaderno. Su historia poco me vale tal cual. Pensaría que he perdido el tiempo si no fuera porque tengo una imaginación portentosa que me permitirá dotarla de mayor interés. Esos muertos des hambre me agradecerán hacerles famosos.


//me vais a hacer enrojecer :oops: ¡Venga, que ya queda poco!

Gossio

07/05/2006 22:33:30

Tiana Lin. Ya habían pasado algunos años desde nuestro último encuentro, y fue en mi regreso a Puerto Final que la vi, toda hecha una mozuela y acompañada por un enorme can. Ni siquiera me acerqué a ella, pero tuve curiosidad de averiguar que había pasado en todo ese tiempo.

Me dirigí a la casa familiar, que tenía un aspecto tan destartalado como su dueño. Los años parecían haber hecho mella en el pobre Hugo, que ahora parecía ser mi hombro el único en el que poder llorar. No es que yo disfrute de espectáculos tan lamentables pero decidí sacrificarme con fin de saciar mi curiosidad.

En el tiempo en el que yo había estado ausente habían transcurrido hechos de vital importancia para la familia Linchapuercos. Parece que un tiempo después de mi partida un mal, una enfermedad asoló las tierras. Las reses caían una tras otra en establos y campos. Nadie sabía cómo solucionar el problema. Y los Linchapuercos no eran un excepción precisamente. En su situación, Ivna y los demás druidas decidieron investigar el caso mientras Hugo se desesperaba. Fue su desesperación e impaciencia los que le llevaron a cometer el primer error. Desde hacía poco tiempo, un tipo para nada de fiar, andaba suelto por la ciudad vendiendo la única cura para los animales muertos. ¡Anda si Hugo no pudo resistirlo! Debió ser uno de los primeros clientes según mi parecer. El remedio funcionó mejor de lo que se esperaba, demasiado para ser verdad. ¡Qué sorpresa se debió llevar Ivna cuando vio a sus vacas muertas sobre sus cuatro patas! Desde luego aquello no era normal y no tardó en averiguar de qué se trataba. El bueno de Hugo ahora era propietario de unas vacas zombies de primera. E Ivna le hubiera perdonado de no haber sido por su segundo error, pues cuando murió la loba compañera de la druida ocurrió algo insólito. En aquella ocasión fue la pequeña Tiana, que, habiendo aprendido de su padre, resucitó en forma de monstruoso engendro al compañero animal. De ninguna manera podía permitir que aquel zopenco de mediano influyese en su hija, y por eso se trasladaron al bosque, además de cambiarle definitivamente el horrible apellido heredado.

Una vez me hubo contado lo que quería intenté deshacerme de él, aunque no fue fácil en absoluto. He dejado a aquel mediano llorica a su suerte. Tiene lo que se merece, o, mejor dicho, no tiene lo que no se merece. Mientras tanto iré a hacer una visita a mi adorada elfa. Seguro que está deseosa de verme.

*Pasando la página*.

¡Menuda familia de maleducados! Por poco me deja sin cabeza aquella furcia. Y eso que solo trataba de consolarla, darle todo el amor que me sobra. Mi proposición fue del todo decente, por supuesto. Pero con ese genio a ver quién se acerca. ¡Desde luego yo no! Y así les van las cosas. Por mí como si se mueren. Ya veo que mi interés es del todo en vano. ¿De qué me sirve preocuparme por estos desgraciados? No llegarán muy lejos, sobre todo esa aberración de mediana.

//Ahora sí. Acabado. Pensé que no lo iba ha terminar nunca. Eso sí, las cartas las dejo por imposible :lol: