Elgatovolador

29/05/2009 16:03:36

[color=blue:378cd5488c][i:378cd5488c]Hacía 18 años que su madre había llegado parturienta y entre chillidos a las Puertas del Ducado en Arion.

Sus batallas al Norte, cerca del Espinazo del Mundo le había llevado a conocer , hasta la más honda de las intimidades a uno de los enviados Celestes en a la Batalla contra el Rey Oblould.

Danerywel, un Canarconte había sido enviado a cumplir una misión divina, pero en el camino a esta encontró su propio destino que le llevó a romper los votos con la joven humana Ariadnna , hija de Condes y fiel servidora de la Tríada.

La relación llegó a su final , él no podía seguir a su lado y Torm le había perdonado y devuelto a su plano, antes de partir durante los años que permanecieron juntos, Danerywel enseñó el idioma de su plano a Ariadna, un pavés, un Espadón y una Espada Larga era el único símbolo que quedaban del padre y entre chillídos y las ayudas de las matronas del Hospital en Arion dió a luz a dos Aasimar, dos mellizos, hembra y varón.

Su infancia fué tranquila, su madre los guíaba en la senda de la Disciplina y del amor a la Tríada y a su vez les hablaba en el idioma del Padre y en como la grandeza y la pureza de su ser ahora formaban parte de ellos también.

¿ Cual sería el destino de estos jóvenes, servirían a la Tríada , al Fénix, saldrían a destruir el mal como aventureros ?

Su destino, estaba por escribir . . .[/i:378cd5488c][/color:378cd5488c]

Masha

29/05/2009 19:48:37

Lo que había comenzado como una travesura, acabó convirtiéndose en algo arriesgado y peligroso. Los jóvenes Dan y Dana se escabulleron del ducado de Arion para ver qué había más allá del camino que siempre recorrían bajo la atenta vigilancia de los guardias, se aventuraron al Sur. Caminaban distraídos, hablando y bromeando hasta que llegó un punto del cual no estaban del todo seguros cómo volver. El sol estaba a punto de ponerse y ellos aún seguían a la intemperie, sin cobijo ni dirección. Sin perder la calma encontraron una grieta en la roca que bordeaba el camino del comercio para pasar la noche y, al día siguiente, se encontraron con Lady Ania.

La mujer, montada en su corcel, accedió a acompañarles hasta el Ducado, de vuelta, y durante el viaje conocieron al Padre Vasile. Ambos jóvenes se mostraron respetuosos y humildes en todo momento, pero lamentablemente el deber llamaba y apenas pudieron entablar conversación con los miembros del Fénix.
Tras una jornada agotadora llegaron de vuelta a su hogar. Se detuvieron en la entrada y esperaron a reponerse del camino, acicalarse un poco, antes de enfrentarse a la reprimenda que sin duda les esperaría por parte de su madre. "Madre, queremos presentar nuestros servicios al Fénix" le comunicaron. Tal y como esperaban, la anciana mujer no pudo si no enorgullecerse y darles su bendición. Como si fuera algo acordado con el tiempo, para lo que todos estuvieran preparados, los aasimar recogieron sus cosas y, tras despedirse con cariño de su madre, partieron al Castillo.

Allí no tardaron en dar de nuevo con el Padre Vasile, acompañado de Renthor. Le comunicaron su voluntad y predisposición, así como el origen de su extraña apariencia, pero no obtuvieron los resultados que esperaban. Dan ya lo había previsto, pero para Dana fue un golpe mayor. No eran humanos, las normas decían que no podían formar parte de la Órden. "¿Cómo? ¿Aún con la sangre de un siervo de Torm en mis venas no puedo servir a la Tríada?". Una vez respuestos de la desilusión inicial, se ofrecieron a ayudar en lo que les fuera posible. El Padre Vasile era un hombre de buen corazón: les prometió que el consejo del Fénix debatiría su entrada en la Órden tan pronto como le fuera posible y les invitó, mientras, a acompañarle en sus batidas y funciones.

Lady Ania, por su lado, también presente, les propuso su primer trabajo: ayudarían en la reconstrucción de la Capilla. Los mellizos aceptaron sin titubear y siguieron a la dama al interior del Castillo y después, a la Capilla. El lugar estaba totalmente destruído, ni siquiera había techo. Enormes rocas cubrían el suelo y la pared Sur de la estancia mostraba una amenazante debilidad. Como siempre curiosos, Dan y Dana se interesaron por la causa de todo aquello y Lady Ania les contó la historia de Aria, la arcana, mientras ellos comenzaban a trabajar.

Recogían rocas medianas por separado y grandes entre los dos y las llevaban a la habitación del Padre Vasile, pues éste, con gran capacidad de sacrificio a ojos de Dana, se había ofrecido para dormir con los escuderos y que los escombros fueran llevados a su cuarto, pues éste lindaba con la Capilla. Mientras, escuchaban cómo la arcana que no mostraba ningún respeto por la justicia había sido llevada al Castillo para comprobar si eran ciertas tales acusaciones; pero que no había sido posible hacer nada por ella: intentó fugarse y al llegar a la Capilla "explotó", llevándose con ella a dos hombres, entre ellos el Padre Vasile, que quedó sepultado y gravemente herido.

Con suerte no había habido pérdidas mayores y todo estaba solucionado, pero la Capilla aún estaba pendiente de arreglo. El cansancio se iba haciendo notar y los escombros se amontonaban en la habitación del Padre Vasile cuando Dan cayó al no poder levantar una piedra. Dana no llegó a tiempo para ayudarle y su pobre hermano se llevó un buen golpe. Aquí vino la primera lección del Padre:
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Lección 1: El compañerismo.

Aún siendo hermanos no habían escuchado a su instinto y no trabajaron bien en equipo. Desatendieron el uno las necesidades del otro con tal de hacer bien el trabajo propio. Esto era del todo incorrecto. En una formación militar debe existir la idea de que el costado propio es el del compañero, ningún flanco debe quedar al descubierto. Para esto es imprescindible una fuerte disciplina basada en la confianza hacia los que te rodean, y esto no se consigue sin una estrecha colaboración previa. Trabajando juntos, dos trabajos se convierten en uno y se desarrollan con mayor efectividad y ligereza. Todos los demás preceptos no tienen valor sin el compañerismo y la ayuda mutua. [/color:66b1f3cb0a]

Avergonzados por su erro, cansados y confusos, Dan y Dana agradecieron al Padre su lección y se retiraron de nuevo al hogar para descansar y regresar al trabajo a la mañana siguiente, antes de que Lazhander iluminara el Ducado. Con suerte, otra vez habría algo rico para cenar.

Elgatovolador

02/06/2009 18:00:37

Dan caminaba malherido usando su enorme espadón a modo de bastón y apoyándose en su hermana Dana mientras acudían al Ducado.

El primer paseo con su nuevo guía , ellos simples escuderos había mostrado a los hermanos la maldad que podía llegar a aparecer en la tierra.

Observaron la cruel batalla, y dan se interpuso delante de Dana antes de recibir el golpe fatal.

Se levantó rodeado de desconocidos y con premura pusieron rumbo al Ducado bajo la orden de Ania Rosanegra.

El Día había sido duro, y se pusieron en manos de los que cuidaban del hospital en Arion.