puxe

28/11/2010 08:23:51

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En la oscuridad de un callejón se refugiaba una sombra pequeña, tenía la edad de un niño de unos diez años, con el pelo negro azabache y los ojos como este, yacía temblando de frío, arropado con unos simples harapos de vagabundo que ni si quiera eran de su talla.

Se oían las pisadas de los oscuros rateros, asesinos, y ladrones que que caminaban por el Khanduq, el niño en esa zona pasaba desapercibido, pero de pronto este estornudó.

¡¡Achis!!

Mmm, pero que tenemos aquí… - dijo un mediano acercandose aun más al pequeño.

Mirad, pero si es un pequeño huerfano… - dijo este de nuevo.


El pequeño alzó la mirada atemorizado hacia el mediano, este tendria su misma altura si estuviese de pie junto a él, con un parche en el ojo, y una sonrisa perfilada con varios dientes de oro cogió al pequeño del cuello y le puso una daga en este.

Dime… ¿como quieres morir? – dijo el mediano.

El pequeño balbuceó, no.., no..nn…no me mates.

¿Y por que no debería hacerlo?, tu vida seguro que es tan miserable, que ni si quiera se daria cuenta nadie de que has muerto. ¿No estoy en lo cierto?

El pequeño armandose de valor, le dio un puntapié en sus partes haciendo que el mediano callese al suelo en redondo y soltando la daga para protegerse sus partes.

El pequeño cogió la daga al instante, y se marcho corriendo como un condenado, como si la vida le fuese en ello, y esto era cierto.

Se afinanzó a una cuerda y subió presto a un tejado, sin mirar atrás.

Parece que lo he despistado.., - pensó el niño.

De repente algo le dijo que iba mal, sentia como si un puñal se fuese a clavar al instante en su espina dorsal.

Se dio la vuelta y con daga en mano y paró el ataque del mediano.

Vaya, vaya…, tienes habilidad, lo mismo me eres útil…, pero antes mereces un castigo por tu insolencia – dijo el mediano.

Este le dio un bofetón haciendo girar la cabeza de este, con la mejilla roja.

El niño le miró con odio, y añadió.
Como vuelvas a hacer eso, te corto la mano y hago que te la comas…- dijo enfurecido.

Me gusta, me gusta, pequeño, pero no tengas tantas confianzas con alguien que no conoces…; Soy Talers, y dirijo un pequeño grupo…, tu servirás en él, sígueme, y creeme esto te conviene, o sino, pudrete en ese callejón sin salida y desaprovecha tu vida.

El pequeño vaciló unos instantes.

Mi nombre es Danel…

Y siguió al mediano que se marchaba y comenzaba a andar por los callejones más oscuros y peligrosos del Khanduq.


Danel vivió y creció junto a los medianos, aprendió su idioma gracias a los años que pasó junto a ellos, y se ganó un dinero por ser astuto y hábil con las manos, robando joyas y oro, haciendo pequeños encargos para los medianos.

Pero no todo podía ser perfecto, tarde o temprano sabía que habría un guerra entre cofradías, pues varios de sus compañeros habían aparecido con la misma muerte, murieron degollados.

Danel caminaba por al Khanduq con suma cautela pues lo habían visto varias veces con los medianos y seguramente lo tenían relacionado con ellos...

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