Alkarin

24/03/2011 13:34:12

Una vez mas,como cada noche,largas y enjutas siluetas danzaban sobre las paredes de las callejuelas en el Khanduq,las debiles llamas de algun que otro candil dejaba entrever las curiosas y habituales miradas desde cada oscuro rincón.Una aparente paz reinaba en los alrededores,como de costumbre,mientras en las calles,alguna pobre alma se desangraba en el rincón mas solitario,y es que nunca se sabe lo que puede deparar el destino en barrios tan peligrosos…

La tranquilidad esta vez si se vio interrumpida por las risas de varios individuos.Una mano enguantada acaricio el pomo de una de sus armas,mientras tras una esquina observaba la escena.

Tres tipos,aparentemente de calaña similar a la que estaba acostumbrado a ver por la ciudad se pasaban de uno a otro a base de empujones a un muchacho sucio y harapiento.Pero algo llamo su atención,una carta lacrada,que estrujaba contra su pecho,como si de su propio corazon se tratase.La lacra que lucia era inconfundible,un rosa negra,no necesitaba mas.Una sonrisa se dibujo en su rostro,mientras se colocaba la mascara que tantas veces habia portado,calo su capucha y oculto sus brazos bajo la negra capa,encaminandose hacia aquellos tipos.

-<<Negras noches,señores>>- Dijo con su rasgada y siseante voz,mientras que con un gesto indico al muchacho que se largase.

-<< Eh,eh,¡¡¡un momento mocoso!!!>>- protesto uno de ellos,que vio interrumpidos sus improperios por un puñal en la punta de uno de sus pies.

Este era un tipo obeso,bestido con ropas ligeras y grasientas por el sudor,con la barba descuidado,no pocos dientes podridos,y una quemadura que despoblaba una de sus dejas,y habia desprovisto de color uno de sus ojos.Los otros dos pronto se pusieron a la defensiva,haciendo ademan de desenfundar sus armas.Uno era delgado y alto,de tez morena y pelo alborotado castaño oscuro,con ropas mas finas,aunque sucias,y un estoque ya a medio camino de enseñar el brillo de su metal.El tercero era un joven enano encorbado,que sonreia,con dentadura de madera,y apretaba la empuñadura de una pequeña hacha de mano.El personaje enmascarado no necesito fijarse en mayores detalles que la forma de sujetar sus armas y la posición de sus pies.

[i:f705fd387e]-<<Habeis molestado a uno de mis hermanos,y eso no esta bien,siendo este mi barrio…hariais bien en dejar un pequeño donativo para resarcir el agravio y librar de vuestra peste las calles>>-
[/i:f705fd387e]
-<<¿Y quien lo dice?,a mi me pareces una polilla gigante,tan envueltito y de negro,¿acaso no sabes quienes somos?somos los hermanos Buk y Gonir el Rabioso>>-dijo el tipo mas refinado,que hizo un gesto hacia el gordo seboso,que ya sacaba un largo machete y a continuación hacia el enano que reia quedamente,entre ronquidos.

El hombre encapuchado alzo una mano y la movio a derecha e izquierda levemente,sendos virotes atravesaron la oscura noche y hombre gordo y enano,cayeron al suelo gritando de dolor y sujetandose la rodilla.

-<<Estas en mi barrio,aquí yo hago las preguntas,y yo impongo las leyes,y vuelvo a invitarte a pagar por vuestro insulto y a sacar vuestro trasero de aquí>>-aparto a un lado su capa,y dejo ver el magnifico pomo de su arma,una cabeza de dragon negro,que algunos habian visto,y pocos habian sobrevivido para recordar,”Ultimo aliento” la habian llamado algunos.

El alfeñique se quedo parado un instante,y rapidamente desenfundo su estoque,arremetiendo instintivamente contra su oponente.Una sonrisa se perfilo tras la mascara,un rapido desenvaine,un elegante giro de muñeca y una leve finta dieron paso a un reguero de sangre,carne y músculo se desgarraron en un profundo corte que cruzo el pecho del espadachín,palido,sin aliento y paralizado en el mismo sitio en el que finalizo su movimiento,boquiabierto y tembloroso.

La cabeza de dragon volvio a su reposo,y el hombre de negro se puse delante de el moribundo,metiendole algo en la boca.

-<<Quizas vivas lo suficiente como para darte cuenta de tu error,aunque de poco valga ya>>- y tal como aparecio,se fue,con su calmo caminar y enfundado en negro.

La tranquilidad se hizo de nuevo,nadie se acerco a mirar que habia pasado,ya ni los dos esbirros estaban en el lugar,solo un cadáver,palido,sobre un gran charco de sangre y algo en la boca,que hacia que nada ni nadie hubieran estado alli en aquella noche,una rosa negra de papel asomaba entre sus dientes,y en aquel barrio,aquello era suficiente.