Rivelle

01/11/2006 23:04:54

Su padre era muy meticuloso por lo que conjurar el escudo no le suponia ningun problema. Nunca le habia dado muchas explicadiones de porque se empeƱaba tanto en que aprendiera el conjuro.
Cuando lo necesites lo sabras - esa era siempre su respuesta.
Siempre se preguntaba que ventajas podria tener un escudo que no podias soltar y que no ofrecia mas proteccion que uno normal. Hasta que un dia por fin lo entendio.
La torre desde fuera parecia deshabitada. Estaba medio en ruinas.
Tras recorrer las planta baja y no encontrar nada subio al primer piso.
No vio ni escucho nada, nunca desarrollo esa especie de sexto sentido que les avisaba del peligro a muchos de sus conjeneres, hasta que le atacaron de repente. Un mephit se lanzo sobre el escupiendo acido.

Lanzo una estocada para tratar de alejarlo, pero la alada criatura agilemente la esquivo y le escupio acido de nuevo. Se protegio con el escudo y se dio cuenta de que la cosa pintaba mal. El metal del mismo estaba siendo corroido por el acido del ataque.
Tras dudar unos instantes arrojo lo que quedaba del escudo sobre el mephit, golpeandolo con el de forma que gano algo de tiempo.
Casi sin pensarlo lanzo el conjuro que hizo que el escudo de energia apareciera alli donde antes estaba el escudo de madera e hierro.
En vez de lanzarse al ataque adopto una posicion defensiva y espero el ataque del mephit.
El acido cayo sobre el nuevo escudo sin producir ningun efecto sobre el, aparte de un ligero chisporroteo. Envaino la espada y cogio una varita.
La activo de forma que varios proyectiles magicos salieron disparados e impactaron sobre el enfurecido mephit. La uso una vez mas y la dejo caer para desanvainar de nuevo la espada. Pensaba que ya no quedaban mas cargas y tratar usarla podia ser peligroso.
Tras detener otro de los ataques abandono la posicion defensiva al tiempo que pronunciaba las palabras de un conjuro. El siguiente ataque que hizo fue tan certero como el del mas habil de los guerreros y la espada corto una de las alas de la ya sangrante criatura por lo que esta cayo al suelo dando un alarido.
Sin perder tiempo la remato con la espada atravesandole el pecho.