davidsanesc

03/11/2006 01:14:34

[i:8090e6970c][color=orange:8090e6970c]EN BUSCA DEL MAL DE LOS ROTHES. PARTE I[/color:8090e6970c]

El siseo de aquellas alas revoloteaba a través de los pasadizos de las antípodas chocando contra sus paredes de color azul pálido que dejaban entrever algunos microscópicos riachuelos de agua debido a la humedad.

Las explosiones aniquilaban a algunos de esos insectos. Otros, salían despedidos debido a la fuerza de la magia que aquel drow, llamado Zedar impulsaba a través de sus manos.
Sefna, hembra de ojos amarillentos levantaba su brazo mandando a aquel animal traído del plano demoníaco. El pájaro de ojos rojo intenso y plumas negruzcas atrapaba algunos de los que habían esquivado las bolas de fuego mientras la drow miraba los actos de los varones Sigl y Zedar que iban junto a otro hombre.

El siseo era cada vez más intenso. Los ojos de los drows comenzaban a vislumbrar pequeños seres, de un color entre azul y amarillento en el espectro infrarrojo. Esos bichos apenas mostraban el calor en su superficie, y el poco que mostraban era debido al fuerte y constante aleteo por parte de las alas.

- ¡Se acercan, se acercan!

Los allí presentes manteníamos la situación a raya. El elemental de piedra levantaba las manos dando palmadas para atrapar al mayor número posible de insectos y demás. Otra ráfaga se acercaba volando a gran velocidad pegadas casi a la pared.
¿Por qué hacían eso?. Viajaban como un fluido y un fluido viaja lo más pegado a las paredes de un conducto, o lo que era lo mismo: “los túneles de la infraoscuridad”.

El elemental notó aquellos insectos que comenzaban a pasar por al lado suya, entre la pared y él y se avalanchó contra la fría piedra dejando a un centenar sin vida. Aquellos bichos estaban intentando llegar a Menzoberranzan, la cueva menos viciada de la antípoda oscura debido a su inmenso tamaño, donde los drows tranquilos maquinaban la forma de avanzar en el escalafón hacia ella, “la Reina Araña”.

Pasaba el tiempo y no paraban de llegar. Las picaduras se hacían visibles en la piel de Sefna, no acostumbrada a tales seres. El pájaro revoloteaba dando zumbos, esta vez no intentando comerse los insectos, si no esquivarlos debido al número que eran.

- ¡Sefna, avisad a las sacerdotisas, necesitamos ayuda!

¿Esos varones le estaban dando ordenes?. Más les valía suplicar su perdón una vez hubiera vuelto con la ayuda, no, más bien, con las protectoras de todo Menzoberranzan, muchas de ellas aspirantes a Matronas de las distintas casas. Muchas ellas hijas ya entradas en la madurez de una drow.

- ¡Quitaos insensatos!

La fría voz de aquella sacerdotisa hizo alejar a los varones que estaban junto a Sefna. Detrás de ella la seguían un par de magos que comenzaban a conjurar arremolinando a los insectos. Enredaderas venidas de la urdimbre sombría se alzaban del suelo atrapando al resto de insectos. Los drows, a los que había seguido Sefna por interés, aquellos que buscaban una respuesta a la muerte de los Rothes esquivaban aquellas cosas azuladas intensas lo más rápidamente que podían mientras Sefna se veía rodeada entre insectos y enredaderas y caía al suelo por el dolor en su ser.
- Es escoria. Lleváosla fuera de mi vista.

La sacerdotisa ordenaba a los varones sacar a aquella hembra de allí mientras uno de ellos se fijaba en la belleza de la hembra drow. Era cierto, Sefna se caracterizaba por varias cosas y una de ellas era es. El varón pidió permiso para devolverla a la vida, y así lo hizo.

Sefna levantó la mirada hacia los presentes mirando la situación en la que se encontraban.

- ¿Quién ha sido?

Uno de ellos respondió.

- Yo, mi señora.

- No necesito tu amabilidad. Ve delante varón, tal vez los insectos sean la culpa de la muerte de los Rothes.

Sigl comenzaba a correr hacia el sonido de esos bichos, mientras unos pasos más atrás los varones maldecían en su interior a esa nueva hembra que les iba a hacer la vida imposible. Cosa rara, era que ...aun no perteneciese a ninguna casa.[/i:8090e6970c]

davidsanesc

03/11/2006 01:15:56

[i:c4b81b557d][color=yellow:c4b81b557d]RECOMENDACION DE LA MADRE MATRONA. NOVICIA SOCERDA[/color:c4b81b557d]

- Vengo en recomendación de la casa Oblodra.

La maestra la miraba riéndose para sus adentros.

(Vaya, ha tocado una novicia delgaducha.)

- Preséntate si note importa.

- Soy Sefna. Vengo a la academia para poder llegar a servir bien a mi casa. A mi madre.

- Sí sí, lo que tú digas. (¿Crees que me importa mocosa?). Ven acércate, te enseñare un poco la academia.

Ambas pasearon por el gran edificio. En algunas salas se oía el murmullo de algunas sacerdotisas al dirigirse hacia ella, Lloth, otras se mantenían sumidas en un auténtico silencio, mirando la enorme estatua de color azulado negruzco que se mostraba en el espectro infrarrojo. Allí, en la oscuridad, estaba ella siempre presente, la Reina Araña.

Unas miradas se clavaron en ella. Dos alumnas, dos hijas de una casa la estudiaban ahora que podían. Luego, una vez graduadas, podría ser que no llegaran a verse nunca más y si lo hacían esperarían saber cómo combatirse las unas a las otras. La guerra entre casas era poco frecuente en estos días. Pero cuando una se enfrentaba a otra, una casa entera era borrada del mapa. Ni amigas, ni amigos, ni compañeras, ni compañeros.

Sefna recordaba las palabras de su ahora Madre.

- No me defraudes muchacha, o ...

Sefna no quería saber lo que seguía, ya se lo imaginaba. Había conseguido esa recomendación y no la iba a dejar perder.

- Sefna, adentrate allí dentro. Y, ... no vuelvas hasta que hayas acabado con todos.

Giró la cabeza mirando a la maestra, luego al pasadizo. Bajó las escaleras. Un olor rancio sulfatoso venía desde lo lejos. Era azufre. El calor era insoportable. Aun así avanzaba con paso firme sin saber lo que le esperaba unos pasos más adelante.

Se levantó un cuerpo. Parecía comido, ensangrentado. Estaba comenzando a caminar hacia ella. Luego otro, este sin carne que envolvieran los duros huesos.

- Pero qué ...

Cerró los ojos. Imploró a Lloth con todas sus fuerzas. Se imaginó esos cuerpos que se le acercaban rodeados de arañas que los destrozaban. Patas y más patas clavándose sobre el cuerpo de ese zombi separando sus carnes entre ellas. Otras clavándose en los orificios del cráneo. El esqueleto inmovilizado por otras dos de menor tamaño, mandíbulas arrancando un hueso del otro.

Abrió los ojos y ambos cuerpos estaban allí tendidos, en el suelo, desgarrados, sin presencia de arañas. ¿Lloth la había escuchado?.
Luego sacó una espada. La próxima vez iba a hacerse valer ella. Si la Reina le ofrecía su ayuda, ella se la ofrecería a su Reina. La diosa estaba con ella. La Madre estaría orgullosa de su nueva hija.

La espada hacía rodajas a aquellos duergars juntó a ese cánido traído del plano demoníaco. Había llegado al final de la prueba.

Volvió en poco tiempo. La maestra la miró y pensó para sus adentros.

(No creas que esto es todo muchacha. No lo creas.)

Al verla acercarse le tendió un látigo.

- Aprende a usar esto a partir de ahora. Las espadas son para los varones.

Un simple látigo. ¿Cómo iba a destrozar los cuerpos de esos repugnantes cuerpos con una cuerda?.[/i:c4b81b557d]

AnenWent

07/11/2006 13:20:30

Anda si ahora Unraling tiene una hermanita, pasate por el laboratorio de la casa a saludar :twisted: :twisted: :twisted: